jueves, 7 de julio de 2011

La naturalización de los mitos.

Desde la creencia de que el hombre el bueno por naturaleza, a que el hombre es malo por la misma causa, hay un sinfín de matices.

Antes de Roussseau y Malthus, otros pensadores han hablado del Hombre. Descartes, Platón, y también muchos otros directa o indirectamente, en obras que han trascendido por distintos motivos. Pero lo bueno de Rousseau y Malthus es que me acuerdo de las definiciones pre-digeridas y ultrasimplificadas. El hombre es bueno e inocente por naturaleza o bien el hombre es perezoso, indolente y huidizo al trabajo.

Perdón si llegué tarde con los planteos, pero ¿qué es el Hombre? ¿La creación más acabada de Dios? ¿El Rey de la creación? ¿El producto de ciertas mutaciones? ¿Una combinación de las infinitas posibles en infinitos universos paralelos posibles?

¿Y cómo es el Hombre? ¿Es egoísta por naturaleza, agresivo, predador, violento? ¿O es puro, inocente y amable y sólo las corrupciones del demonio lo transforman en un ser abyecto? ¿La decisión de separarse del Bien Supremo acaso lo convierte en un ser mortal y atado a sus pequeñas ambiciones?

He tratado de evadir estas preguntas durante años pero cuando me enfrento con las ideologías necesariamente tengo que saber en qué concepto de Hombre están encuadradas.

¿El libre albedrío, es algo bueno, algo que se puede ejercer? ¿Dejar al Hombre decidir a su arbitrio, nos conduciría a una sociedad "vivible"?

La Religión, la Filosofía, la Sociología y la Psicología vienen definiendo y acotando al Hombre, una Abstracción, un Modelo del Hombre, un imposible, una idealización inhallable.

¿Cómo sería un hombre "en crudo"? El hombre necesita el vínculo social para convertirse en humano. Necesita de otros hombres. Su referencia, su marco, su pertenencia. Es la educación (y no hablo de la escuela sino de la sociedad y sus familias), con sus corralitos, la que hace que seamos quienes somos. Los hábitos, las creencias, los tabúes, las normas, las leyendas, los mitos e innúmeras categorías especulativas son parte de las herramientas de naturalización. Toda una artillería.

Qué hubiera sido de la humanidad sin la religión condenando al asesinato. ¿Se habría desarrollado la idea de "está mal matar"? Sin religión, ¿hubiera existido la ley? Las ideas del bien y del mal, que incluso hoy se esgrimen en los juicios cuando hay dudas si un sujeto es un psicótico o no, ¿no provienen originariamente de una idea religiosa?

¿Y es natural en el Hombre la idea del bien y del mal? ¿O es un producto de la cultura?

La Religión, ¿no es acaso una ideología? Una de tantas. Y las otras ideologías, al igual que al Religión, ¿no tienen también dogmas?

Las religiones, siempre escuché, fueron creadas para poder dominar a los pueblos. Dominar con todo lo bueno y lo malo que implica. Dominar creando identidad y por ende fuerza, creencias compartidas, un sentido de moral basado en la idea del bien y del mal.

Pero también dominar por el miedo, aplastando divergencias, transgresiones, avanzadas o mellas al poder instituido.

Según Camacho el catolicismo surge como necesidad y recurso de legitimación y dominación. Pero googleé apenas y me encontré con una lucha de teorías al respecto y desistí. Este tema requiere varias horas de lectura y en lo posible de fuentes serias, si es que alguna vez llego a dilucidar qué es una fuente seria.

Pero en definitiva, este dogma ha impreso huellas tan profundas incluso en los laicos que jamás han tenido formación cristiana que se ha convertido en el sello de Occidente.

Los conceptos sobre el Hombre, su relación con la Naturaleza y los otros Hombres, y la Historia misma empiezan a cambiar a partir de la difusión de este dogma. Los "valores" cristianos, difundidos hasta olvidar el origen transmite su base conceptual a la vida laica.

Una vez instituida la escala de valores en el grupo social, en la familia, impuesta por la sociedad con un instrumento tan poderoso como la Religión, las Instituciones o la Ley, es casi imposible ver otra cosa. Todo refiere y refuerza el modelo aprendido. Y por las dudas que alguien se cuestione y opine que esos valores no cuajan con él, instrumentamos castigos reales o imaginarios: condena social, vergüenza, castigos sociales y/o legales (lapidación, escrache, prisión, neuropsiquiátrico), infierno, posesiones demoníacas, etc.

Pero la naturalización requiere olvidar el origen. Perder la perspectiva. Para que sea "así", como "debe ser", es necesario escindirlo de su necesidad original.

Como el famoso experimento de los monos y las bananas. O como el cuento del gato del gurú. Estos relatos explican cómo, pese a que no queda ni rastro de la motivación inicial, algún comportamiento derivado, con el tiempo se yergue como "concepto".

Naturalmente.


Buenos días.



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