martes, 18 de septiembre de 2012

Recursos Humanos.

La definición clásica de Economía, que solía ser "la ciencia que se ocupa de la administración de los recursos escasos en la sociedad humana" se ha convertido en recursiva y los mismos elementos de la sociedad humana se han convertido en recursos.

De ser sujetos pasamos, los humanos, a ser objetos. Recursos Humanos.

Veamos qué dice la definición clásica de recursos escasos: "todos aquellos bienes y factores de producción que se encuentran en cantidades inferiores a la demanda y cuya justa distribución constituye uno de los objetos de la economía". 

El diablo está en los detalles. ¿En qué paso de la cadena de razonamiento nos convertimos en objetos y nuestras expectativas en obstáculos para la consecución de los fines de la empresa (si no estamos alineados, ¿o alienados, debería decir?)? 

Recursos Humanos y Mercado de Trabajo. Esa es la definición de persona y sus accciones dentro de la Economía. La economía de los neoliberales y la economía del socialismo de Estado.

Se trata de hilar fino. Analizamos palabra por palabra, desmenuzamos, deconstruimos una definición, un concepto y buceamos en los significados relacionados hasta que la vaciamos de su significado original. Y todos orgullosos del proceso. ¡Qué inteligentes somos! 

Luego evitamos cuidadosamente reconstruir las relaciones originales, reemplazándolas por otras nuevas y la definición ahora carga un montón de contenidos, semiocultos, que disfrazan el verdadero proceso de transformación.

Así perdemos la visión general. Así perdemos el foco.

Por ejemplo, que la Economía estaba, en un principio para administrar los bienes y servicios de la sociedad, en beneficio de los humanos.

Ahora, tirana, se adueña de los humanos y los convierte en engranajes de una maquinaria destructora de destinos para sus propios fines: su reproducción y supervivencia, su precisión, su autonivelación. Se recortan presupuestos, se apropian valores y por ende bienestar sólo para sostener una Economía que fagocita todo lo que le ponen delante. Un elefante blanco.

¿En qué momento dijimos: "si la Economía necesita un consumo conspicuo para sobrevivir, consumamos y consumámonos en el proceso"? ¿Qué criatura creamos que nos fagocitará y nos hará engranaje hasta que nos gastemos o bien se encuentre otra componenete más eficiente y seamos descartados?

Con qué criterio programamos esa máquina monstruosa que consume humanos para su propia supervivencia y destruye despiadada, relaciones (familiares, por ejemplo), destruye el hábitat, el equilibrio, y la conciencia del propio valor y todo aquello de lo que ha surgido el hombre como consecuencia.

Si esto es lo mejor que podemos hacer, estamos muy mal.

Buenos días.


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