lunes, 29 de abril de 2013

Las otras violencias.


¿Cuántos tipos de violencia hay? Hasta hace unas décadas atrás (unas cuantas, es verdad, tal vez siglos, no sé), sabíamos de una: la violencia física. Pero luego conocimos la violencia psicológica en sus tristes variedades: insultos, manipulación, humillación, exposición, etc.

¿Pero acaso son las únicas? ¿No hay otros tipos de violencia?

¿Qué pasa cuando tenemos todos los medios para hacer algo, sin perjudicados, sin daño y arbitrariamente se nos interpone un obstáculo? ¿Qué genera en tu interior? Bronca, ¿no? La palabra bronca en realidad es un eufemismo de violencia. La bronca es una forma de violencia. La violencia de la arbitrariedad que impide sin motivos, en este caso.

¿Qué pasa cuando necesitás ayuda, por ejemplo, para tratar una enfermedad de alguien querido y ese bien (un servicio, un medicamento, un estudio) se te priva? Por burocracia, directa o indirectamente, o por leyes para "evitar males mayores", o por demoras de entregas de un laboratorio, de salida de aduana, por no haber personal disponible, por servicos inaugurados para la prensa, porque no te cubre la obra social, que se traduce en "tu trabajo sirve para mantener legisladores pero no para garantizar el acceso a la salud de tu hijo/a". ¿Qué sentís? Impotencia, ¿no? Desesperación. Estas palabras son eufemismos de la violencia. La violencia que genera en no obtener algo que por derecho nos corresponde y que sólo por intereses egoístas, fines espúreos, negligencia o capricho, no podemos hacer uso.

¿Qué pasa cuando alguien querido o vos mismx quedás condenadx a muerte por haber consumido un medicamento falsificado o adulterado, una enfermedad terminal ahora pero tratable antes y descubrís que la única oportunidad que el tiempo te daba estaba en ese blister? ¿Qué sentís? Furia, ¿no? Esa furia es un eufemismo de la violencia. De la violencia contenida porque no tal vez no era la hora de terminar con esa vida que se va por un acto despreciable que no importa si recibe o no castigo, ya no tiene solución.

¿Qué pasa cuando estás en el momento crítico de una protesta, o una negociación y el otro hace uso de los recursos de una fuerza desigual por un lado y prohibida para vos y sólo en virtud de esa desigualdad perdés terreno sin remedio? ¿Y con ese terreno perdés la oportunidad de la presión, tu casa, tu empleo, la posibilidad de ser reincorporadx o blanqueadx? ¿Qué nombre le darías a eso que te crece cuando estás viendo que tal vez la única oportunidad se te escurre de las manos porque vos no podés y el otro sí? Y encima si ningún interés personal en el asunto. No una justa entre pares, sino entre por ejemplo, una joven o un jefe de familia, o una abuela, y toda una fuerza policial, de seres adiestrados para obedecer en la ceguera sin atender a motivos, un poco por miedo, un poco por trasnformación del pensamiento y otro poco por disciplina.

¿Eso no es violencia?

¿Qué pasa cuando alguien quiere defender un derecho porque sabe que sino va a caer en las tres categorías anteriores y no quiere llegar al punto de no poder hacer nada, sino anticiparse y luchar y se encuentra con un desmedido aparato represor que te dice? No, nunca vas a gozar ese derecho, hasta acá llegaste. Sacá número y quedate en la cola a mirar cómo perdiste tu última oportunidad.

¿Qué sentís cuando estás frente a tu impotencia de ni siquiera poder luchar por tu vida y la de los tuyos porque hay toda una fuerza pertrechada para impedirte defender tu derecho? Tu mísero derecho. Un derecho así de chiquito de una vida así de cortita en la historia del país. ¿Qué pensás cuando esa fuerza representa la defensa de un modelo de país que necesita aniquilar la dignidad de unos pobres diablos que ingenuamente esperan poder defender alguno de los muchos derechos que se les avasalla?

¿Qué sentís cuando alguien dice que la defensa de tu derecho hace peligrar la democracia? Ese supuesto bien con el que se curaba, se comía y se educaba y no sé cuántas cosas más tan esperanzadoras.

¿Qué sentís cuando ni siquiera sos capaz de salir a defender tu derecho sólo por miedo a no ser considerado civilizado, a ser mal mirado y te obligás a autoconvencerte con el versito de la justicia para comprobar más adelante que tu cobardía hizo que perdieras tu casa, tu trabajo, el acceso a la salud o a tu dignidad?

Tal vez no te tocó vivir esos extremos. Tal vez sos de esos que piensa que "a mí no me va a tocar" porque "tengo estudios", "tengo obra social", "tengo un buen trabajo", "pertenezco a una empresa que cuida a su personal y se interesa por la gente", "tengo cabeza", "ahorré", "hago una vida sana" y muchos otros falsos motivos más. Si es así, te cuento que si te pasa algo de esto, la violencia que te genere será mucho peor. Y lo peor de todo es que como pensás como pensás no vas a ser capaz de salir a tirarle una piedra a la vidriera de un organismo público porque cualquier dolor y frustración es preferible antes de caer en la barbarie y esa violencia se te va a quedar adentro. Y no le vas a perdonar a otro (que no le importa quedar como sea con tal de luchar hasta el final) que se haya animado. No le vas a perdonar su valentía y vas a pedir el peor castigo porque si no es castigado tal vez te obligue a enfrentarte con el error de tu inacción y con la posibilidad de que tal vez sí habrías podido hacer algo, ¿no?

Y todo eso, ¿no es violencia?

Y estos son muy pocos ejemplos.

Buenas tardes.



DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD: Todas las afirmaciones de este blog son libres interpretaciones mías, sujetas a posibles, abruptos y arbitrarios cambios de opinión sin aviso previo.

lunes, 22 de abril de 2013

La violencia, la no violencia.

La violencia, la no violencia.

La negación.

Rendirse tal vez.

Todos somos violentos, las personas somos predadores. Controlamos nuestra agresividad y algunos más y otros menos, a veces poblamos nuestras fantasías con distintos tipos de violencia.

Aquella violencia que la religión y la ley nos ha impedido poner en acto, tras alterar nuestro cerebro y tal vez nuestro ADN, nos está permitida liberarla mediante ciertos estados de ánimo y actitudes como disfrutar del castigo "merecido" de alguien que quebranta el mandato que nosotros no nos animamos a quebrantar, pedir el castigo a gritos para aquellos que han infringido las normas que nosotros no, y especular qué situaciones merecen castigo: atentados contra la propiedad, atentados contra la integridad física. Y fundamentalmente filosofar acerca de qué castigos son adecuados y durante cuánto tiempo, ya que no nos resignamos del todo (hipócritamente) a dejar esta cuestión menor en manos de Dios y sus infernales castigos eternos.

Pero pese a que somos violentos, sentimos que vivimos mejor sin la violencia. La violencia explícita, superlativa nos resulta más fácil de manejar, es fácil identificarla: gritos, sangre, maltrato, dolor. Es fácil condenarla. En cambio no sabemos qué hacer con la otra violencia, la solapada, la repetida, la naturalizada. Aquella que somete unos a los otros, las mujeres a los hombres, los civiles a las fuerzas armadas, a un pueblo a las leyes que los oprimen hasta que la presión hace que se recurra a alguna cortina de humo y cuando es insoslayable, a algún cambio cosmético adicional. Esa violencia, que no identificamos como violencia.

O que sí la identificamos pero decidimos ignorar y hacer como que no existe, es la genera la más persistente de las violencias, el más profundo resentimiento, el más secreto deseo de revancha.

Yo fui educada para ser cordero. Me edulcoraron con el cordero de dios, con el pastor y las ovejas, con la dulzura de la mansedumbre, con la humildad del sometimiento y me enseñaron a sentirme buena, tan buena si me dejo abofetear la otra mejilla, esa bondad que esconde una falsa superioridad, esa superioridad de pensar: "mi espíritu está para otra cosa, no para estas pequeñeces". Y no sé cuántas cosas más, en las que obviamente, ya no creo.

Y mi mundo está repleto de gente tan buena, tan tolerante, que amonesta severamente la impertinencia, el hurto, el robo, el vandalismo. "Pero no, sino es el caos. Adónde puede conducir eso."

Entonces, ¿cómo actuar? ¿Cómo contribuir a corregir todo este mundo torcido, construido sobre cimientos movedizos, impropios?

Claro, yo soy una persona mansa, pacifista. Me duele pisar una cucaracha. Ni pensar en maltratar un animal. Puedo sentirme enferma semanas si presencio que alguien maltrata a un niño. Se me incendian los ojos de lágrimas hirvientes como lava cuando me vuelvo a enterar del dolor humano, ancianos abandonados, locos negados, mujeres maltratadas, niños abusados, sin niñez, sin fantasía. Es cosa de todos los días, ya sé, y todos los días transito la bipolaridad de la realidad y de mi campana de cristal de las cosas que están bien en mi vida.

Y entonces la solución sería la acción directa no violenta. ¡Sí, claro! Hay montones de medidas, yo misma las posteé en algún otro post...

Pero la verdad, en el fondo, yo sé que no sirven de nada. Eso que ocasionalmente el destinatario cede, era lo que ya estaba dispuesto a ceder, como premio a los corderos que piden educadamente y en orden, tímidamente, una pequeñez, anecdótica, que la verdad, todos sabemos que no cambia nada.

"Ellos quieren precisamente que caigas en la violencia". Dicen otros. Evitá la violencia, ellos quieren eso para que quedes desacreditadx. La sociedad no quiere la violencia, está cansada de la violencia. No te van acompañar.

¿Valdrá de algo esa compañía de cobardes?

"Los que caen en la violencia son usados para los castigos aleccionadores".

No nos olvidemos que la mitología ha inventado monstruos para ofrecerles víctimas por el bien común.

No es casual.

Cualquier castigo, por cruel que parezca, es merecido, si es a una persona que cayó en la violencia (dicen todos). Pero nadie quiere pensar quíén y por qué le ha otorgado derechos de violencia a aquel que ejerce el castigo. Esa violencia está legitimada. Y lo será hasta que seas la víctima de esa violencia, o esa amenaza de violencia y ahí, recién ahí, tal vez te atrevas a pensar "por qué esa persona tiene derechos sobre mí".

Aquellos que optan por la salida no violenta confían en la protección y el respeto de aquellos que detentan el  monopolio de la fuerza pública. ¿Creen realmente en un implícito pacto de caballeros? ¿O es sólo miedo?

Y esas personas que son parte de las fuerzas de seguridad, ¿qué características tienen de diferentes que nos hace pensar que está bien que ellos sí puedan hacer uso de la violencia? ¿Son... precisamente..."mejores"? ¿Tienen mejor "juicio"? ¿Son más "controlados"? ¿Por qué tengo que confiar que esos que portan armas y escudos, que conducen guerras, que cuidan fronteras, hacen lo justo, lo mejor para todos? ¿No nos consta que no es así acaso? ¿Por qué seguimos engañándonos?

¿El monopolio de la fuerza resuelve algo o es una presunción pueril? ¿Realmente mejora las cosas o es un mero instrumento de control por el miedo?

¿Qué es la violencia? ¿La amenaza del uso de la fuerza legitimada, que nadie va a cuestionar, impunemente, no es violencia?

¿Y qué es la no violencia? ¿No es mera complacencia, cobardía? ¿Miedo a la condena miedosa de la sociedad? ¿Miedo al uso de la fuerza sobre uno?

Buenas noches.








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sábado, 20 de abril de 2013

Una monedita por el amor de Dios.

BITCOIN es una moneda más, como si el daño que hacen las que ya existen fuera poco (las monedas de los países, los instrumentos financieros, el oro, las piedras preciosas) es una moneda inventada en el 2009. 

Como el patacón, por ejemplo, pero un poco más descentralizado. Se trata de una moneda electrónica sin respaldo (igual que las de ahora, bah) basada en uno de los modelos de criptografía en boga hoy: el par clave pública/clave privada. 


La inventó un tal Satoshi Nakamoto, que como Sócrates o Herbert Quain o el Necronomicon, que en algún punto de su existencia, existieron en el terreno de la leyenda o como Bustos Domeq que eran Bioy y Borges, un seudónimo. 


Este sistema construye un digesto en base 58 que es una desambiguación de la base 64. A esta base se le saquen los símbolos que se pueden confundir entre sí. Requiere el uso de un protocolo y un tipo de red P2P. O sea un software que por esas cuestiones, es gratis. 


¿Pero de dónde sale el primer bitcoin? Simplemente SE CREA. El Trabajo de PC que requiere alcanza para generar un bitcoin. 


Ya se pueden comprar cosas con bitcoins. Imaginate, te ponés en casa, te hacés las monedas que necesitás y te comprás algo por Internet. 


Ah, ¿te entusiasmaste? No te entusiasmes con la codicia. No es una buena idea.


Está en etapa experimental. Por el momento se considera un activo financiero de alto riesgo. Y hay inversores que operan con bitcoin. Si esto es así no puede ser nada bueno, ¿no? 


La página de bitcoin dice que NO NOS OLVIDEMOS DE LOS IMPUESTOS. Y es un buen consejo, porque si esto camina (como parece que ocurre) una vez que los gobiernos se encuentren con algo que no pueden parar, el software asegura la trazabilidad de cada bitcoin, su emisor y los pagos hechos con él. 


Aquí hay un videíto super corto sobre BITCOIN, y a continuación un link sobre los FAQ. Esta página es mucho más clara que yo (porque en el fondo no entendí una goma).

http://youtu.be/ICE4PVCUbNY
http://www.queesbitcoin.info/preguntas-frecuentes.html


Ahora yo que soy medio limitada con estas cuestiones me pregunto el futuro de la criptografía. La criptografía se basa mayormente en los problemas np-completos como la factorización de grandes números (o sea su descomposición en números primos), cuando más grandes más costoso el descubrimiento de esa clave: 128 bits, 256 bits. Cuanto más bits use más grande el número a factorizar. CREO, esto lo vi en el 1998/1999 creo y no volví a estudiarlo, es tiempo de volver a agarrar los libros, así que no se fíen de mi explicación. 


Los problemas np-completos son problemas que son muy difíciles de resolver, llevan muchísimo tiempo y cuanto más aumenta el tamaño de los datos (el lote de prueba, la magnitud de un número) el tiempo de resolucón no aumenta en una forma razonable, sino completamente irracional. La tecnología ha permitido aumentar modestamente el tamaño de un número factorizable con el avance de la tecnología.


La computación cuántica por su lado, promete arrasar con los problemas np-completos. El modelo cuántico es diferente al actual, no ofrece 2 sino 8 estados posibles, no hablamos de bits sino de qbits (cuestión de nombre, bah) que tienen una diferencia de estabilidad considerable, con lo cual es indispensable tratarlos de una forma muy distinta, no sólo agregar los otros estados y chau. No es cierto que algo que con 2 bits lleve N años a decir que ahora llevará N/4 años.


Es otra cosa.


Si alguna vez lo llego a saber se los voy a contar.


Por ahora sospecho que si se cumplen las promesas de la computación cuántica de resolver la factorización de grandes número en un tiempo computacional esperable por una persona sin envejecer demasiado, la criptografía que hoy conocemos vuela por los aires.


WIIIII!!!


Yo le tengo mucha fe. Por eso espero que de un momento a otro la prohíban como desarrollar tecnología nuclear o ignorar a las patentes.


Sobre todo si esto de los bitcoins adquiere masa crítica (hoy la tiene pero para una élite), deberían pensar en prohibir la computación cuántica. Ya está casi prohibida en realidad. El conocimiento necesario no es accesible a los muchos para empezar y la mejor forma es seguir enseñando los conceptos que no nos conducen a ella. En segundo lugar porque las componentes y laboratorios no están al acceso de cualquiera.


Aquellos apasionados de lo nuevo y la tecnología tendrán que desarrollar todo su ingenio y creatividad para zanjar estas barreras. Yo creo que esos muchachitos y muchachitas que hoy juegan a hackear computadoras, harían muy bien en formarse en computación cuántica porque la criptografía es una barrera cuya destrucción sería revolucionaria. Y el mundo está falto de revoluciones. El hombre está necesitando alguna revolución para volver a pensar en quién es y qué piensa hacer de su destino en vez de estar haciendo moneditas.


Buenas noches.


PD: seguro estoy cometiendo errores. Los errores son los escalones del aprendizaje. Si encontrás errores, no dejes de comunicármelo. También las opiniones porque si bien no tienen que ver con el aprendizaje, sí tiene que ver con la amplitud de espectro de miradas sobre un tema y también aporta. Gracias.



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Maldito PBI.


¿Qué es el PBI? PBI ó Producto Bruto Interno (producto interior bruto, también) es una medida que expresa en dinero (dólares) la producción total de bienes y servicios de un país (normalmente UN AÑO). Se supone que también se puede incluir la economía en negro mediante ajustes. Incluye sólo la producción FINAL, no los productos intermedios o sea lo consumible. 

Para expresarlo en dinero se utiliza su precio. Aaaah, el precio!! ¿Y eso de dónde se saca? Qué precio, cuál de todos? Bueno, el PBI nominal se toman los precios del último año. Éste es el que se ve afectado por la inflación. Pero hay otro, el PBI llamado REAL (sic) que se calcula a los precios de un determinado año, el año llamado "base". Atenti porque para llevarlo a precios de ese año se usa un índice "deflactor" que (a que ya adivinaron) se calcula en base a la inflación!! Hay otras variantes: si tomamos sólo lo producido en el país (producto bruto nacional) o no, si se valor a a precios del mercado (con impuestos) o al costo. 

Por último como es mucha pero mucha guita, se expresa en MILES DE MILLONES de dólares (para los estadounidenses BILLIONS, para nosotros, no).

Todo esto es para volver sobre lo que puse ayer en Twitter y Facebook.

En esta página tenemos 1 ranking del PBI de 178 países del mundo según el Banco Mundial. Creo que es el PBI NOMINAL.
http://es.classora.com/reports/t24369/ranking-de-los-paises-mas-ricos-del-mundo-por-pib-segun-el-banco-mundial?id=243&groupCount=50&startIndex=1
Hay otro ranking en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_por_PIB_(nominal)

(Como verán estamos entre los 25 países más ricos wiiiiii!!!! En otra estamos 21, vaaaamoooooo.)

Bueh, pero lo de ayer NO ERA DE ARGENTINA. 

Era de Google, que FACTURÓ (a guita del 2013) 14 MIL MILLONES en un trimestre (NO EN UN AÑO COMO ES EL PBI).

Esa empresa FACTURA en 3 meses, 14 MIL MILLONES.
 O sea, tenemos que Google factura en el 2013, sin ajustes, unos 56 MIL MILLONES. 

Google en el 2011 empleaba a más de 30000. Pongámosle que ahora tenga 50.000 empleados en el mundo. 60? Ok, 60... MIL. 

Equiparemos groseramente la facturación al PBI (pues son todos los servicios y bienes de un país EN UN AÑO) con la facturación de Google.

Según datos del 2011/2010, los países con PBI entre 56 MIL MILLONES Y 70 MIL MILLONES eran:

  • República Dominicana (que tiene 10 millones de habitantes, población económimcamente activa más o menos la mitad, o sea los que PRODUCEN)
  • Sri Lanka (20 millones)
  • Luxemburgo (es un caso especial, es muuuuy financiero, 530 MIL) -> tema de otro post
  • Azerbaiyán (9,5 millones)
  • Croacia (4,4 millones)
  • Ecuador (15 millones)
  • Omán (casi 3 millones)

¿Se entiende la relación que hace mi cabeza?

Google factura lo mismo que facturaron esos países (PBI nominal tomé) en estos últimos años, con mucho menos "personal". En los países la población económicamente activa es un porcentaje de su población total pero igual está en el orden de los millones y en Google no llegan a 100 MIL.

¿En qué posiciones del ranking figuraban estos países?
61 a 67

Tratemos de hacer una corrección mental de la escala.

Estamos trabajando con datos de Google del 2013 (un trimestre) y haciendo una proyección lineal (o sea, chapucera). Lo mismo para sus empleados (bah peor, algo exagerado pero para "atemperar", "moderar" el resultado).

Los datos que tomé de los países son viejos, de 2 ó 3 años atrás pero las relaciones se mantienen más o menos igual. Pongámosle que en vez que asimilarlos al PBI de los países de ranking 61 y 67 los asimilamos al ranking 80 a 100. Igual quedan por debajo de la lista 78 países. 

Porque el ranking que usé tiene 178 países con 7 MIL MILLONES de personas viviendo en el mundo, como pueden.

Reitero, la población económicamente activa de cualquiera de estos países, igualmente estará en el orden de los millones y los empleados de Google en el orden de los miles.

¿Se entiende que una empresa es más poderosa que un país?
UNA empresa.

(Puedo estar equivocada, si es así, dejá un comentario y lo veo cuando tenga otro recreíto como para darme una vuelta por el blog)

¿Cuántas empresas hay en el mundo de dimensiones y poder comparables?

Ahhh, ese es tema de otro post.

Buenos días.




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jueves, 4 de abril de 2013

Tristes guerras.

Tristes guerras
si no es amor la empresa.

Tristes, tristes.


Tristes armas

si no son las palabras.

Tristes, tristes.


Tristes hombres

si no mueren de amores.

Tristes, tristes.

De Cancionero y romancero de ausencias
Miguel Hernández

Ayer estaba en la cola de la cafetería en donde sostuve una conversación incidental: las demoras antes de salir a la mañana. Cuanto más temprano me levanto, más tarde llego.  En realidad fue ella quien dijo algo en ese sentido y yo concidí y di mi proio ejemplo. Pero ella había iniciado la conversación con la intención de desahogarse. Porque ella había llegado tarde porque apenas se levantó se conectó a Facebook para responder a una conocida, que decía que no estamos o estábamos preparados para una guerra (con Inglaterra). Ella echaba humo, belicosa, porque ella consideraba que la guerra la habíamos perdido por traición: traición de los países "hermanos", tración de los funcionarios porque habían comprado armamento fallado (¿cómo se explica -decía- que el misil haya penetrado en la nave enemiga y no haya explotado?), traición de los militares hacia los pibes (el matrato) y también, CLARO, por mandar pibes contra profesionales.

¿Cómo podemos seguir repitiendo los mismos remanidos argumentos, incidentales? Que no explican el origen, la causa y la finalidad de cualquier guerra. ¿Cómo, después de 20 años de Internet, de la explosión de la información y los puntos de vista (equivocados o no, no interesa), de la difusión masiva de las posturas revisionistas, después de la extensa moda "de revisión de archivo", de escraches, cómo puede ser, que no revisemos esos argumentos del tiempo de cuando se memorizaba el manual Kapelusz y decíamos en el acto escolar, emocionados hasta el llanto: "Tome, mi general, esta cadenita de oro. Es lo único que tengo, se lo doy para ayudar a la patria." o "No importa, mi capitán, muero contento. Hemos batido al enemigo."

Siguió en esa línea hasta que con la mirada buscaba mis palabras en el mismo tenor. Yo no sabía cómo disentir sin atizar su fervor patrioteril. Yo me sentí presionada a opinar y dije algo así como "la guerra es un horror". Ya ni recuerdo. Lo que sí recuerdo es que a ella no le gustó y contraatacó: "Si se meten en tu casa, ¿no los vas a echar? ¡¡SSS!!". (SSS = soplido indignado).

Antes que nada quiero aclarar que mis altos ideales patrióticos murieron con los pibes en Malvinas. Mis ideales hoy son mucho más prosaicos: no más que el bienestar del día a día de la gente común y eso solo ya me llena de dolor y pesar. No podría cargar con toda una patria en la espalda.

Yo lamento mucho estas situaciones como la de la mujer de la cola. Porque no es lo mismo. Mi casa es el lugar donde vivo, duermo, reflexiono, comparto las comidas con quienes amo. Y tampoco atacaría a nadie con un misil por esa causa. Malvinas no es mi casa. La Puna no es mi casa. La Patagonia no es mi casa. Yo no tengo ningún mérito en la belleza de la Quebrada de Humahuaca, ni de los lagos o glaciares del Sur. Esas bellezas están por sí mismas. Quienes nacen y crecen allí, son parte de ellas y viceversa. Yo respeto eso de la Naturaleza. Y me maravilla, me exalta. Podría decir que la naturaleza es mi hogar. La vida, la libertad, necesidades que defendería, pero no una región delimitada por una frontera. Una frontera definida por conveniencias políticas, ni culturales, ni racionales, ni étnicas. No me siento proclive a matar por hacer que un trozo de tierra o agua quede inscripta en unos papeles en cuyo contenido se funda el poder de los estados. Los gobiernos, esos habitantes de ese terreno infernal de los estados, son quienes están interesados en eso. ¿Qué interés podría tener yo en el hogar de los qom o de los isleños? Es muy probable que a lo sumo vea sus paisajes por TV o Google Earth. O vaya de turismo. ¿Por qué habría de sentir "mío" esos terruños?

¿Y en qué consistiría esa "propiedad"? ¿Acaso puedo ir los esteros del Iberá y hacerme una casa donde quiera? ¿Acaso puedo ir a la plaza y acampar durante mis vacaciones? ¿Acaso comparto las creencias, los saberes y los quehaceres de los kollas, o de los mapuches? ¿En qué sentido son míos esos lugares o esas culturas?

¿Y no será que en todo caso, son los kollas, los mapuches, los qom, los isleños y los criollos que eligieron esa porción de la Naturaleza para transcurrir allí su vida mucho más "dueños" que yo?

¿Con qué derecho iría a perturbar su paz o sus conflictos?

¿Acaso me llamaron para algo? ¿De dónde saldría esa ominpotencia de "defender" un supuesto "orden" alterado? ¡Quién! ¿Yo?

¿No será acaso ese adiestramiento canino, de una sobrevalorada argentinidad, como si fuera algo real, aquello que nos da letra en estos temas? Nuestra tierra.

¿Nuestra tierra? Yo más bien diría que la tierra que habito, con su clima, sus otros habitantes, animales, vegetales, minerales y humanos, con sus vientos y sus aguas, son quienes me poseen. Ellos me dan forma, me nutren, me proponen actividades, recorridos, transcursos.

Podrán ser míos sólo poéticamente. El afecto de la cotidianidad crea ese lazo, completamente ignorado por el paisaje, el polvo o la roca. Ese lazo de mí hacia las cosas. En todo caso, soy parte de ese paisaje. No más que eso. Eso me da derecho a compartir la suerte del resto del paisaje. Así como los animales y los vegetales ofrecen su pasiva resistencia, yo podría resistirme también a que perturben mi paz. No más que eso.

Ese lazo es el que inspira la música, la pintura, los ritos, todos esos condimentos de la cultura. Ese lazo es el producto y el productor de esa cultura. Por ese lazo uno podría morir, por ver derrumbarse uno a uno los ingredientes cotidianos de ese paisaje, que se permanente se hace carne y me explica.

En el extremo además, en el amor a la vida, a la libertad, sobre todo a la libertad de transcurrir la vida en paz: nacer, crecer, desarrollarse, envejecer y morir, en el extremo, podría, ante la posibilidad extrema de verlos amenazados, ante el dolor y la certidumbre de su pérdida, resistir con violencia a la violencia. ¿Qué persona, en armonía, querría perturbar su propia paz, atacando una lejana tierra, parándose y diciendo, "esto es mío", si su hogar está tan lejos y tan lleno de afectos reales, concretos, palpables día a día?

¿Quien, que amara la vida, que amara a los hombres, no por buenos, sino por semejantes, por compartir la misma suerte, podría concebir la guerra?

¿Quien, que amara la libertad de elegir cómo vivir y cómo morir, podría aceptar algo tan artificial como los motivos de la guerra, más aún habiendo testificado la larga Historia de los hombres, los motivos, nunca nobles, de la guerra?

Ahora que la palabra resistencia ha vuelto a estar de moda, se invierten los argumentos. Ahora no es guerra, es resistencia. Ahora no es recuperación, es resistencia.

¿Resistencia de qué? ¿Quién de nosotros estaba allí siendo despojado? ¿Desde cuándo somos justicieros de los isleños? ¿Cuándo nos pidieron ayuda? ¿Quién de los antiguos habitantes argentinos, quedó resistiendo hasta el final? ¿No serían burócratas tal vez?

¿Es mejor acaso ser argentino que inglés o bengalí? ¿Es mejor ser argentino que iraní o koreano? ¿Es mejor ser argentino que toba? ¿Qué es ser argentino? ¿Tener un nombre y apellido asociados a un número, el que dispensa el Registro Nacional de las Personas? ¿Cantar el himno? ¿Vacaciones en los feriados de la patria? ¿Decir que la bandera jamás fue atada al carro vencedor de un enemigo? ¿Aliarse con Brasil y Uruguay para atacar al Paraguay? ¿Decir Viva el Rey y conspirar? ¿Qué es ser argentino? ¿Ir a votar? ¿Admirar a San Martín o a Belgrano? ¿Cantar la marcha peronista? ¿Qué es ser argentino? ¿Tomar mate y ser solidario? ¿Ser un vivo bárbaro? ¿Repetir hasta el cansancio que "inventamos" el dulce de leche, el bolígrafo, la identificación por huellas digitales y el colectivo? ¿Repetir arrogantemente que Maradona, Messi, Fangio, Houssay, Milstein, Perez Esquivel y Bergoglio son glorias argentinas? ¿Que Borges y Cortazar lo eran? ¿Los que viven perdidos en los cerros jujeños y que hace unos años quedaron despojados por el alud hicieron posibles también que esas glorias surgieran? ¿Cuál fue su contribución? ¿Son ellos también de esos hombres y mujeres? ¿O hubieran existido igualmente habiendo nacido en Brasil, en Ecuador o Mozambique? ¿Acaso la vida de esos hombres despojados cambiaron en algo un solo minuto el compartir "nacionalidad" con Borges o Bergoglio? ¿Con Videla y Massera?

¿Acaso otros países no han tenido, tienen y podrán tener también glorias y vergüenzas de ese estilo?

Está muy bien mirar un partido de futbol y gritar Ar-gen-tina, Ar-gen-tina. Es divertido, es emotivo, nos une una selección. Está muy bien sentir que tenemos una historia en común, que algo nos une a través de los siglos, luego de haber sido exiliados de nuestros hogares naturales y haber resignado nuestra cultura a las imposiciones de las migraciones y el marketing. Algo que nos dé un poco de identidad, ya que no es la cultura ni la ideología.

Es lamentable sin embargo que nos ate esa exaltación de las muertes sin sentido. Está sobredimensionada la gesta patriótica. Durante siglos los reyes, las juntas, los emperadores, los presidentes, los directorios y triunviratos, los príncipes, han engañado a los pueblos y les han hecho sentir que había una amenaza real en que multitudes de hombres desde el otro extremo del planeta nos sometieran a su arbitrio. Con esos engaños nos han hecho marchar lejos de nuestros hogares, de lo único real, del único testimonio de nuestra corta existencia, a invadir y acumular, a atropellar, a sembrar horror y enconos. A todos, a todos los pueblos del mundo. A lo largo de toda la Historia. Con esas viles mentiras, como si la Tierra no fuera lo suficientemente extensa y pródiga, nos han inventado enemigos y nos hemos enterado de su existencia y ellos de la nuestra, a través de cuidados argumentos, repletos de pruebas falaces y vergonzosas. Con esas mentiras han alimentado nuestra ferocidad, nuestra naturaleza predadora y nos han lanzado, en la cumbre de la violencia, contra los otros, enceguecidos, efervorizados, arengados con discursos hivientes de carroña.

Cómo voy a justificar que un hombre, una mujer, de cualquier edad, no termine su vida en armonía.

Y esto no aplica solamente a la guerra.

Buenas noches.




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