martes, 31 de agosto de 2010

El juego, esa máquina de aprender I

Aprendemos mejor cuando jugamos. Algunas personas acuerdan de palabra, otros realmente creen en esto y otras piensan que no es así. Pero mi experiencia y mis estudios me han conducido a creer profundamente en esto.

A veces el desacuerdo proviene de preconceptos alrededor de definiciones iniciales. Así que intentaré dar las mías respecto a dos aspectos claves.

Una es entender la diferencia entre aprender y reproducir y la otra es saber qué es un juego y qué niveles de juego hay.

¿Por qué una cosa es aprender y otra reproducir o copiar exitosamente? ¿Cuándo decimos de alguien que "no aprendió"? Cuando vemos que en una situación no puede aplicar una solución o respuesta que sabemos que sería exitosa y tampoco puede construir una respuesta comparable en eficacia o pertinencia. ¿Cuándo ocurre esto? ¿Qué es lo que hace que alguien pueda "trasplantar" una solución de otro problema a éste que le ocupa ahora? Cuando ha podido identificar aspectos claves y las relaciones relevantes que le confieren sentido y puede reconocer los mismos elementos y estructura en otras situaciones y ver cierta analogía o puntos en común entre ambas.

Esto implica dos cuestiones: tener la capacidad de identificar ese esquema en el problema original (contexto), poder aislarlo y despejar los aspectos superfluos a ese esquema (esto puede requerir varios intentos y ensayos). Esto permite que esa persona puede modelizar un esquema que reconocer en otras situaciones sin perderse en detalles irrelevantes.

Y esto lo da la experiencia.

Y aquí uno podría decepcionarse. Porque experiencia suena a palabra seria y a trayectoria de años. Pero no es así. Experiencia es ensayar, analizar y establecer alternativas, y repetir el proceso varias veces. Mapeando el esquema en situaciones distintas una y otra vez. Este proceso puede ser arduo y aburrido excepto en el juego. En él podemos reiterar ad infinitud las mismas estrategias adaptándolas a las variantes de cada juego (mano). Ese ensayo con variaciones hace "mía" esa estrategia, le imprime mi sello (así no sea exitosa). Cuando logro adueñarme de ella, sé cómo funciona (o pretendo saber), sé sus alcances, su potencia, su ductilidad, etc. Ese contacto íntimo es el conocimiento adquirido por el proceso de la experiencia.

Sólo a partir de entonces lo puede extrapolar a otra situación. A esto lo llamo "apropiación" del conocimiento. Hacerlo parte de uno.

El otro es el problema del juego. El juego no es un contenido "maquillado" de juego, una "actividad" que presentamos como divertida. Cuando jugamos intervenimos como jugador pero en muchos casos también como formador de reglas, modificándolas o manipulándolas, ensayando cómo funcionan, qué efecto producen, cómo hacerlas cumplir a otros y qué recepción tienen. Trabajar sobre las reglas es también parte del aprendizaje pues da un conocimiento sobre el papel que juegan las variables, su relevancia y su impacto en el resultado. El juego simula un proceso o parte de él y el generar clones mutados posibilita comprender cómo puede verse afectado ese proceso.

Apropiarse de ese conocimiento permite incluirlo como recurso, instrumento. Son los recursos y los instrumentos los que podemos elegir y aplicar en una multitud de situaciones.

Lo que no se apropia se olvida en algún tiempo.

Pero además de la posibilidad de manipulación y visualización de efectos sobre el resultado y sobre otros, el juego genera emoción. El resultado que produce funciona de premio o castigo y califica a la estrategia que se aplicó para jugar. La emoción frente a las reglas (recursos y restricciones) y a los resultados hace que repitamos o descartemos estrategias.

La emoción fija los recuerdos. Cuando ligamos algo al placer (obtener un resultado, eficacia) es muy probable que no lo olvidemos. El hecho de convertirnos en "descubridores" de los activos de nuestro conocimiento, hará que los atesoremos y los cuidemos muy bien de dejarlos perderse. Del mismo modo, aquello que se relaciona con el dolor, la sensación de fracaso-pérdida (lo que deberíamos evitar), en la mayoría de la gente, producirá que evitemos ese recuerdo.

(Como este post había quedado exageramente largo (de por sí, todos los son) tuve que omitir partes que seguramente dejaré para otro post.)

Buenos días.



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