viernes, 31 de julio de 2015

En busca de la coherencia como docente (I).


¿Qué profesionales deseamos formar? 

En primer lugar debo aclarar que estoy trabajando en universidades públicas y que reconozco que este trabajo es productivo y reproductivo de estructuras sociales, que no comparto.
Sin embargo hay miles de estudiantes que buscan un título universitario y considero que el contacto con ellos permite intentar, dentro de los límites y aspiraciones del sistema universitario, sembrar algunas semillas.
Así que estuve pensando algún texto para enviar a l@s docentes ya que much@s de ell@s piden formalmente ciertos comportamientos pero en la práctica llevan a cabo justo los opuestos y eso "se nota".
También lo escribí para mí, sobre todo las preguntas, sobre las que seguiré trabajando. Yo no tengo muchas de las respuesta a las preguntas que me han ido apareciendo a lo largo de los años y algunas datan de más de 35 años atrás, otras son relativamente nuevas.

Curriculum

En Pedagogía hay algo llamado “Curriculum” que etimológicamente da la idea de “Trayectoria”. Habitualmente se lo emparenta con el “Programa” de la carrera, el encadenamiento de asignaturas y trabajos de formación profesional. Esta “trayectoria” puede o no incluir aspectos actitudinales. En el caso de uno de mis lugares de trabajo y de la carrera en la que trabajo hay varios aspectos actitudinales que incluimos, con y sin implicancia profesional directa. Ejemplos de esos aspectos actitudinales son: autonomía de estudio, comprensión y justificación comprensiva, análisis y resolución de problemas fundamentado (no repitiendo modelos de resolución), trabajo en equipo, construcción colectiva del conocimiento, trabajo cooperativo y colaborativo, conocimiento territorial y social, consciencia de la actividad del profesional sobre la sociedad, acción responsable del profesional con el medio social.
Nosotr@s estamos incluyendo estos aspectos actitudinales en las planificaciones de las asignaturas y la currícula de la carrera, en algunas asignaturas o bien en contenidos de asignaturas disciplinares (como las asignaturas de contenido económico, legal, de recursos humanos o ecológicos), del ciclo común y del ciclo superior.

Curriculum oculto

Pero además hay otro curriculum que se considera en Pedagogía y es el llamado curriculum oculto. El curriculum oculto es el conjunto de conductas institucionales, grupales e individuales que se dan de hecho. O sea, lo que mostramos a l@s estudiantes sin proponérnoslo.
Dentro del curriculum oculto están la realidad organizacional, política, social, económica e instrumental de la institución. Cuestiones como el material que se provee para el estudio (laboratorios, proyectores, computadoras, etc), los instrumentos de ida y vuelta con l@s estudiantes, los instrumentos de apoyo presentes o ausentes, otros beneficios incluidos como servicios médicos, guarderías, comedor, etc, los eventos culturales e incluso la características de la participación política, pero fundamentalmente el trato y respuesta que tiene el estudiante de parte de los distintos organismos de la institución.
También dentro del curriculum está todo lo que el estudiante percibe pero no va dirigido a él: la relación entre docentes, la relación entre los departamentos, las competencias, el desinterés, o por el contrario la cercanía entre docentes, el trabajo en conjunto, los proyectos iniciados en común entre docentes o entre departamentos o secretarías, etc.
Y finalmente dentro del curriculum están las actitudes profesionales, personales y sociales de l@s docentes que l@s estudiantes observan en nosotr@s: cómo respondemos cuando se nos convoca, qué registro tenemos del/a otr@, qué interés mostramos por nuestro entorno social y físico, cuán enteramos estamos de la situación de la institución, del territorio y de la sociedad, cuán autónom@s somos, cómo trabajamos (o no) en equipo, qué actitudes tenemos hacia el error en otr@s y en nosotr@s mismos.
O sea, el famoso “ejemplo”. No lo que decimos y nos proponemos, sino aquello que “se nos nota” y que no podemos esconder.
Eso también enseña.

Las dos preguntas

¿Qué pensamos acerca de la enseñanza?
¿Qué pensamos acerca del aprendizaje?
Estas dos preguntas han recibido distintas respuestas a lo largo de los siglos. Hay diferencias sustanciales entre ellas porque conducen a la formación de personas distintas.
Pero responderlas o mostrar cómo han sido respondidas (y continúan y continuarán siéndolo) es tema de otro documento.

La pregunta del millón

¿Qué hacemos con la sociedad cuando "educamos", "formamos" o "enseñamos" consciente o inconscientemente?
Podríamos desglosarla en muchas preguntas para arrimar a una respuesta, algunas de las cuales podrían ser:
¿Reproducimos una sociedad que valoramos?
¿Reproducimos una sociedad que sentimos injusta?
¿Consideramos que podemos mejorar la sociedad?
¿Consideramos que no puede mejorarse una sociedad con cimientos que refuerzan una estructura plagada de vicios?
Pero responderlas o mostrar cómo han sido respondidas (y continúan y continuarán siéndolo) es tema de otro documento.

Una primera guía para aspirar a la coherencia

Dentro del sistema universitario (entendiendo y aceptamos con convicción o a regañadientes lo que resulte de la pregunta del millón), somos profesionales de la enseñanza.
Queremos estudiantes autónomos: ¿mostramos autonomía? Pretendemos que les demos un material de estudio y que no esperen a que le estemos encima porque es su carrera y su formación y porque como profesionales deberán ocuparse de su carrera. ¿Nos dan un material para trabajar y lo trabajamos sin que nos estén encima? ¿Buscamos oportunidades de formación o nos quedamos esperando que nos las ofrezcan? ¿Elegimos en qué formarnos o nos formamos en aquello que nos dan?
Queremos estudiantes sensibles con el medio: ¿mostramos sensibilidad? ¿mostramos preocupación? ¿estamos informad@s? ¿sabemos escuchar sin juzgar anticipadamente con preconceptos? ¿somos abiertos a escuchar otras realidades? ¿somos capaces de escuchar y obtener datos sin juzgar, por lo menos prematuramente?
Queremos estudiantes que trabajen en equipo porque en la realidad laboral se valora: ¿trabajamos en equipo? ¿damos la respuesta adecuada cuando se nos pide colaborar en un trabajo colectivo? ¿sabemos responsabilizarnos por nuestra parte y evaluar cómo se inserta en el conjunto? ¿O somos individualistas forzados a trabajar con otr@s y lo sentimos como una carga? ¿Valoramos a nuestr@s compañer@s? ¿Somos capaces de trabajar con quienes no coincidimos? ¿Somos capaces de dar a conocer nuestras opiniones aunque no sean implementadas en alguna oportunidad, y fundamentarlas?
Queremos estudiantes creativos: ¿somos innovadores en nuestros ejemplos? ¿incluimos nuevos usos de los conocimientos que ofrecemos? ¿implementamos formas de hallar nuevas soluciones? ¿O repetimos viejas recetas, o trasplantamos casos de otra realidad?
Queremos estudiantes proactivos: ¿proponemos ideas? ¿nos incorporamos a proyectos y colaboramos activamente (aunque sea poco por no poder disponer de tiempo) o tratamos de evadirnos en el anonimato, no ser notados o limitarnos a lo mínimo que se espera de nosotr@s?
Queremos profesionales responsables: ¿y como docentes profesionales, nos capacitamos para ejercer responsablemente nuestra labor? ¿nos mantenemos actualizad@s sobre los avances científicos y técnicos que atañen a nuestra función docente? ¿Comprendemos y aceptamos la influencia que ejerce nuestra acción y nuestra inacción en la institución? ¿o pensamos que podemos perdernos en el montón y que nadie se dará cuenta? (siempre tenemos observadores, empezando por nuestr@s estudiantes).
Queremos profesionales con pensamiento crítico: ¿y como docentes conocemos los fundamentos de nuestra forma de enseñar? ¿conocemos los avances científicos en teorías de aprendizaje? ¿conocemos fundamentos sobre instrumentos didácticos? ¿conocemos los fundamentos epistemológicos de nuestra área disciplinar? ¿desarrollamos conocimiento acerca de la forma de construir conocimiento en el área informática?
Queremos estudiantes que no discriminen: ¿valoramos la diversidad de las personas que nos rodean o somos sólo políticamente correct@s en el trato? ¿nos relacionamos con personas distintas o todas pertenecen a los mismos grupos sociales, culturales, económicos? ¿consideramos valiosa la diversidad o apreciamos sólo un modelo de persona o ciudadano y aspiramos a que tod@s se acerquen a ese modelo (clones)? ¿conocemos otras realidades? ¿sabemos escuchar a l@s que son diferentes de nosotr@s, conocer sus necesidades y aspiraciones con sus propios argumentos y de primera mano, o sólo valoramos la opinión de especialistas externos que las interpretan de acuerdo a su propia realidad?
Queremos estudiantes que sepan trabajar en equipos multidisciplinarios: ¿valoramos la integración de conocimiento científico (exacto, social y tecnológico) y artístico, o sobrevaloramos el conocimiento exacto y tecnológico y subestimamos el social y el artístico? ¿somos capaces de escuchar opiniones de no especialistas o pensamos que sólo los expertos “pueden opinar” (tecnocracia)? ¿consideramos valiosa la experiencia de los “legos” cuando son sometidos a decisiones de l@s técnic@s?
 
Estas preguntas y muchas más del estilo nos coloca en una posición y “se nos nota”. Y esto, es formativo.

Buenos días.

DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD: Todas las afirmaciones de este blog son libres interpretaciones mías, sujetas a posibles, abruptos y arbitrarios cambios de opinión sin aviso previo.

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