miércoles, 20 de octubre de 2010

Expulsados y autoexiliados

Autoexiliados. Fuera de la naturaleza.

El problema con compararnos o comparar nuestros comportamientos con la Naturaleza tiene un problema muy serio hoy en día. El Hombre ya no es parte de la Naturaleza. No sólo no tenemos predadores en ella sino que tampoco tenemos instintos. Y ambas cosas nos hacen extremadamente peligrosos. (No olvidar que éstas son introspecciones, no "teorías", ni "leyes").

Éste fue un golpe duro para mí pues a mí me gustaba pensar que era un animalito como otros, con la particularidad de que es capaz de pensarse a sí mismo. Pero cuando en mi curso de Didáctica vimos el ejemplo de La Colmena (que tampoco sabía bien cómo funcionaba, y de hecho en uno de mis primeros posts está bastante mal usada como ejemplo) vimos que lo que llamamos cotidianamente como instinto dista mucho del instinto animal. De hecho en el Hombre hay otra cosa que lo reemplaza y se llama "pulsión" según me contó un pajarito con doctorado y todo.

Sinceramente, no me preocupaba demasiado que no existiera el instinto maternal. Siempre me había sonado a verso... habiendo visto de lo que algunas madres son capaces y que ello se dé en número tal y en forma tan variable según pasan los siglos, me era difícil pensar que un instinto pueda fallar y cambiar de esa forma. Que es bonito y emotivo, sí lo es. No cabe duda. A todos se nos inflama el pecho de emoción y ternura pero cuando miramos de más lejos... no es tan así.

Pero sí fue un golpe saber que tampoco existe el instinto de conservación, que fue el tiro de gracia durante esa clase. Eso y saber que el Hombre es el único que puede sacrificarse en pos de un ideal (no de una amenaza a la especie), me hizo un cortocircuito durante varios días. Las sinapsis colapsaban y de a ratos se producía como un vacío, un horror enceguecedor, hasta que cedió y hoy es simplemente una desdichada decepción.

Eso y atarlo con la frase de mi padre "cuando se inventaron las armas de fuego se acabaron los guapos" y sus corolarios, aplicados al Reino Animal ("los animales ya heredan el temor al hombre, desde que se inventaron las armas de fuego"), fueron eslabones lógicos dentro de la cadena que condujo a esa arriesgada afirmación de "el hombre se salió de la Naturaleza".

Eso sin pensar en la clonación, los implantes, aplicaciones de todo tipo, transplantes, etc...

El único predador del Hombre, es el Hombre. Muertos y desafiados los Dioses, el Único Dios, los Tabúes, desprestigiados los rituales, las iniciaciones y a un paso de perecer la "Nacionalidad" en manos de la "Ciudadanía", desmistificados los Ídolos y los Modelos...

¿Qué será de nosotros?

¿Qué será nuestros Custodios, los Saludables Límites?

Somos predadores. Algunos parecemos inofensivos. Pero desde hace siglos los Íncubos, los Súcubos, otros Demonios, Brujas, Magos, Duendes, Trolls, los Grandes Antiguos, los Primordiales, los Aliens, pueblan la imaginería de los artistas anunciando que están agazapadas aún, nuestras monstruosas identidades dictatoriales.

¿Es necesario recordar las atrocidades de las que como género hemos sido capaces?

¿Es necesario recordar las excusas que inventamos para justificarnos y la creatividad con que creamos nuevas excusas?

¿Es necesario reproducir los atropellos y abusos en los que nos hemos perfeccionados, merced a la Política, el Fundamentalismo (de cualquier signo), la Guerra y la Exclusión?

Expulsados del Paraíso y autoexiliados de la Naturaleza, ¿quién nos refugiará de nosotros mismos?

Buenos días.



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