martes, 24 de agosto de 2010

La información, esa maldición tan deseada IV

He estado revisando lo que he escrito y veo que siempre escribo sobre lo mismo, sobre cómo la información nos dice qué ver y qué ignorar, cómo nos conduce por un camino u otro y en las notas que no llevan el título de la serie "La información, esa maldición tan deseada", TAMBIÉN. Bien, igualmente ya sabía que no iba a medrar en la Historia ;)

Uno de los principales problemas al tratar el tema de la información y el conocimiento es precisamente diferenciarlos. Recientemente leí algo (ahora no recuerdo qué ni dónde sino la idea) que coincidía con mi pensamiento pero le ponía un moño además. Y era precisamente la relación entre información y conocimiento.

El conocimiento debe circular libremente porque sino se estanca, no progresa, no crece, no se crea ni recrea, no se innova, no posibilita el descubrimiento ni el invento. Es al compartir el conocimiento cuando se potencia, se abren más ojos y cerebros y finalmente alguien, en el pináculo de los errores ajenos y propios, escribe una nueva premisa que todos abrazarán o sentirán que también ellos habían descubierto o inventado.

Es el error y la discusión (palabras tan feas pero tan importantes) las que posibilitan que esos pocos accedan a esa cumbre. Esa cumbre que apenas se toca desaparece. Gracias a los caminos fallidos que no se volverán a recorrer, se acota el itinerario y se alcanza el destino. Y es en virtud de esa experiencia que se produce durante el recorrido de todos esos caminos, ese conocimiento auxiliar, que no hace al punto pero que lo hace posible, que llegará, en algún momento, claro, despejado, el enunciado nuevo o reformulado.

Pero la información, ¿qué es la información? Hay montones de definiciones. Y uno piensa en el contexto que le dio origen a cada una, parece que es la que mejor la describe. Y luego vamos a otra y también nos parece la mejor porque estamos condicionados por cómo se presentaron las circunstancias originales. Todas parecen estar bien.

El enfoque de la electrónica se desentiende del contenido y la forma. Le interesan aspectos tecnológicos, como el canal, la cantidad de información, ruido, interferencias, la emisión y la recepción del mensaje y como resultado, la fidelidad con que se recibe el mensaje. Más allá de las interpretaciones, contenido, intención, consecuencias, aspectos todos ajenos al alcance. Es interesante el concepto de cantidad de información, pues esto es un aspecto que podría extenderse (con otro significado claro está) a otros campos con gran beneficio.

Información como mensaje. Sí, sin duda, el mismo "contenido" expresado de distintas formas, difundido por diferentes canales, con distintos originadores y destinos, puede hacer grandes diferencias. Ésta es la definición que surge de la ciencia social de las Comunicaciones. Y su consecuencia inmediata es la Publicidad, la Propaganda, las Campañas, tanto como difusión como manipulación.

Pero el resto de las disciplinas también tienen su enfoque de la información. La Ética y la Sociología atienden a las consecuencias o a lo que genera, la Publicidad al efecto buscado, su pariente no reconocida, la Propaganda, la creación de conductas o incluso la manipulación. La Política, como arma de contienda. Aunque no todas estas disciplinas estudien el fenómeno de la Información específicamente, ésta adquiere no ya matices, sino atributos completamente distintos.

(Y mi especialización es la Información en las Organizaciones, la información en varios tipos, cómo ingresa, se depura, se circula, se crea, se transforma y se dispone, y qué efectos produce.)

La Información, entonces, ¿es parte del Conocimiento? ¿Está antes, después, afuera, adentro?

La información como flujo, para mí, es una buena metáfora. Como el flujo, circula y tiene mayor o menor ductilidad para tomar la forma de su contenedor o su canal. Como el flujo, el estancamiento la deteriora. Como el flujo, arrastra partículas a su paso, incorporando algunas y abandonando otras y en sí misma, por el solo hecho de circular, se transforma, aumenta, disminuya, se contamina, se purifica.

Es anterior al conocimiento. Cuando se agrega (no se "suma") a otro flujos, contribuyen a construir esa estructura y cuando se incorpora a ella pasa a ser parte del conocimiento.

Está afuera. Los flujos, lábiles que circulan alrededor modifican la mirada sobre el conocimiento obligándolo a evolucionar. Otros flujos, atentan contra la estructura de conocimiento y la ponen a prueba. Y otros tal vez colaboren a reforzarla.

Está adentro. El conocimiento no es una estructura estática. Es dinámica. Se mueve. Se agregan nodos y cambia sus relaciones, se descartan nodos y se modifican relaciones. Las fuerzas que producen esos cambios, son los flujos de la información.

Es posterior al conocimiento. Para sobrevivir, el conocimiento necesita difundirse, buscar nuevos recipientes que lo pongan a prueba y lo actualizan. La información es entonces, el transporte de ese conocimiento y de sus cambios.

Por ahora nada más (de este tema), tengo en venta un auto (más abajo).

Buenos días.

DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD: Todas las afirmaciones de este blog son libres interpretaciones mías, sujetas a posibles, abruptos y arbitrarios cambios de opinión sin aviso previo.




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