viernes, 14 de marzo de 2014

Algunas cuestiones más sobre el software libre.

Este post es totalmente instrospectivo. No cuento con mucha información, no he visto estadísticas de distintas fuentes, ni he leído distintas fuentes "serias", como en muchos otros casos. Este post, sí, es un conjunto de elucubraciones que tal vez están equivocadas.

Hace un par de días estaba escribiendo algo acerca de por qué a una universidad le convendría impulsar el uso y estudio del software libre. Es un ejercicio que hago cada tanto con respecto a todo. ¿Pienso "esto"? ¿Por qué? O ¿sigo pensando lo mismo? Pensemos, ¿qué nueva información tengo al respecto? Cambia eso mis ideas o convicciones?

Yendo de acá para allá me topé con la OIN. La OIN (Open Invention Network) es una organización, una especie de consorcio de empresas que se constituyen en defensoras del ecosistema Linux. Y para ello adquieren licencias. En EEUU ya poseen poco menos de 300 licencias.

¿Quiénes son parte de OIN? Varias empresas poderosas. IBM y Google entre ellas...

Pero antes de avanzar en esta dirección, querría rememorar el día de ayer.

Y ayer hablaba con un ex-compañero de trabajo que considera que es inútil enfrentarse con este tipo de poder y daba una serie de argumentos, discutibles para mí, pero que ocultan algo que no dijo y que creo que sí es relevante. Dentro de lo discutible está el tema de los supuestos problemas de compatibilidad del hardware. Sí, es verdad, hay algunos problemas, algunas marcas son menos amigables con el software libre que otras. Yo creo que es cuestión de tiempo. Hoy en día, es cada día más fácil instalar un Linux y que salga andando de primera. En mi netbook Huayra salió andando, no tuve que tocar NADA. Pero en mi notebook ASUS, Debian tuvo problemas con la placa WIFI y con alguna que otra cosita. Aún así, Linux ha mejorado muchísimo a lo largo de estos años, en lo que respecta a facilidad de uso. Los estudiantes que tienen las netbooks de Conectar-Igualdad con Linux posiblemente lleguen a conformar una masa crítica fundamental para el modelo de software libre.

Mi compañero me decía que los hijos de sus amigos de clase media, o media-alta, le llevan sus nets para formatear e instalar Windows. Una cuestión cultural. Son hijos de hombres y mujeres que usan Windows. Los hijos e hijas de familias sin computadora o que no usan computadoras en sus trabajos, no tienen una preferencia inicial. En esos hogares es posible generar la masa crítica.

Masa crítica.

La comunidad de desarrolladores de software libre ha crecido mucho y sigue creciendo. Pero mi compañero indicaba que dicho crecimiento se daba fuera de EEUU. E incluso aseguraba que los estadounidenses compran objetos de fabricación estadounidense (mayormente, lo cual es cierto) y que usan más Apple que Windows. E insistía que la mayor parte del desarrollo bajo el modelo libre está en China. Se fue antes de discutir las perspectivas de la comunidad china en crear la masa crítica.

Años atrás la realidad era otra.

Años atrás creo que era impensable el modelo de software libre como algo viable comercialmente. Microsoft llevó adelante montones de juicios en defensa de sus patentes, y no viene ganando en términos generales. IBM reconvirtió su negocio tempranamente al sector servicios y conservó sólo la línea de servidores, desprendiéndose en el 2005 de la línea de notebooks que vendió a Lenovo (creo que luego volvió a recuperarla y ahora hubo algún otro cambio). Hoy IBM es "defensora" del ecosistema Linux.

¿Qué hacen las grandes empresas? Microsoft creo que continúa con sus juicios pero si bien no ha logrado detener este movimiento, sus estrategias siguen sosteniendo su masa crítica.

¿Por qué menciono la masa crítica?

Porque en Economía una de las barreras difíciles de romper es la del costo de conversión. Esa gran cantidad de usuarios es un grupo de usuarios cautivos. Entrampados como están en una red de licencias e inmersos en otra de proveedores y clientes, organismos estatales y privados que usan y esperan formatos propietarios compatibles a medias con otros libres, viven convencidos de que el único mundo posible es Microsoft. El costo de capacitar a esos usuarios no llega a alcanzar porque los estados aún son clientes cautivos también. Y todos debemos interactuar con el estado, tarde o temprano.

Pero a eso hay que sumarle otro grupo, menor y más selecto, el ecosistema Apple. Steve Jobs menciona que él quiso que las computadoras tuvieran "bellos tipos" porque había seguido unos cursos de caligrafía en la universidad y ninguna otra cosa más. Fue la belleza (mercado imagen) lo que primero desarrolló. Esa belleza hizo que se desarrollara una infraestructura más apta para la belleza. Y la belleza es un valor muy importante en ese selecto grupo, de los más aptos en la gran selva económica donde sólo sobreviven los más acaudalados. El ecosistema Apple es dominado por el homo estético de gran poder adquisitivo, de aquellos que disfrutan el pertenecer.

¿Está el mundo informático dividido en ecosistema Windows, ecosistema Apple, ambos monolíticos y basados en masa crítica uno y en belleza y fortaleza el otra, cuyo tercer jugador es el caótico ecosistema Linux, formado por idealistas, rebeldes y pobres?

(por esbozar muy burdamente el panorama que surgió de la conversación de ayer...)

¿Puede China y los millones de chinos cultores del software libre, más los estados que hoy impulsan el software libre para no exportar divisas y cultivar un nacionalismo populista, contrarrestar esos dos gigantes, la masa crítica cautiva de Microsoft y la exclusividad robusta de Apple?

Google (un gigante que fagocita todo a su paso) e IBM (peleando una lenta declinación) se asocian para defender el ecosistema Linux.

Oracle, jugador agresivo en la industria, adquiere en una estrategia solitaria, varios negocios y mantiene paralelamente su motor tradicional y otro libre, e impulsa un Linux propio.

Yo, desconfío de los gigantes. Con o sin intención, cualquier paso puede aplastarte y ni qué decir los estragos que hacen cuando caen, y todo lo que arrastran en su caída.

Tengo un problema de escala, es verdad. Desconfío del poder que otorga la escala.

¿No será más eficaz matar el espíritu del software libre al hacerlo dependiente de la protección de los gigantes que combatirlo frontalmente?

¿Acaso no se ha fortalecido en la confrontación?

¿No tendríamos que temerle más a la OIN que a Microsoft, aquellos que nos sentimos identificados de alguna forma con el movimiento de software libre?

Pero no es lo único. Porque algo que no dijo mi ex-compañero fue que las clases acomodadas tienen muchos recursos para imponer sus preferencias, sus gustos, e inspirar en otros sus propias aspiraciones, hace deseable aquellos que ellos sí pueden alcanzar. Tienen el dinero para la publicidad aspiracional.

Y de eso ayer no hablamos, pero, desde luego, nunca he ignorado que eso también late como amenaza.

Y son varias las amenazas. La reconversión de las grandes empresas, los lobos con piel de oveja, la apropiación de lemas, la creación de nichos de negocio nuevos, hacen que con un poco de ingenio y grandes espaldas financieras, las metas aspiracionales, sigan conduciendo la masa crítica.

Como en "El abogado del diablo" no importa lo que hagas, todo podrá convertirse en una buena estrategia del diablo.

Buenas noches.



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