viernes, 1 de agosto de 2014

Dios y la espiritualidad.

Ayer vi a una amiga que hacía años que no veía. Estaba igual de hermosa y luminosa que siempre porque ella había madurado en su espiritualidad en el camino de la sabiduría. En ella la fe ha sido sólo uno de todos los caminos posibles hacia la sabiduría.

Alguna vez ella me había dicho que la fe era una gracia de Dios. Y que una gracia es un regalo. No se tiene fe si Dios no te la regala. Con lo que es imposible pedir con fe, el tener fe. No es simplemente posible pedir la fe, con fe, salvo que unx ya tenga fe, en cuyo caso no tiene sentido pedirla.

Yo no he recibido jamás tal regalo. Es más, siempre miré con espanto y dolor la fe pueril en algún caso o interesada en mayor cantidad de gente o cómoda en la gran mayoría, con un gran enojo.

La fe ha sido siempre una excusa perfecta para que la humanidad justifique sus peores acciones y para que se escude en ella y ejecute sus obras de crueldad y egoísmo.

Desde hace un tiempo, luego de haber leído la Biblia, haber tenido alguna formación religiosa pero fundamentalmente haber observado la hipocresía y los crímenes de los religiosos de distintas religiones he pensado con dolor en los versos de Borges, de El Golem:

"El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo)
'pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?'

(...)

En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?"
 
Borges respetaba sin duda la idea de que un Dios existe y que ha creado con impericia a un hombre que es un torpe reflejo de su mecánica pero incapaz de alcanzar la sabiduría.
 
En cambio otros hombres han pensado que es al revés y que es Dios una invención del hombre, una invención muy conveniente a diversos fines, ninguno del todo bueno y es por eso que es tan despreciable en todas sus mitologías.

Yo, en mi agnosticismo he creído que no es posible saber si existe o no un Dios, o si existe sólo uno o muchos, o si existe algo así como la magia que produce milagros, y entre los milagros más fabulosos la vida. No lo sé y no creo que pueda saberse. La ciencia ha descubierto supuestamente fenómenos muy parecidos a la magia. Fenómemos que escapan a su control y que por el contrario, controlan y explican los actos, los pensamientos y las emociones de las personas.

Pero la ciencia ha creado también una fe. La ciencia es también un Dios.
 
Y el dinero también ha creado una fe. El dinero es también un poderoso Dios.
 
Y estos dos dioses, exigen al igual que el Dios de la Biblia, grandes sacrificios y justifican crímenes despreciables, generan una adoración ciega y una obediencia inmoral. 

Pero yo combato la idea de un Dios, sea un dios barbado, un dios de laboratorio o de imprenta, porque cualquier idea de Dios es una excusa para esclavizar al hombre.

Y la esclavitud y su atributo esencial que es la obediencia ha sido el paraguas bajo el que se cometen, se han cometido y se cometerán los peores crímenes.

Empecemos por la Biblia que es la que mejor conozco y por la Iglesia católica que es la que ha rubricado en una libreta un ritual supersticioso que me convierte en una católica. 

En la Biblia se describen los caprichos de un Dios cruel que justifica los crímenes de los reyes, las muertes de los opositores, un misógino que justifica el abandono y la violación de mujeres, el sacrificio de niños, la condena al fuego. Una serie de crueldades que ningún Dios que se diga de Amor podría consentir. 

¿No es acaso la peor herejía que existe pensar que un Dios perfecto, creador por amor podría castigar por no hacerse adorar como el más estúpido de los hombres, el más insensato, el más soberbio, el más arrogante y vanidoso de los hombres?

¿No es el Dios de la Biblia, el retrato del hombre más despreciable del mundo, que se hace obedecer por terror, implacable, impiadoso, que deja a los hombres desamparados frente a su propio egoísmo, que los castiga con plagas, inundaciones, guerras y otros horrores como ejemplares ataques de ira? ¿Qué Dios podría ser tan inmedido? ¿No es acaso el retrato de un rey, con sus arbitrariedades, con sus caprichosos autodeclarados derechos sobre la vida y destino de sus súbditos, más que el retrato de un ser capaz que obrar milagros y de inspirar amor?

Si existe un Dios, yo digo que es un herejía pensar que el Dios que describe la Biblia es realmente ese Dios y no el retrato de un hombre despreciable que se viste de Dios para justificar su divinidad ante las personas y justificar sus atropellos en su nombre. Ese Dios es un invento del hombre para justificar a reyes, a emperadores, a estados amparados en el terror de los castigos ejemplares.

Esa pueril creencia mantiene al hombre en la infancia y la hace depender de padres siempre, llámense estos sacerdotes, presidentes, reyes, emperadores, generales. Y estos revestidos de una impronta misteriosa, insondable, con el poder del castigo caprichoso, excesivo y sin aviso, enseñado e inculcado en la Biblia. Un medio de control y de sometimiento del hombre a una infancia eterna y forzada.

Y si las personas no han cuestionado a este Dios es por comodidad. ¿Qué más cómodo que obedecer ciegamente las reglas y condenar a quienes no las respetan? ¿Qué más cómodo que imitar las atrocidades descriptas siempre invocando el nombre de Dios y acusar a quienes los cuestionan de "tibios", no comprometidos, esos que Dios vomitará de su boca?
 
¿Qué más cómodo que ajustarse a unos pocos rituales y calmar la conciencia con hacer cosas insignificantes o directamente estúpidas porque "son agradables a Dios"? ¿En qué cabeza cabe, por ejemplo, que un ser perfecto (si existiera la perfección) podría ver con agrado las adulaciones falsas de multitudes sin ningún tipo de compromiso hacia sus semejantes? Y así con el resto de las prácticas (no sólo la alabanza).

Si nos permitiéramos decir, "si existe Dios, y si ese Dios es perfecto, seguro no puede ser como se lo describe en la Biblia", el mundo mejoraría mucho. 

Si nos permitiéramos decir, "si existe Dios, y si ese Dios es como se lo describe en la Biblia, entonces no es un Dios de amor", el mundo podría elegir nuevas sendas para recorrer.
 
No importa en qué creas, o lo que digas acerca de tus creencias, importa lo que sientas y lo que motive sus acciones o tu inacción.

Si tu fe te sirve para acercarte a las personas, no puede estar amparada en la Biblia. Se trata de otro Dios, ausente en esas páginas. No cometas entonces la herejía que aseverar que Dios es ese modelo de hombre despreciable, egoísta y vanidoso que se describe en la Biblia.

Si tu espiritualidad no tiene una fe de donde nutrirse y simplemente se funda en tus sentimientos hacia las personas, tu comprensión y experiencia (con personas actuando bien o mal, según las circunstancias), no pierdas tu tiempo en discutir o combatir la fe de otros, y salí en busca de otros dispuestos a intentar mejorar un poquito el mundo.

Buenos días.



 
 
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