lunes, 20 de julio de 2009

Los despidos y otros eufemismos

Los despidos y sus eufemismos: los elegantes y medidos "invitar a desvincularse", "prescindir de tus servicios", los familiares "echar", "rajar" y "sacar a patadas" y sus variantes.

Los que se van y los que se quedan.

Algunos conocerán qué se siente ser un "elegido". Los que no, podrán imaginárselo. Las desventajas son fáciles de imaginar: dolor, autoestima por el piso, sensación de estar en medio de una pesadilla, temor por lo económico, en algunos por el estigma social (sí, aún hay un estigma social si la situación se prolonga), por la incertidumbre de la reinserción laboral, acentuada en momentos de crisis real o consensuada, pérdida de la referencia social (grupo), reconversión de los vínculos (aquellos que nos ven poco, nos ven todo el tiempo), y salir a venderse "con la lanza quebrada" y convencer a otros de que se está entero. Recriminaciones, búsquedas de responsabilidades, y un montón de cosas más, reales o imaginarias. Algunas muy pocas empresas contemplan estas consecuencias e implementan un plan de outplacing, pero no conozco ninguna.

Pero en caso de ser elegible, "estar nominado", puede ser también una ventaja.

¿Por qué?

Porque el "zafar", quedar, permanecer puede crear la falsa ilusión de ser necesario (no hablo de imprescindible), o "más necesario que", o "más capaz que", o "más útil", o "haber comprendido mejor" o estar "más comprometido" o ser "más eficiente".

Tal vez hoy es verdad, pero no es del todo verdad. Es una verdad a medias. ¿Y cuál es la otra mitad?.

Las demandas de las empresas varían según la coyuntura, según los estilos de liderazgo del sector y de RRHH, según las estrategias y una multitudes de factores más. Los motivos y orígenes de las crisis y rumbo de las innovaciones cambian y detrás cambian las economías, las economías cambian y detrás cambian los mercados, el mercado cambia y detrás cambian las empresas, las empresas cambian y detrás cambian los gerentes, los gerentes cambian y detrás cambian las ideas, las ideas cambian y detrás bailan los empleados.

Quedar implica que sos útil según algún criterio. Y los criterios dependen de tooooodo lo que mencioné más arriba.

Puede ser que hoy seas más útil o más reconocido, y dentro de unos meses dejes de serlo. Esto da origen a algunos de los síndromes que menciona Melamed en su libro "Empresas Depredadoras": los "muertos vivos", entre los más fáciles de comprender.

Puede ser que hoy sea más costoso deshacerse de vos y más adelante lo sea deshacerse de otro. Costos monetarios y sociales.

Por eso, ser "elegible" borra violentamente muchos de esos fantasmas.

El trabajo de reflexión queda también para lo que quedan. Sobre todo porque esa ilusión aparece casi siempre y a veces es cubierta con otras cuestiones.

20/07/09

DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD: Todas las afirmaciones de este blog son libres interpretaciones mías, sujetas a posibles, abruptos y arbitrarios cambios de opinión sin aviso previo.




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