miércoles, 22 de julio de 2009

La infantilización del trabajo.

En el trabajo de Alejandro Melamed, "Empresas depredadoras" se vuelcan muchos conceptos que comparto. Allí aprendí algunas otras cosas que sospechaba, ahora reforzadas con la autoridad de los teóricos reconocidos.
Desde el llano, desde donde opino, desde mi experiencia en una multinacional, veo que muchas de las afirmaciones de sus páginas son exactamente así, ni más, ni menos.
Lo triste es que no sólo el personal jerárquico padece la depredación sino también el resto de nosotros.
En particular es realmente patético el párrafo dedicado a la infantilización del trabajo. Gran parte de mis enojos se han debido a esto. Por un lado, y formalmente, se conmina al personal a aplicar el juicio profesional, tanto para aplicar las políticas y las normas, como para interpretar y encuadrar las ambigüedades y las excepciones.
Y lo que se observa es que la gente, llegado un nuevo procedimiento, una nueva norma, la aplica ciegamente, haciendo un trabajo previo de adaptación de la forma... a veces. La sola mención de la auditoría produce estas cegueras que los llevan a trabajar de más durante todo el año, a generar información que nadie usa ni controla, a mantener controles y tareas que se hacen sólo a los fines de cumplir la norma pero que no tiene ninguna utilidad, a llevar a cabo recolección de evidencias, self-assessments sin sentido, en dónde se preguntan aturdidos y sobrepasados "qué pongo acá". Y qué vas a poner si eso no aplica, directamente, fue pensado para otra cosa.
En qué punto se pierde el criterio de costo-beneficio. En qué punto, profesionales de Ciencias Económicas, Ingenieros y Licenciados, en las áreas del negocio e informáticas, pierden todo lo que aprendieron y lo tiran por la borda. ¿O no lo aprendieron? ¿O supieron repetir eficientemente lo dictado en clase, en un examen?
Cómo es posible que luego de años de experiencia laboral y años de estudio universitario, se limiten a aplicar una simple "lógica" instrumental, tarea que no requiere más que un buen técnico de nivel secundario.
El punto es que en la letra te piden criterio, pero en la práctica te sancionan. Abrumados de tareas lo importante es sacar trabajo y salir indemne: las firmas sólo sobre lo regular y obstaculizar todo lo demás.
Controles sobre absolutamente todo y regulación desde el uso de los recursos, la aplicación de criterios ajenos y extirpación de los propios, hasta el reparto del tiempo.
¿Quién puede estar sobre lo importante y abundar cuidados sobre lo superfluo, sin descuidar nada? ¿Cómo hace esa persona para distinguir, al cabo de un tiempo, qué es lo importante, si diariamente recibe recomendaciones, reprimendas o sanciones por descuidar las nimiedades?
¿Y un profesional se presta alegremente a esto?
¿A qué costo?

Buenas noches.

AGOSTO 2010: Vendo SUZUKI FUN 2004 $ 28.900, 95.000 KM. Con A/A, alarma, 3 puertas , vidrios polarizados , baguetas protectoras de paragolpes y laterales, cubiertas delanteras nuevas, en buen estado. Titular. Segundo dueño. Radicado en CapFed (Bs. As., Rep.ARG).
Comunicarse a vendofun2004@yahoo.com.
Fotos 16/08/10: http://goo.gl/photos/5uMq







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Es de mi novio, no lo conozco en profundidad porque lo manejo muy de vez en cuando, pero anda, va y viene, nos hemos ido a Uruguay en él, con el a/a puesto, a Capilla del Señor seguido y se usa todos los días.

Tiene motor 1000. Muy económico de respuestos, usa respuestos del Corsa, me parece que sirve como segundo auto o para alguien que se mueve mucho en capital xq entra en cualquier hueco en la calle porque es chiquito.

Está al día en papeles, no tiene deudas de ningún tipo.







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