sábado, 30 de marzo de 2013

Abolición del dinero.

Ayer escribía un post acerca del dinero como virus o como especie simbiótica y citaba la idea general (correcta o erróneamente recordada de la hipótesis de Burroughs acerca de la palabra como virus). También ayer buscaba algo sobre "Abolición del Dinero" que es una de las mayores aspiraciones de algunos tipos de idealismo utópico.

Y buscando encontré que los últimos posteos de artículos sobre "Abolición del dinero" son acerca de todo lo contrario. Obviamente me puso un poco nerviosa. Las notas hablaban de la culminación de la virtualización del dinero y para crear un título de impacto, hacía una contra-analogía con el tradicional significado de la abolición del dinero: la eliminación de la circulación física del dinero, billetes y monedas metálicas. O sea, el peor escenario de creación virtual de dinero.

Esos posts hablaban de Suecia y su audacia en el proyecto de la eliminación del circulante. Esto es tema de otro post. Qué implicaría la eliminación del circulante, pero tendría que remitirme al vocabulario contable, económico tradicional y no sé si tengo ganas de hacerlo. Las notas referidas las incluiré al pie.

Ya en el blog "Nada que ver con nada" yo había posteado un artículo sobre el funcionamiento de los multiplicadores bancarios. Esa nota adolecía de algunos errores, me pareció pero ilustraba bien la idea principal. Ayer, luego de encontrar las notas de Suecia y ya un poco desahuciada, encontré algo cercano a lo que buscaba. Me estoy refiriendo a las notas (en inglés): "The grand mortage deception..." o en español:

http://ynadaquevernomas.blogspot.com.ar/2012/10/the-grand-mortgage-deception-espanol.html



Primero que todo, ¿qué buscaba? Buscaba un panfleto, un libelo al estilo de "Abolición del trabajo" de Bob Black o de "Manifiesto contra el trabajo" del grupo Krisis, o de "Manifiesto contra el progreso" de López Tobajas o como el manifiesto del Unabomber. Algo muy impactante, tal vez algo exagerado. Buscaba algo así que me efervorizara y me reafirmara más allá de saber que se trataría secretamente de una arenga.

En esta oportunidad se trata de un juicio llevado a cabo en 1969 y un curioso dictamen. El post no menciona si hubo apelaciones y en qué resultó, pero es interesante el color epopéyico de la defensa.

Es corto. Disfrútenlo: Abolición del dinero.

Buenos días.

Nota:
Los otros links prometidos (tal vez escriba algo sobre ellos más adelante):
Sobre Suecia: 
http://www.bbc.co.uk/mundo/cultura_sociedad/2010/07/100728_0954_suecia_elimina_dinero.shtml
¿Antecedentes de la crisis? 
http://www.libertaddigital.com/economia/abolir-el-dinero-en-metalico-la-siguiente-politica-contra-la-crisis-1276364278/
Noticias amarillistas:
Relacionar con "In Time" la película en donde la ingeniería genética logra detener el envejecimiento pero condiciona la vida "eterna" a la acumulación de "tiempo-dinero" en un implante electrónico.
http://www.noticiacristiana.com/iglesia/escatologia/2012/03/europa-avanza-hacia-la-abolicion-de-dinero-%C2%BFestara-mas-cerca-el-666.html
http://www.taringa.net/posts/info/14394463/Implantes-de-Microchip-2013.html



DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD: Todas las afirmaciones de este blog son libres interpretaciones mías, sujetas a posibles, abruptos y arbitrarios cambios de opinión sin aviso previo.

jueves, 28 de marzo de 2013

Tan fácil es brillar 2.

Y sí, es fácil brillar. No es fácil ser un genio, ver lo que los otros no ven. Estamos muy condicionados. Yo sé que no tengo ese talento. No aspiro a eso. Tampoco me parece que estando de visita como estamos, tenga mayor importancia que la felicidad y la libertad.

Pero brillar es fácil. Y la gente se deja encandilar por el brillo.

Problema de los demás. Aquellos que se dejan maravillar por las palabras brillantes tendrán que vérselas con sus decepciones luego.

Porque brillar es tan fácil.

Para brillar es necesario estar dispuesto.

Dispuesto a postergar sus sueños, dispuestos a adular, dispuestos a trabajar por amor al arte, dispuestos a callar, dispuestos a dar más de lo que indica el sueldo, dispuestos a postergar lo importante por lo urgente, dispuestos a hacer la vista gorda, dispuestos a elegir (por ejemplo) a un jefe en lugar de un compañero, dispuestos a plagiar, dispuestos postergar la vida personal, a varias otras cuestiones o a varias de todas estas, o dispuestos a aprovechar la oportunidad de seguir un sueño a riesgo de perder luego.

Las personas que no negocian, más perfeccionistas en contenido que en forma, tienen menos oportunidades. La flexibilidad, la doble moral, el comportamiento ambiguo, el apego a las formas y al protocolo siempre tienen mayores posibilidades. 

Alguna de estas disposiciones se notan inevitablemente y no se pueden ocultar. Somos una vidriera de nuestras virtudes y nuestros defectos. Y por más que no aspiremos al poder (hay gente que ADEMÁS aspira al poder) si nos mueve la pasión, buscamos poder materializarla, hacer eso que nos da pasión. Y arriba nuestro hay alguien que muy probablemente esté interesado en construir poder: un jefe. Todos nosotros, los bienes, las relaciones entre nosotros o con los demás para ese que detenta el poder son meros recursos. Un activo. Es lo que hay y hay que construir el poder con eso.

Tal vez puedan cambiar alguna carta pero básicamente eso es lo que tienen para armarse la quintita.

Y nosotros, con nuestra pasión, o nuestros talentos en el mejor de los casos, y nuestras relaciones, y nuestra capacidad de establecer nuevas relaciones, resolver problemas, o GENERARLOS incluso, caer bien o ejercer presión, somos recursos, somos cartas. A veces somos buenas cartas y no depende de la calidad de nuestro trabajo, la fortaleza y solidez de nuestra pasión o de nuestra inteligencia emocional. Depende de los planes de esos jefes. Y a veces somos malas cartas y nos cambian por otra. Así de simple.

Si algo de todo lo tuyo es funcional a esos planes, te darán un espacio y te harán brillar. Inflarán tus logros, ocultarán tus fallas o tus carencias. Harán metas o redactarán "valores" a tu medida, para que cuadres. Y si te interesa brillar, eso será una extorsión casi nunca dicha. Pero siempre latente. Ante la menor rebeldía te dejarán caer.

Si te creés que brillás por tus méritos es bueno que sepas que no sos mucho mejor que otros que no están teniendo esa oportunidad. Hoy, este juego exige estas cartas. Mañana seguramente será otro juego, otra mano, y las cartas podrán ser muy otras, o tal vez no tanto, o tal vez podés vos mismo cambiar tus propios activos y jugar de otra forma y seguir en pie... o caer por decisión propia.


Hay millones más talentosos en la sombra que jamás podrán expandir su potencia creativa. Y tampoco renunciando a nuestro lugar podría mejorarse eso: un lugar vacante siempre es codiciado y bien o mal, ocupado. Y aquel talento que es invisible, seguirá siéndolo mientras alguien con alguna cuota de poder, de influencia, lo adquiera como recurso.

Eso, es el mentoring.

Y brillarás mientras tengas un mentor.

Buenos días.


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Tan fácil es brillar.

Anduve muy pero muy atareada. Y cuando eso ocurre después de unos días tengo la cabeza hecha un volcán, el corazón una fragua y los ojos, lanzas. Tengo la suerte de que poca gente llega a mis blogs, y casi siempre es gente que puedo identificar, y eso me hace sentir en confianza. Y la longitud de mis posts y su naturaleza (que no es informativa ni divertida) también desanima. Por eso me sirve para desahogarme porque pese a que ya sé cómo es el mundo, en el fondo sigo creyendo que no tiene por qué ser así, y sigue sorprendiéndome.

Para bien y para mal.

Ahora al punto. Hay personas que desean ser reconocidas por sus "méritos" y hay gente que desea brillar. Dentro de la gente que desea ser reconocida, hay gente que se sobrestima y hay gente que comprende que los aportes son valorados en función de muchas cosas (utilidad percibida, valoración del contexto, dificultad instrumental, cuestiones financieras o cuestiones políticas) y lo toman con relativa calma.

Pero en este caso me ocupa el tema de los que desean brillar... a toda costa.

Yo pensé que los plagiarios eran especímenes poco frecuentes. Pero parece ser que en el mundo científico y académico abundan. Y simplemente no puedo entender eso. Cuando estaba en Ingeniería de UBA me habían comentado ya que a dos profesionales excelentes (cuya excelencia y pasión me constan) le habían "robado" la casi totalidad de su tesis de doctorado a una y otros trabajos a la otra.  No sé si esto no fue un impedimento para que aún la primera no haya obtenido su doctorado.

Luego ingresé en UNDAV y allí tuve contacto con otros profesionales más. Allí me enteré que un docente de Ingeniería de UBA había sido "echado" por plagiario. El vergonzoso incidente se conoció cuando el verdadero autor encontró su trabajo con el nombre de ese docente y lo denunció. La comisión investigadora encontró además otro artículo plagiado.

Me acordé de Bucay y pensé que tal vez yo había sido también muy ingenua con su caso (alguna explicaré cuál fue mi evaluación del caso).

Cuando yo era estudiante en un momento tenía que elegir con quién cursar Inteligencia Artificial, una materia cuatrimestral: había dos cátedras. Una a la noche, la más conveniente; para la otra tenía que pedir un permiso especial en mi trabajo y compensar en extraturno. Lo que se decía por radiopasillo era que uno de esos docentes, el de la noche precisamente, llamémosle "A" era una eminencia pero a las mujeres les exigía cosas nuevas cada vez que resolvían una dificultad hasta bien superado el cuatrimestre, buscando "cansarlas". A los varones, en muchos casos, les pedía favores sexuales. En todos los casos, el docente no aprobaba a los estudiantes al término del cuatrimestre. A veces los estudiantes seguían haciendo "ajustes" y cambios por nuevos requerimientos, aún después del año y medio. Yo no pensaba pasar por eso y me decidí por la otra cátedra. También era común escuchar que algunos docentes hacían eso para usar los trabajos de sus estudiantes como propios y hacerlos producir para ellos. Yo no tenía ese talento tampoco. Tal vez por eso firmé siempre en término :).

Años más tarde y ya recibida, decidí ver qué posgrado iba a cursar. Volví a Ingeniería (en dondeya hacía mucho que era docente) y vi dos que me interesaban, una Maestría en Dirección de Empresas cuyos requisitos de tener experiencia en gerencia por tres años me dejaba afuera y la carrera de posgrado de Ingeniería de Software, de modalidad remota. El docente era el mismo que en los casos anteriores y de hecho la carrera estaba diseñada para el ITBA donde también era docente (es muy común que los docentes sean los mismos en todas las casas de estudio: UBA, UTN, ITBA). Tuve una entrevista con el docente que tenía una personalidad impactante: sin duda esa carrera era lo mejor para mí. Fue esa la única vez que lo vi. Sin embargo, una conversación con mi director de Sistemas en Ford, un one to one, me hizo desistir de Ingeniería de Software y me aconsejaba un MBA ya que Ford estaba orientándose a profesionales generalistas y dejaría el trabajo de desarrollo en manos de consultoras. Así que partí a buscar un MBA.

Cuando me contaron la anécdota del plagiario yo conté mis dos anécdotas y el tema quedó en el aire. Varios días después cuando trabajábamos sobre el diseño de una materia, surgieron dudas. Se trataba de las diferencias entre dos materias de las cuales teníamos gran parte de los contenidos pero nos faltaba hilar un par de cuestiones y nos faltaba ese conocimiento experto detallado. Eran materias completamente nuevas, novedosas y para el director de la carrera, fundamentales para formar profesionales orientados a la robotización de plantas industriales.

Otra de las docentes del equipo era la encargada de buscar  información para hilar mejor esos contenidos que ya teníamos. Ella es habitualmente muy calma, jamás se la escucha levantar la voz, tiene una cadencia homogénea al expresarse y un ritmo pausado para armar las frases. Por eso me sorprendió cuando la escuché levantar la voz, indignada y eléctrica: "Yo de este tipo no voy a leer nada". Eran dos materias del famoso plagiario, pero con contenidos diferentes a las nuestras. En ambas materias de Ingeniería se incluían los mismos contenidos, exactamente: Inteligencia Artificial. O sea, esas dos, más la propia Inteligencia Artificial, con los mismos contenidos.

Recordé que yo había querido postularme para la comisión curricular de Ingeniería de UBA pero que había sido ignorada, pese a que el Departamento de Computación tenía interés en tener en la comisión curricular más informáticos -en lugar de tantos electrónicos, como hoy ocurre. Y pensé: "¿qué trabajo hicieron en la comisión curricular que no notaron la triplicación de contenidos?" Te puede pasar que ante un apuro, o ante presión, te ocurra, pero tarde o temprano alguien tiene que notarlo. Y cuando se nota, hay que corregirlo. Por una cuestión de honestidad intelectual. No porque no nos podamos equivocar o marear como realmente ocurre cuando estás trabajando con tantos datos simultáneamente.

Yo no lo podía creer. No por el docente sino por todos los demás. Y la docente de nuestro equipo agregó: "No, si por eso los chicos lo llamaban 2x1, tenía varias materias duplicadas, en Ingeniería era como un Dios, le daba lustre a la facultad. Ahora está en Lanús".

Cada vez que intentaba salir de mi asombro recibía una nueva estocada. Y en esos pocos segundos habían sido varias estocadas juntas.

"¿Y los estudiantes no lo denunciaron?"

"Sí, lo denunciaban pero en la facultad se decía que no era creíble y que no había pruebas".

"Y lo del 2x1 cómo era?".

"Vos te anotabas en Materia I y cuando la aprobabas te firmaba Materia I y Materia II, que era exactamente igual".

Yo entiendo que a veces uno se encuentra en circunstancias en donde uno no alcanza a evaluar las consecuencias o las implicancias de lo que decide. Y hace "cosas" (grises), un poco por inercia o porque no le parece relevante y en realidad, lo conduce hacia alguna meta. Y yo creo que todos en algún momento hemos incurrido en situaciones poco claras resultando beneficiados, sólo que no hemos tomado registro. Pero me pareció que esto era algo de otra dimensión.

Ese docente no brilla más en FIUBA. Pero brilla en la web pues aparece como eminencia en la materia en todas las consultas, en las JAIIO y en su CV siguen figurando sus materias y sus artículos como si nada hubiera pasado. Google mantiene su prestigio. De hecho la comunidad científica no lo ha dejado a un lado y sigue dándole espacio en el ambiente académico.

Y ayer volvió a surgir el tema. Con respecto a las categorías de los investigadores. La universidad quiere tener investigadores de categoría 1. Y eso no es tan fácil porque no hay tantos docentes con doctorado que estén interesados en una universidad nueva que no es muy conocida todavía. Ocurrirá, pero no tan pronto como desean... creo (nunca se sabe). "Fulana y yo somos categoría 2, Fulana necesita el doctorado para acceder a categoría 1". Y luego "sí, acá ya han robado producción, ya hay casos de plagio".

Yo no entiendo cómo funcionan las categorías, se ve que es algo transversal a los institutos y a las universidades. Ya me enteraré pues la vida me está llevando por ese rumbo y siempre recojo el guante que me arroja la vida. Con 48 años, prefiero no planear, es un poco tarde para mí pretender mucho más que participar en uno o dos proyectos de investigación en categoría 50000. Y no quisiera verme envuelta en ese mundo de brillos de vidrio culo de botella y de plagios por orgullos insolventes. Tampoco querría verme envuelta en una investigación que termine no siéndolo. Espero que la vorágine no me arrastre.

No podía salir de mi asombro cuando uno de los de la sala dijo: "pero el de Mengano no es el único caso de plagio en FIUBA, hubo también otro: Zutano". Zutano tenía mala fama entre los estudiantes, se decía que iba a clase "tomado", que le "fallaba la cabeza" y cuando yo cursé "Análisis de la Información" ya no iba a dar clases, otro docente lo reemplazaba. Y creo que jamás lo vi ni tengo su firma en mi libreta tampoco.

Ayer le decía a mi compañero: no hay diferencias entre una empresa y una universidad. Las cosas tienen distinto nombre pero es lo mismo. No es que no supiera de las tramas políticas dentro de la universidad. Pensaba que podía evitar verme demasiado envuelta. Sé que estoy en una universidad pública y por ende, política, y estoy muy cerca de funcionarios políticos, y también sé que de caer ellos, caeré también yo. Ya me pasó en FIUBA con la Coordinación de Tutorías y estaba preparada. Ahora sé que esto puede ocurrir, en el caso de que ellos mismos no me expulsen antes. Y estoy preparada también para eso. Aunque la orientación política de esos funcionarios que funcionan en bloque no es homogénea y en algún caso tampoco tan clara, se forman espontáneamente frentes, camarillas y por más que uno no quiera, para los demás, terminamos asociados a uno u otro bando.

La sorpresa fue enterarme de que no eran tan excepcionales los casos de cartón pintado en el mundo docente y de investigación. Yo pensé que existía eso del amor al conocimiento. ¿Pequé de ingenua? ¿Sigo siendo tan pero tan ingenua o me estoy enterando sólo de lo malo?

Amo el conocimiento, el aprender es un placer que no tiene fin. No puedo entender cómo eso puede quedar en un segundo plano en el mundo de la educación y la ciencia. Amo estimular en los estudiantes ese mismo amor y no "depender de" ni "endiosar a" sus docentes. Menos a mí. No dejamos nunca de aprender y descubrir en nuestro propio mundo de teorías cuando es eso lo que deseamos. Y eso es maravilloso.

Y mi compañero me decía: "pobre, pensabas que ibas a poder ser libre y feliz". Y le dije: "soy feliz, y también soy libre. Si no es para mí, me voy a ir sin pena." Cuando pude resolver mi desvinculación de Ford creo que logré internamente resolver el tema de las lealtades. Por algún motivo, si el precio de ser reconocida por mis supuestos méritos es ese, prefiero no brillar. Y creo que lograré irme pese a los enconos. Igualmente esa eventualísima luz diminuta, lábil y fugaz, no cuenta en nada en la larga Historia del Mundo y no va a contribuir a mejorar ni una pizca el bienestar de los miles de millones de vidas que se desperdician ciegamente tras el dinero.

En esas grandes estructuras, creo que lo mejor es permanecer anónimo. Brillar te ata. Te quita libertad. Quedás preso de un prestigio, es como un demonio con su tentación omnipresente. Preferiría no brillar pero eso no depende totalmente de mí, como veremos en el próximo post (más tarde).

Buenos días.


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miércoles, 27 de marzo de 2013

El peor invento.

Yo sé que no es fácil de aceptar para muchos y que es aún mucho más difícil de encontrar salidas para aquellos que piensan igual que yo. Pero para mí el peor invento del hombre ha sido el dinero.

En realidad funciona como un virus.

Anoche le contaba malamente a mi compañero, ya medio dormidos los dos, lo poco que recordaba de la teoría de Burroughs sobre la palabra. Burroughs dice que la palabra es un virus.

Ahora recuerdo poco y mal. Seguramente cuando transcriba las páginas de Burroughs a "Nada que ver con nada", mi blog de lecturas conmocionantes, tendré más frescas las cosas y tal vez ahí deba corregir este post o bien directamente eliminarlo si es que no acerté a la idea principal.

Antes quiero compartir dos recuerdos que tienen algo que ver. Cuando tenía 20 más o menos, una amiga había entrado en Bioquímica. Ella me contó que no había acuerdo sobre cómo definir un ser vivo. Algunos daban 4 condiciones para clasificar a un espécimen como ser vivo, otros más, otros menos. Las funciones varían desde nacer, mantenerse (nutrirse), desarrollarse, reproducirse, relacionarse y morirse, a sólo nutrirse, desarrollarse y reproducirse. Recuerdo que ella me había dicho que de acuerdo a la definición vista en su cátedra los virus no se consideraban seres vivos. Ya cerca de los 30, fui a una excursión ecológica a la Isla Martín García. Allí visitamos unas ruinas y vimos la crisálida de una mosca que inyectaba "algo" (no sé si una toxina, o qué) a la planta produciéndole un cambio en su ADN y haciendo que la planta cambie su forma de crecer para hacerle la crisálida a su larva. Yo me traje la crisálida. Parece una vasija, perfecta (luego si la encuentro le sacaré una foto y la subiré a este mismo post), con una boca, por donde salió la mosca adulta luego de finalizada su etapa larvaria. Esa vasija era parte del mismo tallo, modificado genéticamente, tal como hacen nuestros ingenieros genetistas hoy en día, pero en forma "casera". O sea la mosca, cuando necesita, transforma a la planta anfitrión, genéticamente, para sus propios fines de reproducción.

Burroughs dice que la palabra es un virus. Compara al hombre con otras especies similares y muestra cómo evolucionó transformando su aparato fonador a la medida de la palabra hablada. Constitución que no han desarrollado otras especies. Dice también que los virus mutan en cepas cada vez más eficientes en ser incorporados por su anfitrión. O sea, un virus se instala en un ser vivo y el virus alcanza la perfección cuando el anfitrión deja de rechazarlo, cuando el anfitrión no muere, sino que incorpora los cambios que requiere el virus para vivir sin que el anfitrión note su presencia. Personalmente me recuerda al concepto de simbiosis, pero no puedo asegurarlo pues no soy especialista en el tema. Y tampoco sé si la definición de virus de Burroughs o mi interpretación es muy ajustada o adolece de errores de traducción o comprensión. (VER NOTA AL PIE: 23 de abril de 2013)

Y no recuerdo si él mismo lo escribe pero sí recuerdo haber leído que por ejemplo, los virus que producen algunas enfermedades que son transmitidos por insectos, el transmisor no se enferma, simplemente porta el virus. Ese podría ser el objetivo del virus. Y para eso muta, para lograr una cepa no dañiña para el anfitrión. Lo que sí menciona Burroughs es que probablemente las primeras cepas de la palabra hayan matado a sus anfitriones, ahorcándolos un posible excesivo desarrollo de sus cuerdas vocales en pleno orgasmo por ejemplo, funcional a los fines reproductivos de la especie anfitriona y del mismo virus. Pero luego de sucesivos ensayos genéticos logra una cepa que se instala en el hombre, y lo condiciona, ya que nos comunicamos con palabras, pensamos y razonamos con palabras y estamos perfectamente adaptados a ella, por no decir que nos hemos sofisticado al extremo en su uso. La palabra, bajo este supuesto, ha re-inventado al hombre a sus propios fines. Lo ha obligado a mutar como hace la mosca con el tallo, a sus fines reproductivos.

Y qué hay del dinero.

Si alguien se atreve a contradecirme al afirmar que el mundo gira en función del dinero, tendré que responderle que es o un caradura o un irreflexivo. Hoy en día está primero el dinero o su expresión equivalente de la propiedad privada. La libertad de un hombre vale menos que el daño ocasionado a un bien que se traduce en propiedad. La propiedad privada asegura que alguien proteja el valor monetario de ese bien. Es mi auto y no tenés derecho a quemarlo porque es mío. Y es tan valioso que se expide un papel que acredita esa propiedad, que asegura la exclusividad de su usufructo.

Es más claro con un pañuelo. Nadie iría preso por quemar un pañuelo común de otro, por ejemplo. Sí, en cambio. si ese pañuelo fuera una antigüedad costosa, con valor histórico, el pañuelo de Napoleón por ejemplo, lo que se traduce en el valor monetario de su exclusividad. El hecho de ser único, tiene un valor, aunque los mocos limpiados con él hayan sido tanto o más asquerosos que los de otro más lindo, o actual e igual a otros millones, que sólo se ha usado para opacar el brillo de alguna frente como coquetería.

No quiero decir que no haya un daño detrás de la quema de un vehículo, mayor que tras la quema de un pañuelo. Aunque el caso del pañuelo da para analizar otras cuestiones que tienen que ver con los significados, como la cuesitón de los patrimonios nacionales o de la humanidad. Pero eso ya es tema de otro post.

Sinceramente yo tengo objetos. Algunos que amo porque tienen que ver con mis abuelos, mis padres, mis tíos, o alguna otra persona querida que falleció. Tropezarse con esos objetos aumenta las oportunidad de rememoración, aunque haya otros disparadores del recuerdo además. Por otro lado hay objetos que me son útiles, algunos muy baratos como cuadernos o lápices y otros muy costosos como mi casa o mi auto. Y el problema del reemplazo (en el caso de la utilidad) o de ser únicos (como el caso de los recuerdos y sus significados), hacen que si me queman mi auto, para mí sería un gran problema, porque no me resultaría tan fácil llegar a mi trabajo, o ir de un trabajo a otro, o arreglarme sola para hacer muchos trámites y ocuparme de un sinfín de cuestiones y además trabajar, y tendría que hacer menos cosas (que no sé si está tan mal, pero me sería un gran trastorno). Pero creo que tenemos derecho a conservar aquello de lo que hacemos buen uso.

Pero ayer mi compañero estaba azorado porque despidieron a su jefe. Su jefe le trajo muchos problemas porque hizo muchísimos cambios simultáneos, muy impactantes y muy costosos desde el punto de vista humano. Un hombre así sabe que no tiene permanencia en ningún lugar, que una vez que cumplió su función, ese tipo de estrategia es inviable al largo plazo, y aunque no haya sido idea de él, una empresa se deshace tarde o temprano de quienes las llevan a cabo. Pero pese a ello, a este hombre lo tomó por sorpresa. Mi compañero no sufrió ningún daño personal por la presiones de su jefe o sus planes ambiciosos que revolucionaron la empresa. Pero su jefe no esperaba el despido. Había hecho exactamente aquello para lo que lo habían contratado. A mi compañero le hizo mal ver a su ex-jefe mal. Pese a que lo hizo renegar tantas veces, no puedo ignorar su perspectiva humana y sintió que la de los jefes es una carrera bastante estúpida y que sólo se explica por el dinero.

La presión se explica por el dinero. La codicia obviamente, se explica por el dinero, el concepto de ser o parecer más que el otro, se explica por el dinero. El miedo a perder el trabajo, el miedo a perder autoridad dentro del trabajo, el miedo de perder imagen entre familiares, amigos o vecinos. El miedo a no tener con qué pagar los créditos o en el extremo a no poder comprar los alimentos. Ese miedo que se remite al dinero o a los objetos que se pueden adquirir con él, por lo que significan más que por la utilidad que proveen. Directa o indirectamente.

Es un círculo vicioso. Porque es difícil saber dónde se origina este sinfín de complicaciones. ¿Necesito más dinero porque necesito mostrar que soy más que el otro? ¿Necesito ser más que el otro porque es la única forma de acceder a un mayor bienestar y mayor seguridad? ¿O es el dinero el que necesita que yo me sienta insegura para que dedique mi vida a superar al otro a fin de asegurarme un bienestar y una seguridad que, en virtud de la dificultad de acceso al dinero, lo convierte en un privilegio?

¿Acaso no es el dinero el que hace que seres inteligentes, hábiles, ingeniosos, industriosos se conviertan a tal punto en inútiles que no puedan procurarse lo necesario para sobrevivir, si no es por la posesión temporaria de un papel que dice que tengo derecho a comer? Si a ese hombre, hoy un inútil sin ese papel, lo dejara solo en la naturaleza, industrioso y social como su naturaleza lo indica, ¿no desarrollaría estrategias de caza, de pesca, de recolección, de protección mutua, como ha sido en el pasado? ¿Acaso no es el dinero el que ha convertido al hombre en un inútil y lo ha humillado al punto de obligarlo a bajar la cabeza por el mero hecho de no haber podido juntar esos papelitos mágicos? ¿Y por qué no podemos todos?

Porque si el dinero se obtuviera fácilmente, no tendría valor. Aquello que abunda, aquello a lo que no puede imponérsele una barrera, no tiene valor, no tiene la posibilidad de cortársele el acceso. Para que un hombre no pueda hacer uso del sol, hay que encerrarlo. Para que no pueda hacer uso de la lluvia, hay que encerrarlo. Para que no pueda hacer uso del viento, hay que encerrarlo. Y además impedirle que pueda procurarse de todos esos elementos que la inteligencia de su especie desarrolló para aprovechar el sol, la lluvia y el viento. Y evitar que desarrolle esos saberes sólo es posible mediante el precio. Inventar e imponer una barrera para que algunos puedan y otros no. Y eso ya define estratos. Los que pueden y los que no. Y ahí inventamos una desigualdad. La peor de todas, la que proviene de las barreras arbitrarias.

Porque si el mundo no tiene lugar para todos nosotros, un lugar digno para procurarse la satisfacción de las necesidades básicas y un poco de bienestar algo más allá del límite de subsistencia, es porque está el dinero de por medio. Si no hubiera una barrera que marca quienes están dentro de cada nivel, el dinero no tendría razón de ser, porque es la medida, la regla que marca la distancia entre niveles, desde el cero en adelante. Y es el dinero el que por y para sí mismo necesita de esos niveles, para que esa necesidad de no estar excluidos, haga que nos sometamos al atropello de todos los niveles por encima por el acceso al alimento, a la vivienda y a un mínimo bienestar. Y esa necesidad de dinero hace de nosotros las bestias depredadoras que no dudan en privar a otros de los mismos derechos que reclamamos para nosotros mismos. Para mantener el privilegio de no caer de nuestro nivel y aspirar al próximo, a ese que está destinado a uno de cada 10 ó 100 ó 1000 de nosotros.

Es el mismo dinero el que se hace desear a través de los bienes que pueden adquirirse sólo por él. Nos hace desear trabajar más y producir más, para llenar nuestra vida de objetos que a larga nos dominan, ocupan nuestro tiempo en buscarlos, en seleccionarlos, reemplazarlos, cuidarlos de los ladrones, tomar previsiones para evitar la expropiación del robo y la obsolescencia. Vivimos para obtener más dinero y rodearnos de bienes que no tendremos tiempo de disfrutar porque estaremos trabajando para obtener más.

Pero destruir todos los objetos que representar la mercancía de cambio "dinero" no alcanza para abolir el dinero. Abolir el dinero no significa destruir los bancos centrales, quemar billetes, fundir monedas, destinar el oro a fines médicos, por ejemplo, y así con el resto. Abolir el dinero significa destruir la idea de la necesidad de una barrera. Destruir la idea de la escasez y de la necesariedad de gestionar la falsa abundancia. Abolir el dinero significa acabar con la idea de que hay una forma razonable de vivir, la acumulación, y millones de formas incorrectas de vivir. Destruir la idea de que la escasez define naturalmente un orden social implícito en donde hay gente que sobra, falaz, entre otras cosas porque no hay prácticamente gente que no produzca. Abolir el dinero implica abolir el pensamiento único, abrir paso a la creatividad del hombre sin las barreras de una escasez ficticia, definida por ese pensamiento único.

Buenas tardes.

NOTA (23 de abril de 2013): Transcribí el fragmento (enlace al fragmento) que citaba de "mala" memoria en este post. El texto fue extraído de "La revolución electrónica" y se omite la disertación inicial acerca de la diferenciación entre palabra hablada y escrita y el habla animal y humano. Burroughs cita al Dr. von Steinplatz, una creación de él. Hay otras teorías similares como la de la línea recta. Dicha teoría, cuyo autor desconozco, dice que las líneas rectas no existen en la naturaleza por lo que la afición de los humanos por las líneas rectas, obedece a una infección viral extraterrestre. Por favor, si alguien consigue el autor, que me lo pase. Gracias.


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