martes, 27 de julio de 2010

La información, esa maldición tan deseada III

La información hace que las cosas ocurran.

Las noticias no necesariamente son la principal fuente de información. Las señales y los indicios son más poderosos que las noticias. Las noticias son formuladas por otros y no sabemos quién la generó, por qué, a quién responde o en qué se fundamenta. La noticia es un producto final, elaborado, de algún proceso que desconocemos, cuya materia prima también nos es desconocida. Su origen es lejano (en el tiempo, en sus originadores, en sus motivos). Y no está tan mal "tomarlas con pinzas".

En cambio las señales y los indicios son lecturas propias de la realidad que en principio no están ahí intencionadamente para hacerme pensar de una determinada forma y somos nosotros (uno mismo más las personas de confianza), quienes descubrimos relaciones "originales" y concluimos en consecuencia. (Convengamos que sabiendo esto cualquiera con suficiente habilidad podría "sembrar" señales e indicios). Las señales nos alertan sobre algo que está ocurriendo en ese momento y los indicios nos hacen o bien sospechar o bien corroborar que algo ocurre.

Y la mayoría de la gente si bien presta atención a las noticias, más se basa en las señales e indicios. Porque son subjetivos y propios.

¿Cómo hace la información para que las cosas ocurran?

La información nos hace ver en cierta dirección. Lo que está pasando es aquello que nos llega por distintos canales informativos, incluso cadenas de mails y boca a boca. Alguien en estos casos, mordió el anzuelo y propagó y en virtud de la confianza muchas apreciaciones sin fundamento prosperan y adquieren fuerza pese a nuestras previsiones más racionales. La confianza le da lugar a lo que es menos probable o menos razonable. Pronunciarse con desconfianza, nos segrega al temido rincón de los negativos, contras, vuelteros, caprichosos, fanáticos o negados.

Y si "todo el mundo" piensa que ocurre algo, "es probable que así sea", y miramos buscando ese indicio en los acontecimientos que nos rodean pasando a ser de una posible causa a la causa más probable. Instalada "la tendencia" que "todos observamos" es fácil que aquellos que caen dentro de este universo de propiciadores, den un paso en esa dirección, por el azar , por la sugestión, o porque la misma sociedad empuje para ese lado. Y será suficiente que unos pocos casos ocurran en tal sentido para convertirse en la profecía consumada. Esos casos serán vistos por todos porque todos están mirando para ese lado y buscando precisamente eso para corroborar esa información que ya poseen como algo "propio". Y no hay mejor prueba que aquella que nos apoya en nuestros propios descubrimientos. Aunque sean irrelevantes (en su proporción o en sus efectos) o infundados (motivados por otras causas), son hechos y se dieron en el marco de nuestra presunción.

Y con eso alcanza.


Buenos días

26/jul/2010


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