viernes, 10 de septiembre de 2010

Las lecturas extensas

Más allá de que "cualquier pelotudo tiene un blog", y yo sea fervorosa militante de esa malformada miríada de pelotudos, de todas esas notas de la blogósfera, muchas son útiles, muchas son interesantes.

El problema es el tiempo.

La mayoría de los blogs tratan en pocas palabras, temas específicos que interesan a cierto número de personas.

Pero otros, como éste, que tiene posts larguísimos, divergentes e inútiles, no.

Y el problema es el tiempo.

La gente le escapa a los textos largos. Y yo también.

Pero estoy tratando de recuperar ese placer de la lectura y del proceso de lectura. Capacidad que tengo algo olvidada.

El jueves pasado fue el taller de tutorías en la FIUBA. Y Sánchez Miguel hablaba (al igual que en sus videos) de la pericia lectora y el nivel de comprensión.

Lleva años desarrollar la pericia lectora. Más de 6 años poder leer y simultáneamente comprender lo leído. Y hacer algo con ello, por ejemplo, contarlo.

¿Y cuánto lleva leer, y simultáneamente comprender y disfrutar el proceso de leer y de comprender simultáneos?

¿Y de leer, comprender, y disfrutar de los procesos de leer y comprender... y además ser transformados?

Hay textos que los leo varias veces hasta que los entiendo. Mis neuronas, como en la nota de Medusa (qué mujer!!), se quieren ir prendiditas de algunas palabras. Ideas, colores, formas, hasta aromas, se materializan sólo para llevarlas lejos del texto. Se van con ideas nuevas, con ideas prodigiosas pero también se van con obligaciones, agendas, pendientes, espadas de Damocles desmenuzando los renglones.

Me pongo impaciente.

Y después pienso, por qué me pongo impaciente si me gusta lo que estoy leyendo, por qué pierdo el tiempo impacientándome en vez de eternizarlo disfrutándolo.

Es esa sensación de que es el tiempo (y no yo, como en el poema), el que corre y me deja atrás.

Qué tontería.

Buenas noches.


DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD: Todas las afirmaciones de este blog son libres interpretaciones mías, sujetas a posibles, abruptos y arbitrarios cambios de opinión sin aviso previo.


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