domingo, 13 de septiembre de 2015

Trabajo y diversión.

Uno de los temas que estuvieron muy presentes en las JAIIO (Jornadas Argentinas de Informática e Investigación Operativa) fueron las redes sociales. Desde distintas perspectivas.

Informática y Derecho, Big Data, Inteligencia Artificial y otros simposios, reunieron ponencias que tocaron este tema desde diversisdad de puntos de vista.

Se tocaron los temas de confidencialidad, datos personales, datos sensibles, desde el derecho a reservar el uso que se hace de esos datos, el lugar en donde efectivamente se almacenan, directa o tangencialmente.

Nuevamente salió a la luz, y esta vez tanto desde los expositores como desde el público una de las preocupaciones que mereció alguna crítica de mis contactos hace años.

Desde mi área se tuvo conciencia temprana de estos temas pero no desde el público, y es el tema del uso que se hace de los datos.

Por el hecho de estar en Facebook, por ejemplo, no sólo le ofrecemos nuestros datos a Face sino también los datos de nuestra actividad, con la que ellos infieren y concluyen información acerca de nosotrxs mismxs que no es fácil conocer a simple vista, pero sí teniendo acceso a nuestras redes.

Esa información se comercializa y se usa para estimular nuestro consumo.

Entre esa información están:
-Información personal
-Información financiera
-Red de contactos (no nos comunicamos con todxs)
-Intereses
-Tipo de publicaciones que nos interesan
-Vínculos frecuentes (con quiénes entablamos comunicación y con qué frecuencia)
-Asiduidad
-Itinerarios de navegación por la web, uso de juegos, tiempo de permanencia.

Esta información se almacenan en forma de datos en servidores que están sujetos a distintas leyes, sobre las que no tenemos control.

Nunca tenemos control sobre las leyes, es verdad, pero en algún caso, algunas leyes son más restrictivas acerca del acceso a esos datos.

En Argentina se tiene una legislación que se considera bastante de "avanzada", porque establece muchos límites al uso arbitrario de nuestros datos. No pueden ser usados para otros usos que aquellos a los que les damos EXPĹICITAMENTE autorización. O sea, según estas leyes nuestros datos no pueden ser comercializados pero tampoco pueden ser utilizados por quienes los tienen para otros usos distintos a los que hemos autorizado explícitamente. Sin embargo los servidores en donde residen esos datos están sujetos A OTRAS LEYES. Que desconocemos. EEUU, Brasil, Rusia, tienen legislaciones que favorecen aún más a las empresas y a otros organismos que a los particulares. En Facebook estamos sujetxs a otras leyes, por ejemplo.

Muchos de los usos que parecen inocentes no lo son. Y a los informáticos NOS CONSTA pues trabajamos con esos datos y sabemos qué se hace con ellos.

Pero no sólo esto, sino el valor de nuestros datos pero más aún de nuestra actividad, crece milisegundo a milisegundo. Hablo del valor económico.
Nuestra actividad en la red se convierte en información de marketing para personalizar campañas comerciales dirigidas a cada unx de nosotrxs en forma personalizada.

NINGUNA NOVEDAD.

A medida de cada unx de nosotrxs. Y estamos siendo cercadxs con el uso de esa información. VAMOS A DONDE NOS ENVÍAN.

Algo que no surgió en las ponencias a las que asistí pero sí en un relevamiento que hizo un grupo de estudiantes de una de las materias que doy (7113, UBA) es el uso de mecanismos subliminales en las máquinas de juego para generar adicción. Muy frecuente en las desprestigiadas teorías conspirativas, una cosa es leerlo en un libro y otra muy distinta que personas de la empresa informen explícitamente, al ser preguntados, que aplican distintas técnicas para generar adicción en forma subliminal mientras se juega en las máquinas.

Si sumamos unas y otras fuentes de información, podemos hacernos una idea acerca de cuánto vale cada uno de nuestros clicks, cada opinión, cada crítica, la información de navegación por la web, nuestros contactos, nuestras conversaciones, el material que compartimos. Y cómo somos inducidos a hacer cosas que creemos impulsos propios... pero que no lo son.

Y con valor económico me refiero a la riqueza que generamos con nuestra actividad en internet y las redes que creamos. Trabajamos para los Departamentos de Marketing de las distintas empresas gratuitamente.

A muchos no les importará que otros lucren a costa nuestra. No me importaría si fuera sólo cuestión de billetes. Pero la riqueza es poder. Las grandes empresas, los grandes consorcios crecen como un cáncer a costa nuestra, nosotrxs les damos de comer y también los estados con las políticas públicas. Esos cánceres luego nos extorsionan con amenazas de despido, con dejar a la calle a miles de familias, con exiliar del mundo laboral a todxs quienes delegaron su propia autoestima a su carrera profesional. Sus migraciones de país en país es una depredación planificada. Y se alimentan de nuestro trabajo legal, de nuestro trabajo voluntario y gratuito y de nuestros consumos. ¡¡Pavada de negocio, che!!

NO TE OBSERVAN porque te admiren, te hacen trabajar.

No te sientas orgulloso/a, trabajás gratis.

El trabajo al que todxs los que trabajamos aspiraríamos: trabajar en algo que nos divierta.

Somos un conjunto de "atributos" como los llamamos los informáticos y una cantidad creciente de "transacciones" que quedan registrados en la red. Cada click se graba, cada página que visitamos queda grabada, el tiempo que permanecimos, adónde fuimos desde allí. Todo queda registrado y es usado por empresas que ni conocemos para además hacernos consumir.
Y al consumir usamos además lo que ganamos en nuestros trabajos, aquellos que lo hacemos, para gastarlo en aquello que nos imponen cuando inocentemente nos distraemos en internet.

INTERNET no es gratis. Facebook no es gratis, Twitter, Google, Yahoo, Hotmail, Bing... no son gratis. Pagamos por su uso, pagan las empresas, las ONGs, los gobiernos. Pagamos con tiempo, pagamos con trabajo y pagamos con consumo. Pagamos con dinero también. Les pagamos a las empresas de comunicaciones para usar los canales por los que trabajamos GRATIS.
Pagamos a las empresas que producen computadoras, integrados, discos, periféricos. ¡¡Flor de giles resultamos!!

Por eso SÍ TENEMOS EL MÍNIMO DERECHO de imponer condiciones: a Facebook, a Google, a Yahoo, a Youtube, a Twitter. Porque nuestra MERA presencia vale, así sólo FIGURES: eso también es información, sos del perfil de los figuretti. Vale que participes y vale que NO participes. Vale que postees y que no lo hagas, son información tanto los que "suman" y los indiferentes. Valen las campañas solidarias, las causas, el arte. Y valés más en "montón" que aisladx, TAL COMO HACEMOS al conformar redes, NUESTRAS redes. Todo nuestro trabajo creando redes, mostrándoles cuáles son nuestras afinidades, cuándo nos sentimos cómodxs y cuándo nos ponemos más productivxs.

Ésta es la ERA DEL TRABAJO GRATUITO.

En una charla, Christian Ferrer cuenta que cierta vez recibió una llamada para una encuesta telefónica. Christian Ferrer preguntó al/la telemarketer cuánto le iban a pagar por su información. El/la telemarketer cortó la comunicación.

Ahora salí a tomar mate a una plaza, ya trabajaste un montón xd

Buenos días.


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