miércoles, 28 de noviembre de 2012

Crímenes contra la propiedad I.

A veces (cada vez más frecuentemente) me parece increíble que el hecho hurtar o robar un objeto sea un crimen tan atroz como lesionar la integridad de una persona (física o anímica).

Y que tantos crímenes contra la integridad de una persona sean alentados, estimulados, disfrazados y con un batallón de eufemismos, aligerados de su carga.

Hace uno o días atrás escuchaba en la radio a Chiche Gelblung que medio en broma provocadora o medio en serio, decía, ante el escándalo de Nelson Castro, que "robar un banco es un acto justiciero".

La verdad que es más o menos así. Cuando pensamos en el gran daño que han hecho las empresas financieras a grandes masas de personas en todo el mundo y a lo largo de su historia, fomentando industrias de muerte y enfermedad, generando y alimentando crisis económicas, desocupación, hambre y atendiendo a que los seguros terminan reparando el ocasional daño a particulares y más aun, considerando que los accionistas son anónimos y circunstanciales (siendo como son comprados y vendidos sin miramientos ni nostalgias), pienso que puede verse como un acto justiciero.

Los gerentes y directores (sacerdotes del culto a la acumulación y al consumo) no se ven directa e indispensablemente afectados, salvo por una cuestión de prestigio y sólo eventualmente también económicamente a partir de un bono anual que los enamora en una forma completamente alienante.

A los empleados se les podrá hacer creer que necesariamente se ven afectados pero la realidad es que ni es necesario ni es indispensable y si se los afecta es sólo a los efectos de lograr la condena moral a este tipo de hechos.

El caso Fendrich consechó más simpatías que condenas. Y sólo cuando alguien era pescado en una sonrisita cómplice por una persona infecta de moralina conservadora, sólo entonces se dejaba oir el coro condenatorio del vulgo.

La historia de la literatura y del cine está lleno de héroes ladrones, desde Robin Hood hasta Thelma y Louise, Dillinger, Bonnie and Clyde y tramas como El golpe, De mendigo a millonario y muchas otras, que nos demuestran que la gente mira con mayor simpatía el ingenio y la precisión o el coraje que un daño económico que la gente no ve como daño pues no afecta a la supervivencia de la víctima (o bien se considera merecido).

La gente vive como una pequeña revancha este tipo de expropiaciones. Ladrones devenidos en héroes. Estafadores en íconos admirados.

La ley está para crear moral.

Hoy en día, los periodistas repiten hasta el paroxismo que cruzar una luz roja es criminal y que quien lo hace es un asesino. Una luz que es una convención, un acuerdo y que tiene sentido sólo si hay conflicto de derecho de paso. ¿Dónde está el crimen si no hay conflicto, si no hay transeúntes u otros vehículos concurriendo en lugar y oportunidad a un mismo punto de encuentro? Pero la ley crea moral. Y en vez de poner una luz amarilla intermitente y estimular el crear responsabilidad social en forma autónoma, decimos, la luz roja tiene entidad moral e ignorarla es causal de inmoralidad. Dejamos una luz camaleónica de roja a verde y de vuelta a roja, durante toda la noche en calles vacías, sometiendo a los ocasionales viajeros a esperas inútiles o peligrosas so pena de ser etiquetados de criminales.

La ley está para crear moral.

Un papel en el mejor de los casos, replicado, custodiado, atribuye los derechos de la libertad sobre aquel que se arrogue el atrevimiento de cuestionar su significado. El hurto, el robo, la estafa. No interesa si el hecho es o no lesivo. El cuestionar el papel es lo que está penado, no el presunto daño ocasionado.

Y como no es el criterio del daño sino el significado del papel, si no hay papel no hay derecho. Y entonces si alguien es expropiado de lo que necesita para vivir, pero no tiene papel, la justicia lo ignora, lo posterga. Y si tiene papel pero no sufre daño, el titular tiene derecho sobre la libertad del perpetrador, o sobre las consecuencias sobre su integridad física de la privación de esa libertad.

Por eso los más humildes, sometidos por generaciones nunca reciben justicia, pese a que son expropiados diariamente de lo que necesitan para vivir. Y aquellos que les sobra para darse lujos frecuentemente, reclaman justicia y son oídos y reparados con prontitud.

Porque la ley está para crear moral. Para decirnos cuándo debemos pensar que algo está bien o está mal.

Y la ley habla de propiedad cuando establece castigos severos. Y los daños no cuantificables como es el sometimiento a una vida indigna, no hallan su lugar en códigos y leyes. Porque siempre hay un papel, a nombre de otro que los deja sistemáticamente afuera.

Es ese sentimiento de reparación el que se juega cuando alguien roba a un poderoso, sea un banco, o un millonario. La ley por un instante deja de dictar moral en las conciencias. Se abre la brecha y por un instante el robo se convierte en un acto justiciero.

Buenas tardes.



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Como los perritos de Pavlov.

Ayer, recorriendo los posters de Expoenseñanza en la UNDAV, vimos una de las experiencias compartidas de otra carrera, para la materia de "Metodología de la investigación sociocultural" o similar (creo que de la Lic. en Gestión Cultural), un trabajo propuesto a los estudiantes alrededor de dos citas, una de Ulrick Beck y otra de Zygmunt Bauman, dos sociológos que he tenido la ocasión de leer y que he "disfrutado".

Digo "vimos", porque estaba con un colega, matemático, docente de Análisis Matemático y de Informática y me comentaba que él había también leído varios sociólogos y en especial que admiraba mucho a Foucault.

Sin duda, creo que para muchos aficionados a la sociología como él y yo, hay un antes y un después de Foucault.

¿Cómo llegó a esa afición? Por legado familiar. Las profesiones de sus padres están muy emparentadas con la sociología. De hecho, él mismo había participado de una investigación acerca de los medios de dominación y manipulación y las nuevas formas de esclavitud, aceptadas socialemente pero no menos violentas. Dicha investigación había concluido en un artículo publicado por "La Ley", creo que en el 2006.

Entre las sorpresas agradables de ayer, ésta fue una de las más gratas. Encontrar una afinidad en alguien en quien no esperaba, me da siempre cierto alivio.

Pero todo esto viene a cuento de que ayer, cuando escuchábamos las historias de las distintas materias (la mayoría relacionadas con lo social) y a raíz de la conversación con mi colega en donde hablamos puntualmente de las nuevas modalidades de esclavitud, me volvió a la mente el 23/nov y el no-compres (acá el lunes 26 de nov, hubiera correspondido, a raíz del cyber-day).

Puntualmente me comentaba (y yo acuerdo totalmente) que el éxito de esta sofisticada forma de esclavitud reside en crear la ilusión de ser libre.

Crean para nosotros la ilusión de ser libres. Por eso nos sentimos casi ofendidos si alguien nos dice que somos esclavos.

Hoy la gente no cree que sea esclava porque le han creado la ilusión de ser libre.
Como en Matrix, como en La Isla, como en tantas películas que ilustran el mundo ilusorio en el que vivimos y morimos.

Y más precisamente es el consumo, el fin y el medio de la esclavitud. Mantenernos consumiendo como fin de la acumulación de poder económico y como medio, mediante la creación de esa ilusión de libertad. Libertad de consumir.

En "La Máquina del tiempo" de Wells, somos testigos de un futuro en donde la gente, adiestrada a obedecer a una sirena de guerra, se dirige voluntariamente a la gran "tolva humana" que convierte a los habitantes de ese futuro distópico en alimento voluntario de ciertos extraterrestres antropófagos que pacíficamente encuentran la forma de criar ganado humano. Manteniendo como ritual, el recurrir al refugio antiaéreo ante una ya desconocida pero ancestral amenaza de guerra. Como los perritos de Pavlov.

¿Acaso hoy no es lo mismo?

¿Acaso no concurrimos gozosos al shopping (ahora directamente a nuestra PC) a consumir y alimentar a esas grandes bestias que nos crean la ilusión de que necesitamos consumir y depredar la naturaleza para ejercer una falsa libertad, so amenaza de derrumbe del mundo conocido, libre, sin fronteras, si las empresas, nuestras proveedoras de felicidad sucumbieran ante una disminución o un no-crecimiento del consumo?

¿Acaso en Monsters Inc. y en Matrix, no es la energía humana, del letargo, del miedo o de la risa, el alimento a nuestros esclavizadores?

¿Y acaso no sale la industria del entretenimiento a auxiliar a toda esa trama a mantenernos distraidos para que no midamos las consecuencias, no descubramos qué hacemos cuando consumimos, en qué nos convertimos cuándo convertimos nuestra vida en tributo al consumo, cómo pasamos a depender de los objetos que nos rodean y cómo roban nuestro tiempo, en atenciones, reparaciones, y reemplazos?

Somos, entre otras cosas, esclavos de nuestras posesiones. Los objetos de los que nos rodeamos con la ilusión de que nos pertenecen, en realidad se han adueñado de nosotros, al punto de no saber qué hacer en su ausencia o su falta. Al punto de considerar un crimen ser expropiados de ellos, como si se tratara de una amputación o un atentado a nuestra integridad.

Había un viejo chiste que transcurría en una reunión de hombres y uno de ellos insistía ser libre "pese a ser casado" porque lavaba cuando quería, planchaba cuando quería, cocinaba cuando quería...

¿Acaso nosotros no nos creemos libres porque creemos que elegimos consumir...cuando queremos... con la salvedad de que nos estimulan a querer siempre ... como en el matrimonio del chiste? Como los perritos de Pavlov.

¿Y si no consumimos qué? Nos expropia la obsolescencia. Esta expropiación no la vivimos como criminal. Esta expropiación, de manos de los más ricos y poderosos no la vemos como un crimen. Sí la vemos como un crimen, si proviene de un raterito que nos aliviana de un celular que igualmente tendremos que descartar a lo sumo 6 meses más tarde.

La obsolescencia es esto: una expropiación legal. Bien vista. Estimulada y que cuenta con nuestra total colaboración.

No podemos no renovarnos porque dejamos de recibir soporte, dejamos de conseguir repuestos, o bien somos mal vistos o bien no queremos pasar por perdedores.

Estamos obligados a renovar nuestros consumos, a renovar nuestros incondicionales votos de consumo eterno. Nuestra ofrenda a la esclavitud cuasi religiosa moderna.

¿Libres? Como los perritos de Pavlov.
 
Buenos días.

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jueves, 22 de noviembre de 2012

23/nov: No compres.



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martes, 20 de noviembre de 2012

Del aprendizaje I.

El aprendizaje es un proceso que responde a una decisión del estudiante. Son muchos los factores que inciden sobre esta decisión. Desde conocimientos previos a cuestiones sociales, personales, ambientales, ideológicas y también vinculares. Entre otros, qué vínculos concibe ese estudiante con ese saber ofrecido, qué valor le da, qué simboliza, qué significa. 

Los porqués están en este campo. El por qué tengo que aprender, el por qué es útil, el por qué me conviene, el por qué tengo que responder de determinada forma. Las respuestas y los resultados imaginados son parte de esta decisión.

Algo debe haber ocurrido desde varios ángulos para que estos significados alrededor del aprendizaje se hayan resentido tanto.

Son varios los temas a reflexionar.

Voy a empezar por uno que creo que tiene mucha importancia y que tiene que ver con los vínculos con las personas. Las relaciones de confianza y lo que significan. 

No puedo extrapolar ahora si esto se da o cómo se da en el nivel primario y secundario. Por ahora me limitaré a una práctica muy común desde los '90 en universidad.

En aquellas disciplinas más prácticas principalmente, en donde los docentes somos profesionales, y sobre todo somos elegidos en parte por nuestro CV que destaca más si cuenta con varias empresas grandes, se nota más. 

Primero veamos cómo somos profesionalmente, en algunos aspectos nomás, a modo de ejemplo, pero podrían agregarse  muchos otros, también, supongo, positivos.

Desde el ámbito profesional promovemos la interdisciplinareidad, la cooperación, la colaboración (que asume un requisito de confianza), y por el otro no respondemos ni promovemos nada que no esté por escrito (porque así también es en las empresas) por un exceso de control, por una persecución de auditoría

Temas como la integridad, la robustez ante errores y últimamemente con la confidencialidad y secreto de la información y las tácticas de la inteligencia social para vulnerarlas, hacen que estos deseos de colaboración y cooperación basados en la confianza, se conviertan en vínculos burocratizados basados en la desconfianza y la "cola de paja".

Esta burocratización de los vínculos laborales se naturaliza. La colaboración y el cooperación, la buena fe, el compañerismo de a poco se van transformando en alguna otra cosa, variable según el humor y la afinidad entre las personas. 

Por ejemplo, dejar todo por escrito para cuando aparezca el conflicto.

Por ejemplo, dejar espacios ambiguos no visibles a los demás para poder dejar la responsabilidad "del otro lado" del posible conflicto futuro.

La hipótesis de conflicto está siempre presente, conflicto por mala fe, por competencia de jurisdicción, conflicto por consecuencias de errores involuntarios.

Y la hipótesis de conflicto nos remite a las del poder, los ases en la manga, el poder de poseer información y no revelarla como extorsión, soborno o carta ganadora para un remate sin discusión.

Sé que suena exagerado porque hemos aprendido a minimizar y seguir adelante, pero no lo es porque se ha enquistado en nosotros de tal forma que no podemos tomar distancia.


Esto lo trasladamos al ámbito educativo.

Así reemplazamos la relación docente-estudiante como par dialéctico del aprendizaje, basado en la confianza, en un prototipo de relación futura patrón-empleado basado en el objetivo (que acota el ámbito de actuación, pues descarta todo lo que no se alinea con él), el control, la desconfianza y la intolerancia al error, siendo éste fundamental en el aprendizaje. Constituyéndose todos en componentes del curriculum oculto.

Si bien muchos consideran que éste es el patrón que dominará la vida del profesional luego (o sea, la "realidad"), no todos eligen este patrón y tampoco es sano considerar que los patrones de confianza en relaciones entre pares, vecinos, amigos o parientes, deban contener el matiz de la relación de poder desigual inherente a la relación patrón-empleado. 

Por el contrario, sería sano no acotar el aprendizaje de respuestas a un único tipo de relación. El problema es que lo que vemos es que los compañeros de trabajo empiezan a replicar este tipo de relación a ámbitos personales en donde no debería haber relaciones asimétricas tan pronunciadas.

Incluso en lo laboral: tanto el independiente como aquel que elige un modelo cooperativista no debería aplicar este tipo de vínculos. 

Este aprendizaje llega al estudiante (y a cualquier otro en situación de aprendizaje, no necesariamente un estudiante) por múltiples vías: los aspectos formales cada vez más especificados, más parecidos a un contrato y los comportamientos ambiguos, indefinidos, desconfiados, entre los más comunes.

Y vamos dando más espacio a los aprendizajes conductuales requeridos por las grandes corporaciones, en detrimento de aprendizajes en el eje espistemológico, del conocimiento disciplinar, que requiere respetar el tiempo y maduración del conocimiento en el estudiante, diverso de experiencias e intereses. Encorsetándolo en un entrenamiento para un tipo particular de empresa restrictiva (cuyas características analizaremos en otros posts).

Docentes que no quieren usar el mail, que no quieren escribir o recibir un sms, que no quieren dejar material informatizado, inflexibles a las excepciones, no contemplativos aún cuando no haya perjuicios derivados de la flexibilidad en cuanto tolerancias, cambios, cronogramas, medios o docentes que no aceptan cuestionamientos o no pueden concebir clases con participación activa del estudiante.

Comportamientos derivados del miedo en el mejor de los casos, de una concepción de roles asimétricos, o del hábito de la manipulación de los elementos de poder en el peor de ellos.

Todos elementos que forman parte del curriculum oculto. Aquello que no está programado pero que también se enseña.

¿Qué elige aprender un estudiante universitario conciente o inconcientemente de todo esto? ¿Qué vínculo establece con el conocimiento, con el saber? ¿Qué vínculo establece con los docentes y sus compañeros teniendo en cuenta estos factores?


Buenos días.

 

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jueves, 15 de noviembre de 2012

Derecho de copia.

Acerca del derecho de copia versus el copyright. La cesión de derechos del autor a las editoriales.
 
Este documental es una "conversación", un "docu-ficción" de 11 minutos extraídos de un episodio de 25 minutos llamado "Conocimiento compartido" emitido durante julio de 2011 por el canal Encuentro de Argentina. 

Aquí el enlace: http://youtu.be/lhIQ-N2y534  

Acompaña al video un texto explicando el contexto. Uno de los párrafos discute: "la criminalización del acceso a material educativo por parte de estudiantes y profesores, las nuevas tecnologías que facilitan la circulación del conocimiento, y algunos paradigmas emergentes como el copyleft, creative commons, la wikipedia o el software libre."

En este video se explica la diferencia entre el punto del vista del editor y el punto de vista del autor.

Buenos días.



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Cualquier trabajo es mejor que ningún trabajo.

Se ve que en los '90 se escuchaba mucho esto. De hecho, en "Manifiesto contra el trabajo" del grupo Krisis de esa época se lo menciona. Y Carlos Tomada (Ministro de Trabajo de la Rep. Argentina) en octubre del 2011 hizo una referencia a la caducidad de esa consigna: "Ahí comenzó un combate serio contra la naturalización del trabajo ilegal, que en los '90 llegó a acuñar conceptos como 'cualquier trabajo es mejor que ningún trabajo'."

Ahora, 20 años más tarde hasta los presidentes de las empresas se hacen eco (eufemísticamente) de la abolición de esta remanida frase, en la que aún demasiada gente cree (incluso ellos). Es cuestión de googlear la frase del título "cualquier trabajo es mejor que ningún trabajo" para que aparezcan justificaciones tales como "para llevarse algo a la boca", o consejos hacia desocupados, incluso alguna cita de Jorge Bucay, el psicoterapeuta mediático: " «En tiempos como éste, cualquier trabajo es mejor que ningún trabajo. No son tiempos para que uno se dé el lujo de poder elegir»." (http://www.diariosur.es/20091128/sociedad/pasar-20091128.html) Pareciera que este texto estuviera especialmente destinado a demostrar que la psicología es funcional al sometimiento de la gente al sistema que lo oprime y excluye.

Pero la realidad es que yo misma fui criada bajo ese lema. Y si ahora pienso así es porque he visto mucho sufrimiento de mucha gente como para seguir ignorándolo.

Si bien nunca me vi en situación de tener que aceptar un trabajo... digamos... indigno (la otra frase memorable es que "todo trabajo es digno" y que "el trabajo dignifica") y mi padre (criticado como tantos otros en una situación similar) en general no aceptaba cualquier trabajo, recuerdo haber escuchado casi semanalmente alguna crítica a un familiar, amigo, conocido o simplemente ante una noticia cualquiera: "encima se da el lujo de rechazar un trabajo", "encima que le ofrecen un trabajo", "que agarre, mejor es cualquier trabajo que ninguno, después verá". Cuando además, el "después verá" es la gran trampa: alguien que está cumpliendo un horario, difícilmente "después pueda ver".

La situación empeora cuando la gente no sólo es humillada por este tipo de comentarios, colocándola en la posición de un mendicante de cualquier trabajo para "poder llevarse algo a la boca" o "tener dónde caerse muerto" (¿alguien se habrá puesto a pensar lo macabro de la frase antes de pronunciarla?, ¡trabajar en cualquier cosa, no importa qué ni en qué condiciones...¡para tener dónde caerse muerto!), sino también, con los párpados debidamente estirados, las comisuras de los labios hacia abajo y los labios fruncidos, reprobar con un "encima con pretensiones", "habráse visto tamaña desvergüenza".

Es doloroso.

Es doloroso escuchar que la persona que dice estas cosas está pensando que una persona deba agradecer ser tratada como un lastre, un desperdicio, un parásito, un esclavo, cuando en general su trabajo es necesario para que otros lastres y parásitos no trabajen bastante más arriba en la pirámide. Cuando son las empresas las que necesitan que la gente trabaje para que pueda consumir lo que ellas ponen en el mercado, después de hacerles creer que realmente necesitan eso para ser dignos y felices. Y que es un honor tener ese grillete en el tobillo, rubricado tal vez, por un logo de prestigio. Y que encima muchas de ellas especulan (aunque lo nieguen o disfracen) con pagar lo menos posible para que la gente tenga que trabajar más para producir más y consumir más, para el beneficio de la propia empresa, luego de transferirle la creencia de que se trata del beneficio de todos. Con la ladina amenaza de que sino la empresa cierra y quedan a la calle montones de familias.

Qué perversidad.

Buenos días.



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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Mano dura.

En realidad me baso en algunas cosas que leí y que escuché. Pero también leí sobre la psicologización de algunas cuestiones, la estigmatización a través de la psiquiatría, el quitar la voz a través de la medicina y la ley. Y... ¿qué pasa cuando, por generaciones, le quitamos a voz a millones de personas? ¿Qué pasa cuando por siglos, grandes masas de personas son estigmatizadas, encasilladas y obligadas a la marginalización, a jugar el papel de víctimas propiciatorias?

Ocurren muchas cosas.

Unos prefieren renegar de su origen. Otros prefieren confiar en un premio en otra vida y someterse a distintas humillaciones en ésta a fin de comprar su entrada en el paraíso.

Otros se "enferman".

Y otros más, resisten y se niegan a jugar el papel de víctimas propiciatorias e intentan revertir los roles, con mayor o menor suerte.

Algunos llegan al extremo de insensibilizarse. "Si a la sociedad no le importa, a mí menos".

Gran parte de la gente deja de confiar en la ley. Algunos la desafían por romanticismo o por su propio beneficio para comprar el paraíso aquí y ahora y... pague después. 

¿Mano dura? ¿Para alguno de ellos? ¿Para los insensibilizados mano dura? Cuanto más los repriman más poderosa será su reacción. La revancha explota con la chispa del atropello. 

Aquellos que decidieron desafiar a la ley, por el motivo que fuera, no se va a sentir impedidos por la ley. Por ninguna ley, ni suave ni fuerte. Ni por ninguna amenaza.

El límite opera sobre quienes reconocen la legitimidad del límite, sobre quienes acatan el límite. Indignarse porque el otro no lo respete no revierte la situación.

¿Se ve para quién es la mano dura?

La mano dura la piden los débiles para evitar que los otros débiles dejen de serlo. La mano dura la piden los pusilánimes para no tener que reconocer su cobardía. Después se indignan claro, de que no se acaten a las normas, aquellos que nunca se acataron.

La mano dura es la mejor forma que tiene el poder de someter a los cobardes, porque a los "pesados" no se los para con la mano dura. Ellos son la mano dura. La mano más dura porque no tienen el límite de la ley. Que como poner una cerca de papel barrilete al paso de una estampida.

La ley está para los que nos sometemos voluntariamente a ella. No para aquellos que la violan una y otra vez. Para ellos no hay ley. La ley les sirve para que la gente se confunda y se entretenga reclamando que alguna vez funcione. Que pongan otra ley para cubrir el hueco que la ley anterior dejó abierto. Para poner el parche en el roto que dejaron los tironeos de las leyes previas.

Los que no tuvieron miedo de desafiar la ley, la sociedad, están fuera. Qué ley los va a convencer de someterse al sistema. Es un juego de niños, en donde algunos niños, con tal de seguir jugando se someten a las prendas, mientras otros, nunca se someten, juegan o dejan de jugar y simplemente se atienen a las consecuencias... si los acorralan. Resistirán hasta el final.

Mientras nos entretenemos indignándonos y rezongando como niños que acusan a su compañerito a la maestra y nos dejamos convencer por las campañas de delación: delate al que evade, delate al que pone cara rara, delate al avivado, proteste, grite, llame al 911, al 0800-delator, más vale prevenir que curar, mientras todo eso ocurre, a los delitos de los rateros, sumamos cada vez más sofisticados delitos de guante blanco, cuyas víctimas sin voz jamás se harán escuchar, sumamos cada vez más políticos generadores de nuevos delitos, propiciando cárteles, bandas, mafias. Redes imposibles de desarticular. Pedófilos, tratantes de personas, traficantes de órganos, narcotraficantes, patoteros. Y además organizaciones fronterizas entre lo lícito y lo ilícito. Mientras nos mantienen entretenidos pidiendo mano dura.

Mano dura para que no nos salgamos de nuestros carriles.

Para nosotros es. Para los corderos que pastamos todos los días la misma parcela y somos incapaces de levantar la cabeza. No es para los pesados, nunca es para los violentos. Nunca.

Buenos días.


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viernes, 2 de noviembre de 2012

La Realidad: mapa conceptual.

En la facu desde hace un tiempo comenzamos a incorporar los mapas conceptuales, aquí tenemos uno muy interesante para analizar la realidad.

Dense una vuelta. Tengan presente que haciendo click en al imagen el diagrama se abre a pantalla completa y LUEGO con un nuevo CLICK puede ampliarse para leerse perfectamente bien hasta la letra más pequeña.

Cada relación da para pensar, está más que interesante para hacer un par de ejercicios introspectivos y darse un permiso para alguna especulación al respecto.

La Realidad: mapa conceptual del "Breve tratado para atacar la realidad" (López Petit).

Apto para discusiones en grupo de amigotes.

Buenos días.

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jueves, 1 de noviembre de 2012

Inteligencia social y espías.

Yo creo que no se puede avanzar en el tema de la inteligencia social y los espías sin remitirse a Sun Tzu. De cuando leí "El arte de la guerra" recuerdo que me quedó la conmoción acerca de la eliminación de ciertos espías y con qué frialdad se enseñaba que esto debía hacerse así. Esto no lo encontré en el texto digital. Tal vez en el verano pueda encontrar y revisar mi versión impresa y verificar si este recuerdo es real o creado por mi imaginación.

Igual posteé en mi otro blog Nada que ver con nada, el capítulo XIII (el último) según la versión digital.

Pero extraigo aquí algunas líneas pues la inteligencia social no sólo es deducir, revisar la basura e indagar en las preferencias de la gente, sino también contar con los intereses, ingenuidad y buena o mala fe de terceros que están en conocimiento de los asuntos de interés.

Y esos son los espías.

Aquí se ver cómo se pueden armar auténticas redes de manipulación a través de informantes o espías. Armar la trama para transmitir como mensaje un posible plan, o mostrar falsamente interés en un tema como maniobra de distracción, por ejemplo, son posibles usos de los espías. En este caso, verdaderos peones de la táctica ingenieril.

Hay que tratar de abstraer el lenguaje y contexto militar.

Ahí va Sun Tzu:

"Existen cinco clases de espías: el espía nativo, el espía interno, el doble agente, el espía liquidable, y el espía flotante. Cuando están activos todos ellos, nadie conoce sus rutas: a esto se le llama genio organizativo, y se aplica al gobernante.
Los espías nativos se contratan entre los habitantes de una localidad. Los espías internos se contratan entre los funcionarios enemigos. Los agentes dobles se contratan entre los espías enemigos. Los espías liquidables transmiten falsos datos a los espías enemigos. Los espías flotantes vuelven para traer sus informes.
Entre los funcionarios del régimen enemigo, se hallan aquellos con los que se puede establecer contacto y a los que se puede sobornar para averiguar la situación de su país y descubrir cualquier plan que se trame contra ti, también pueden ser utilizados para crear desavenencias y desarmonía.
En consecuencia, nadie en las fuerzas armadas es tratado con tanta familiaridad como los espías, ni a nadie se le otorgan recompensas tan grandes como a ellos,  ni hay asunto más secreto que el espionaje.
Si no se trata bien a los espías, pueden convertirse en renegados y trabajar para el
enemigo.
No se pueden utilizar a los espías sin sagacidad y conocimiento; no puede uno servirse de espías sin humanidad y justicia, no se puede obtener la verdad de los espías sin sutileza."

Lo que para mí es importante y por eso está entre esta bitácora de introspecciones es que cuando pensamos en manipulación, y en conspiraciones manipuladoras, pensamos en fantasías conspirativas. Pero la realidad es que la manipulación, la información y las conspiraciones son y fueron objeto de estudio serio. La gente se forma en estas cuestiones. Con esos nombres o con otros, la gente aprende a hacer uso de estas armas. El arma de la palabra, el arma de la confianza.

Por ahora nada más. Dejemos macerar lo del otro post "Ingeniería social y conspiración" (que trata el tema a partir de la mitad más o menos)  y lo de éste, para ver qué sale de estas levaduras.

Buenas tardes.


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