lunes, 13 de mayo de 2013

El fenómeno Lanata.

Cuando era más joven yo pensaba que Lanata era de izquierda. La primera vez que desapareció de los medios me pareció una pérdida. La segunda vez que vi aparecer a Lanata en los medios, me pareció bienvenido al principio, pero con el tiempo se me hizo insoportable su narcisismo, ese afán de justificarse de los ataques, esa tendencia a ocupar porciones crecientes de su programa en su propia defensa. Cuando desapareció de los medios hacía rato que había desaparecido de mi tiempo. La tercera aparición que recuerdo de Lanata fue en la era K y ocurre frontalmente como soldado de la tilinguería cínica de la clase media. Lo tomé como un programa humorístico, de humor político. No porque defienda la otra vereda, la vereda K, sino porque no confío tampoco en la vereda de enfrente.

Machado decía: "¿Dijiste media verdad? Dirán que mientes dos veces, si dices la otra mitad".

Media verdad es media mentira.

La media verdad de cada aclamación de una y otra vereda ya la conozco. La media mentira, la que no se dice, jamás será dicha, por es ahí donde se ocultan los intereses que desacreditaría toda motivación para decir la media verdad, matizada, maquillada, exagerada, con sutiles matices impresos con el pincel de lo que ignoramos y no podemos cuestionar. Hay quien elige creer. Yo, elijo desconfiar.

Cuando digo la tilingueía cínica de la clase media, me incluyo, en parte.

Arturo Borra puso en mi teclado la palabra cinismo. Las palabras cinismo, ironía, sarcasmo, fueron siempre confusas para mí. Las uso con temor y con desconfianza.

Pero de la mano de Arturo Borra me animo a ahondar en esos significados y descubro que le puso nombre a uno de los motivos de mi indignación cotidiana.

Ese aceptar las consecuencias, dándolas por insalvables por un lado y ese hacerse el sorprendido por los abusos del poder me irritan.

Me debo a mí misma la búsqueda del material de la materia Análisis Político del MBA en donde se hablaba del fenómeno mundial (no local) de la crisis de representación. Crisis de representación.

No confío en ningún representante. De ninguno de los tres poderes.

¿Por qué digo tilinguería?

Por la superficialidad de los argumentos. Una repetición irreflexiva de consejas. A partir de las respuestas, las arengas, las consignas pareciera que el hombre primitivo descubrió el fuego, DESCUBRIÓ la propiedad como virtud sagrada y la república representativa de tres poderes, como una joya preexistente sólo al alcance al salir de su primitivismo, todo simultáneamente y como una iluminación sólo para el simio sabio. Una tamaña estupidez. La Historia de las Personas y de los Intereses, en connivencia crearon esas supuestas instituciones. Yo creo que es hora de que las Personas examinen la Historia, los Intereses, el resultado presente y prueben con otra cosa.

¿Acaso no basta con ver el resultado?

No claro, porque está el cinismo. Defendamos los supuestos valores abandonados. Imaginemos un mundo justo perdido, como la Atlántida, como la Biblioteca de Alejandría, el Jardín del Edén, sostenidos por los Valores Tradicionales perdidos o amenazados, por obra de la lacra social del nombre que tenga. La materialización de la perfección, de la Justicia Perfecta, de la Ecuanimidad Indiscutible, que nunca existió aunque indiscutiblemente sí, pero en las fantasías de los discursos manipuladores del Statu Quo.

¿Cuándo existió ese mundo perfecto? ¿Cuándo los valores tradicionales hicieron posible un mundo perfecto? ¿En nombre de qué imaginería se siguen sosteniendo las instituciones basadas en el poder, en la propiedad, en la ley?

Hay que confiar en la Justicia. ¿La Justicia? ¿O la Ley? ¿Y cuándo la Ley se ocupó de las Personas, las reales, las que producen, viven, paren y finalmente mueren ofrendando su vida a las restricciones de la propiedad? ¿Acaso la Ley no está para proteger a las Instituciones por encima de las personas? Leamos atentamente la ley, el cerco dentro del cual palpita la supuesta Justicia. ¿En esa fantochada nos amparamos? ¿En ese mamarracho confiamos? Diseñada y emparchada por un masacote mixto de estafadores, ineptos e irresponsables.

Es la mejor excusa para no solucionar los problemas. Dejamos en manos de la Justicia, inoperante, redactada por los siervos de las Instituciones depositarias de los poderes sectarios y dejamos en paz nuestra conciencia.

Esa tilinguería.

¿O hipocresía debería decir?

Menem, De la Rúa, los K sólo por citar ejemplos recientes. Y los gobiernos del resto del mundo en donde también hay marginados, en donde también hay miseria, y se acallan sus denunciantes, los presos políticos, mediente la persecución ideológica, persecución racial o religiosa, en donde se crean los paraísos fiscales, en donde se crean los fundamentos del robo, de la violencia, de los medios del robo masivo. Todos, absolutamente todos se fundan en los mismos principios de la concentración impune del poder. Todos, absolutamente todo se apoyan en la tilinguería de sus ilustrados y en el cinismo de la comodidad, de la ceguera conciente pero disimulada.

Yo me incluyo.

Yo soy parte de esa tilinguería. Cuando haya elecciones iré a legitimar los recursos de la opresión, los argumentos de la tilinguería, las excusas del cinismo, las justificaciones de la hipocresía. Como cordero iré y validaré la expropiación de mi sueldo para pagar el sueldo y los lujos de quienes jugarán a redactar leyes inútiles y abusivas. ¿Cuándo la ley impidió la miseria? La ley no detiene a los delincuentes. El delincuente existe desde el momento que existe la ley. La ley crea al delincuente. Aquello que hacías con libertad mañana es un delito. Pero el verdadero delincuente es aquel que ignora desde siempre los límites y los derechos de los otros. La ley no tiene efectos en ellos. Ellos siempre estarán por fuera. La ley está para los corderos que no necesitan leyes porque se mantienen a raya con el temor, con la sugerencia del uso de la fuerza, con la mera mención de la condena social. Yo iré y validaré eso, porque soy un cordero más.

Porque estoy asfixiada.

Desearía no tener DNI, ni CUIT, ni CUIL, ni servicios a mi nombre, ni tarjeta de débido, de crédito, ni Obra Social, ni cuentas bancarias, ni Recibo de Sueldo, ni pasaporte, ni VISA, ni SUBE, ni peaje, ni DDJJ en donde consta cuántas muelas tengo y dónde están. Quisiera estar fuera de todo registro porque estoy asfixiada. Estoy acorralada.

Educada como fui a hacer siempre lo "CORRECTO", a ser CIVILIZADA, buena CIUDADANA, SOLIDARIA, y no sé cuántas pseudovirtudes más, mi mundo está construido de tal forma que estoy explícitamente acorralada.

Enseñada como fui a manejarme con tacto, a aprender a ocultar, a no provocar, a no ofender, a no ponerme en riesgo (destrezas que no desarrollé del todo bien), a negociar, a ser "tolerante", estoy sin armas.

Pero este post iba a ser sobre el fenómeno Lanata. Que hoy representa a la derecha. La derecha, para mí, se caracteriza por creerse representación de la mayoría o bien del buen pensar. Las buenas maneras, los valores tradicionales, la confianza en las instituciones (hechas a su medida), el orden divino, la defensa del orden institucional, de los recursos de la representación. Y se entretienen en indignarse, es su diversión favorita. Tienen siempre cara de indignados, de justificadamente indignados. Su leit motiv es "qué barbaridad, adónde vamos a ir a parar".

Anoche y hoy el juego era "indignarse por la bóveda".

¿Indignarse por la bóveda?

Un plano con un rectángulo que el arquitecto dijo que es una bóveda. Y podrá serlo. Inundable (habrá lingotes tal vez). Un escenario posible pero no confirmado sobre su contenido. Cajones, cajones con euros además. Un cálculo sobre esos cajones que no sabemos si existen. Un cálculo sobre más cajones que no sabemos si existen. No dudo que tengan fortunas no declaradas, desviadas de la riqueza expropiada a los últimos productores. Entiéndase, productores. No la clase media. Ningún clase media clava un banquito. Opera tiki tiki una computadora. Negocia bla bla en una cena. ¿Se entiende? No produce, la clase media no produce. No dudo que haya fortunas conspicuas expropiadas legal e ilegalmente a los últimos productores, lo que no sé si es la bóveda y su supuesto contenido es el Motivo Justificado de la Santa Indignación de la Clase Media.

No se indigna la Clase Media de haber hecho la vista gorda durante décadas. De votar una y otra vez el sostén del Statu Quo. Y es lógico, porque si se cuestionara los motivos por los cuáles hoy hay una medio-real-medio-supuesta bóveda a modo de Chivo Expiatorio, depositario del Horror Sagrado del Buen Pensar, perderían su privilegio de tiki tiki de operar una computadora, bla bla de negociar en una mesa, mientras otros friegan su ropa, otros cocinan su comida, otros cosechan su trigo o faenan sus vacas, o encolan y forran sus sommiers.

Nos sobornan.

"¿Tenés OSDE? Ah, una buena obra social". Supiste acreditarte un buen empleo. Ah... te valoran...

¡Te soborban! Te sobornan con privilegios. A partir de ahora está bien que tengas eso y otros no. Porque no todos pueden. A partir de ahora compraron tu silencio, tu connivencia. Porque no querés perder ese privilegio. ¿Y quién sí?

Yo soy parte de eso, también.

Porque aquí también yo, tiki tiki, tecleo mi enojo.

Buenos días.




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