lunes, 22 de diciembre de 2014

Otros cobran.

Estamos tan pero tan anestesiados que nos dejamos embaucar con eufemismos y medias verdades.

Media verdad implica media mentira, o por lo menos, medio ocultamiento u omisión.

Hoy fueron varias cosas que se me juntaron en la cabeza, algunas más o menos nuevas (las circunstancias son conocidas, el caso podrá ser nuevo) y otras no.

1) Yoli publica una nota sobre brutalidad policial sobre los mismos policías entrenados y la víctima perdiendo un juicio contra su victimario. Yo recuerdo al respecto el caso de la policía mujer que fue señuelo en el 2011 para un violador, y que fue abandonada por sus compañeros, siendo finalmente abusada. El juicio se hizo este año. La media mentira en este último caso, es que fue "abandonada" y no que el plan era que fuera violada, no que era un señuelo, sino una víctima certificada. En el caso de la nota de Yoli, se ve una mujer golpeada por un instructor policial "en clase", naturalizado porque la policía es natural que sea brutal y que deba aprender a serlo. Así que había que usar a una aspirante para eso. En el otro caso, lo naturalizado era que los tipos digan que no se dieron cuenta y que todos hagan como que les creen que fue sin intención. Si todos sabemos que no es así.

2) Una reunión de "jefes" de una empresa, evento de coaching o como miércoles se llame. Un director o capo (no sé bien) dijo la consabida arenga "somos 1eros en esto, en esto otro ... bla bla... y en esto somos segundos... y lo que vamos a hacer en el 2015 es arruinar al chiquitaje para ser primeros". Natural. Arruinar a un débil está bien. Es el mercado. Son las leyes del mercado y como en el caso que publicó Yoli, si estás en el baile tenés que bailar. Nada de cambiar las reglas, nada de cuestionarlas. Si te gusta bien y sino te vas. La mejor manera es excluir los que no aceptan, perseguirlos, quitarles los medios de subsistencia. Es natural. En Marketing se estudia, en Estrategia Empresarial se estudia: Sun Tzu aplicado al mercado, best seller de los noventa. Guerra de precios, se estudia en Kotler, libro de cátedra. Si la Historia nos enseña que las guerras son útiles para un montón de cosas: diezmar la población masculina, eliminar a los jóvenes, generar negocios de reconstrucción, eliminar pueblos y su herencia.  La lógica de la guerra está tan arraigada que nos resulta fácil decir "que se venga el principito" en camisa y corbata, en una plaza durante el almuerzo de un oficina del microcentro. Que el cuerpo lo ponga otro, el otro débil, como diezmamos a los mulatos y africanos esclavos, de carne de cañón.

3) Joan falleció. Otro niño de las muchos (niñas, niños y adultos) que fallecen de enfermedades ligadas al uso de agrotóxicos y otros químicos usados en prácticas extractivas de recursos naturales. Posiblemente no se esté midiendo la correlación entre ciertas enfermedades y los niveles de contaminación o toxicidad de los ambientes. O tal vez se haga en forma pensada para no poner tan en evidencia, o tal vez sí y los medios no lo difunden lo suficiente. O tal vez ya no nos importa. Pero en algunas zonas del país, en donde ciertas prácticas de minería, de extracción de petróleo y gas y de agricultura con el uso de agrotóxicos, los niveles de enfermedades como el cáncer supera la media. La pregunta de qué podemos hacer siempre surge. Una pregunta sin respuesta, con respuestas difíciles de poner en práctica o con la peor respuesta: "y... no podés hacer nada, las cosas son así". Naturalizado el fatalismo, como si las cosas no fueran así porque lo hemos permitido, facilitado y dejado crecer por siglos de "y...las cosas son así". Las cosas son como aquellos que las hacen lo deciden y los que estamos dispuestos a no hacer nada no lo impedimos. Total, los niños que mueren son de otros, de ellos vemos ocasionalmente una foto, no los acunamos, ni nos desvelamos bajándoles la fiebre.

El punto es que es muy difícil de parar aquellos que otros cobran por hacer:

Hay gente que cobra para destruir otras empresas
Hay gente que cobra para enseñar a torturar o lastimar
Hay gente que cobra por pergeñar planes inescrupulosos para maximizar ganancias
Hay gente que cobra por desvirtuar la información que nos despierte la conciencia.

Es su trabajo. Dedican las mejores horas de su vida para eso. Las horas más descansadas.

Mientras, los que no quieren que eso ocurra tienen que dedicar, cuando pueden, las horas del descanso, las horas de la familia y los amigos para intentar con un alfiler, detener a los hoplitas pertrechados y entrenados que avanzan sin pausa. Tratar, sin continuidad de protestar inocentemente, firmar una solicitada, levantar una pancarta, pasar la noche en algún acampe.

Pero como me contaban que decía algún docente, la toma de la Bastilla la pudieron haber hecho los herreros, carpinteros y verduleros, pero al día siguiente tuvieron que ir a trabajar. Y las revoluciones terminan quedando en manos de los políticos siempre. De esos que cobran por hacer y deshacer los destinos de los pueblos.

Pido disculpas por el desorden, pero así están en mi cabeza estas ideas que vinieron y andan revolviéndome el cerebro.


Buenos días.



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