lunes, 20 de julio de 2015

Votar o no votar: sin alternativas.

El sistema democrático representativo (por lo menos el argentino) no tolera cuestionamientos ni ejercita la autocrítica.

¿Cómo podría? Haciendo las debidas lecturas de la percepción de lxs ciudadanxs. (Si te interesa ir directamente al ejemplo numérico buscá "Hagamos las cuentas", que está casi al final).
Entendamos que ciudadanx es aquel/lla que está obligadx a delegar su participación política en sinvergüenzas e ineptos, sin opción.
O sea, no todxs lxs que viven en Argentina son ciudadanxs y no todxs lxs ciudadanxs viven, gozan y/o padecen la realidad "elegidx" por el resto de lxs ciudadanxs.

Un absurdo.

¿Quiénes viven, gozan y/o padecen la realidad social argentina (que incluye la política y la económica)? Lxs niñxs, lxs adolescentes, lxs jóvenes, lxs adultxs, lxs ancianxs, lxs inmigrantes. Enfermxs y estudiantes. "Incapaces" mentales. Todxs lxs que transcurrimos nuestra vida en suelo argentino, vivimos, gozamos y/o padecemos la realidad argentina.

¿Quiénes no viven, gozan y/o padecen la realidad social argentina? Aquellxs que no transcurren su vida aquí, y aquellxs cuyos ingresos o deudas no están relacionadxs con la realidad social argentina.

Del primer grupo hay muchísima gente que no es considerada ciudadanx y que ni siquiera puede votar, esa ilusión para engañar ingenuxs.

En el segundo grupo tenemos a muchos vivillxs y también a los famosos fondos buitres, je.


¿Qué es el voto en Argentina?


Es el mecanismo de expropiación de los derechos de decisión de los habitantes de la Argentina.

Concretamente consiste en la expresión de una opción entre un abanico limitadísimo de opciones y fatalmente vinculante por un período de tiempo.


¿Cómo se lleva a cabo ese mecanismo?


1) Se inviste al "voto" de un aura ceremoniosa, se le adosan un montón de valores (todos discutibles) y se castiga con el cuestionamiento social desde la clase política y con la invalorable ayuda del periodismo a quienes cuestionan el más mínimo aspecto. Además de las sanciones legales, claro.

2) Se crean ceremonias de tipo religioso respecto del voto. El voto es la expresión de una falsa opción entre varias alternativas, todas dentro del mismo espectro. Al igual que otras cuestiones religiosas se exige la declaración explícita de fe, su defensa y su enaltecimiento por sobre cualquier falla o engaño.

3) Creada esta aura de magnanimidad del voto, se lo difunde como un privilegio, una oportunidad, un deber y una responsabilidad. A distintas personas las compromete distinto argumento. Pero antes se toman los recaudos de excluir a gran parte de la población del territorio: menores de edad, "incapaces" e inmigrantes que no son "ciudadanxs". Y se incluyen a personas que no tienen prácticamente vínculos con el territorio y que por el sólo hecho de haber nacido en él, o haber tomado la ciudadanía, "participan" de este espectáculo eleccionario. Este conjunto de privilegidxs se llama padrón electoral y suele contar con muchísimos muertos.

4) A partir de este fervor religioso, y sintiéndose poseedor de una "unidad sagrada" de decisión, la gente intercambia su único voto por el derecho a decidir el destino de su comunidad, incluso de comunidades que no conoce ni le importa. El/la ciudadanx no puede decidir ni siquiera deliberar, sino a través de ciertxs dudosxs sujetxs llamadxs "representantes". Y lo intercambia con pasión y con fe. Al punto de enemistarse con sus familiares y amigxs de toda la vida. Pero el punto es que lxs votantes pierden el derecho a decidir y a cambiar de opinión de acuerdo a la coyuntura o la información de que dispongan. Y estamos obligadxs a perder ese derecho.

5) El voto se parece a la ruleta rusa. No hay opción de no gatillar. Todxs y cada unx debe gatillar a su vez. Y te toca o no una bala. Aunque se trata de una ruleta rusa algo trampeada. Aquellxs que creen fervientemente en sus candidatxs, suponen que defenderán unxs u otrxs intereses, con lo cual eligen el arma. El proceso eleccionario consiste en cuántos eligieron cada pistola. Aquella pistola con más personas que eligieron gatillar, gana. Además tiene otra particularidad. Las balas quedan suspendidas en el aire y empiezan a dirigirse hacia distintas partes del cuerpo de las personas, luego de saberse el resultado. Las personas destinatarias de las balas, generalmente son siempre las mismas.

6) A partir de allí, algunos morirán enseguida, otrxs quedarán heridxs por un tiempo y otrxs, a los que no les tocó bala, vivirán en un estado de triunfalismo que los hará sentir que "saben" lo que les conviene a todxs. Y cuando hablo de morir, lo hago literalmente. La política y sus decisiones le cuestan la vida a mucha gente.


El sistema eleccionario se autodefiende

Algunas personas, en su doctrina de fe, dicen que el voto permite además expresar disconformidad. ¿Cómo? De ninguna forma. Veamos.

El voto es obligatorio. No está permitido no votar, no elegir algún/a candidatx. Si nadie te gusta, elegí el/la que te disguste menos. O sea, estás obligadx a elegir el mal menor, en ese caso, a elegir el mal.

Aún así hay gente que no vota. Por ejemplo, gente que vive en el exterior y no le interesa votar. Gente que vive en Argentina y no está obligada (ancianxs). Gente que decide no votar como forma de expresarse o bien porque no le interesa. Gente que se murió y ningún/a vivillx se enteró (je). O sea que respecto de los que no votan no es fácil saber por qué no lo hicieron.

Además, dentro de lxs que sí votan también hay muertos y gente que no se presenta al acto eleccionario, pero que figuran como que han votado.

Luego del proceso eleccionario quedamos frente a las siguientes cifras:

1) Cantidad de votantes (total del padrón, gente que puede votar, aún estando muerta)

2) Cantidad de gente que asistió al acto eleccionario, aún estando muerta.

3) Implícitamente, gente que no asistió al acto eleccionario.

4) Votos positivos

5) Votos no positivos: votos en blanco, votos nulos, impugnados, recurridos, otros.

Los porcentajes de lxs candidatxs NO se cuentan sobre el total de habitantes del país. 

Los porcentajes de lxs candidatxs NO se cuentan sobre el padrón.

Los porcentajes de lxs candidatxs NO se cuentan sobre la gente que fue a votar.

Los porcentajes de lxs candidatxs se cuentan sobre los votos positivos.

Vamos a un ejemplo, para entender qué implica cada una de las afirmaciones anteriores:

Supongamos que hay 2000 habitantes y 1000 son los votantes, 800 viven en el país y 200 fuera.

1000 no votan y viven en el país.
800 votan y viven en el país.
200 votan y no viven en el país.

De los 1000 que votan, 400 lo hacen por el candidato A y 300 por el B. Los restantes 300 se distribuyen así: 100 votaron en blanco o anularon su voto o fueron impugnados o recurridos y 200 no asistieron al acto eleccionario. 

Ahora sí...

Hagamos las cuentas:


Votos positivos 700
Votos no positivos 100
Ausentes 200
Total del padrón 1000



Total de habitantes 2000



Candidato A 400
Candidato B 300



Distintos porcentajes acerca de A y B

Porcentajes sobre Candidato A Candidato B
Total de habitantes 20,0% 15,0%
Total del padrón 40,0% 30,0%
Total de votos positivos 57,1% 42,9%
NOTAR cómo va variando el porcentaje en cuanto nos ceñimos desde los habitantes, luego al padrón para finalizar en los votos positivos









Distintos porcentajes acerca de los que no votaron a A o a B

Porcentajes sobre No votaron por A No votaron por B
Total de habitantes 80,0% 85,0%
Total del padrón 60,0% 70,0%
Total de votos positivos 42,9% 57,1%



Representatividad

De los votos positivos sobre total del padrón 35,0%
De los votantes de A 20,0%



Resultados en función del sistema

Afectados por el sistema que no votaron 60,0%
No afectados por el sistema que sí votaron* No se sabe
Gente fuera del padrón 50,0%
Gente dentro del padrón que no votó un candidato 30,0%
Gente dentro y fuera del padrón que no votó un candidato 65,0%
Gente dentro y fuera del padrón que no eligió al candidato A 80,0%



* (muertos y gente en el exterior no afectada por la realidad social argentina)


Espero no haberla pifiado con las cuentas porque hice cambios en los números para agregar los ausentes.

Es importante notar que la representatividad de lxs que votaron por A es del 20%. O sea que lxs destinos de todxs lxs habitantes de Argentina serán decididos (después del ballotage) por A y su gente, solamente, que fue elegidx por el 20% y que no tendrá opción de viraje.

El sistema no lee estos números.

El sistema ve: Candidato A, 57,1 %
Mientras la realidad dice: Candidato A, 20%.

El sistema ve: No quieren al candidatx A, 42,9%
Mientras la realidad dice: No quieren al/la candidatx A, 80%.


Sabés qué, aún sin haber ido, votaste a Larreta.
 

Buenos días.



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