domingo, 3 de junio de 2012

Miedo y dolor.

Siempre me asaltan dudas. Sobre todo cuando veo los famosos "archivos" que como es bien sabido "nadie resiste". Pero hay archivos y archivos. Últimamente escucho acusaciones de todos contra todos y me pregunto: ¿es posible? ¿Es posible que toda esta gente haya tomado tan a la ligera las negociaciones en las que intervino y que no haya hecho un mea culpa por las consecuencias? ¿O no son ciertas? ¿O están exageradas? ¿O están trampeadas?

A mí me resulta imposible recordar los asuntos turbios o los escándalos que involucran a políticos y sindicalistas y luego de varios años no sé si me suena por algo bueno o algo malo. El problema es que naturalmente me pasa que cuando "me suena" un nombre, tiendo a creer que entonces puedo confiar. Deploro mi memoria en esos casos.

Pero sobre todo me asalta una gran duda. Cuando uno se vio realamente envuelto con ciertos personajes, ¿no puede ser posible que uno no supiera, no diera crédito a las sospechas, o no se haya dado cuenta?

No es exactamente esto lo que me pasó hoy leyendo una nota que había seleccionado hace algunos días atrás de izquierda.info.

Llegué a Izquierda.info no sé cómo, pero empecé a visitarlo porque saca todos los días las portadas de los diarios más importantes del país, no importa de qué tendencia. Eso me gustaba.

Luego encontré a su director o autor, Carlos Petroni y me pareció interesante tenerlo en Fb para ver qué publicaciones hacía. Yo no sé a qué línea ideológica reporta de todas las de izquierda que hay. No sé dónde están las simpatías de la izquierda argentina y me confunde bastante, pero sí sé que en general no estoy muy de acuerdo con varias de las declaraciones de distintos partidos de izquierda pero sí me interesa estar informada y la izquierda suele ser prolífica en información.

Ignoro si los informes y noticias que provienen de uno y otro lado (como la mayoría de nosotros), son ciertos, cuán ciertos, cuánto revelan, cuánto ocultan, qué fines persiguen. Y como lo ignoro, en general, "dejo en romojo" la información hasta que por algún motivo llegue a sentir que estoy en condiciones de formarme un juicio de valor.

Hoy vi un informe de Izquierda.info en donde se vincula a Hugo Moyano, entonces uno de los principales exponentes de la JSP, y otros militantes de las organizaciones sindicales, con la Triple A.

Me dio miedo. Si esto es cierto, es gravísimo.

Me da miedo que los mismos personajes que fueron protagonistas, actores o delatores, ejecutores, conspiradores y demás, de esa década tan difícil y sangrienta, sigan vigentes y que ignoremos o no podamos recordar cómo estuvieron vinculados.

Me da miedo pensar en los que hoy se inician y están engañados: porque no conocen, porque creen en sus colegas, compañeros, porque aún no tienen motivos para dudar y que terminen vinculados con quienes mañana se vincule con hechos inmorales, espúreos, cuestionables.

¿Y si hoy yo estoy vinculada con algún personaje oscuro y no lo sé? ¿Y si estuve vinculada con algún personaje oscuro y aún no lo descubrí o si estuve vinculada y simplemente desoí advertencias y las desestimé por ser crédula y pecar de buena fe?

Yo tengo millones de dudas. Millones de cuestionamientos. Pero siempre he sido muy honesta en mis creencias. Y tal vez peco de ingenua muchas veces, me parece que la gente, podrá parecerme equivocada o no, pero siempre actúa con honestidad intelectual. Y yo sé que no es así sin embargo no tengo evidencias.

Esa nota me dio miedo. Esta semana hablábamos de sindicatos con algunos compañeros, y había pedido el contacto de uno para informarme sobre la situación de la gente de Informática en otras empresas, y me enteré de algunos movimientos sindicales en la empresa en la que trabajo, su OS, y recuerdo haber leído sobre su pasado, las entregas que hubo y las desapariciones en las que resultaron... y me da miedo.

Digo. No puede ser, estas cosas no pueden haber pasado, es el producto de la imaginación de personas truculentas, paranoicas, de pensamiento conspirativo pero están equivocados, no pudo haber pasado todas estas cosas e impunemente presentarse como adalides de la lucha de los trabajadores, partidarios de la libertad, de los derechos humanos. No me entra en la cabeza.

Y me da miedo.

Y me da dolor. No quiero pensar que estamos en manos de un grupo de violentos inescrupulosos que nos usan como peones en sus partidas de ajedrez, sólo por ver quién queda primero en algún campeonato siniestro.

No quiero ser parte de ninguna de esas partidas. Porque si toda esta gente estuvo tan involucrada en el pasado, al punto de ser corresponsable de muertes y desapariciones, todos los otros que se iniciaban en la política, al menos habrán llegado a sospecharlo (en el caso de no haber tenido pruebas).

Buenas noches.


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