jueves, 28 de marzo de 2013

Tan fácil es brillar.

Anduve muy pero muy atareada. Y cuando eso ocurre después de unos días tengo la cabeza hecha un volcán, el corazón una fragua y los ojos, lanzas. Tengo la suerte de que poca gente llega a mis blogs, y casi siempre es gente que puedo identificar, y eso me hace sentir en confianza. Y la longitud de mis posts y su naturaleza (que no es informativa ni divertida) también desanima. Por eso me sirve para desahogarme porque pese a que ya sé cómo es el mundo, en el fondo sigo creyendo que no tiene por qué ser así, y sigue sorprendiéndome.

Para bien y para mal.

Ahora al punto. Hay personas que desean ser reconocidas por sus "méritos" y hay gente que desea brillar. Dentro de la gente que desea ser reconocida, hay gente que se sobrestima y hay gente que comprende que los aportes son valorados en función de muchas cosas (utilidad percibida, valoración del contexto, dificultad instrumental, cuestiones financieras o cuestiones políticas) y lo toman con relativa calma.

Pero en este caso me ocupa el tema de los que desean brillar... a toda costa.

Yo pensé que los plagiarios eran especímenes poco frecuentes. Pero parece ser que en el mundo científico y académico abundan. Y simplemente no puedo entender eso. Cuando estaba en Ingeniería de UBA me habían comentado ya que a dos profesionales excelentes (cuya excelencia y pasión me constan) le habían "robado" la casi totalidad de su tesis de doctorado a una y otros trabajos a la otra.  No sé si esto no fue un impedimento para que aún la primera no haya obtenido su doctorado.

Luego ingresé en UNDAV y allí tuve contacto con otros profesionales más. Allí me enteré que un docente de Ingeniería de UBA había sido "echado" por plagiario. El vergonzoso incidente se conoció cuando el verdadero autor encontró su trabajo con el nombre de ese docente y lo denunció. La comisión investigadora encontró además otro artículo plagiado.

Me acordé de Bucay y pensé que tal vez yo había sido también muy ingenua con su caso (alguna explicaré cuál fue mi evaluación del caso).

Cuando yo era estudiante en un momento tenía que elegir con quién cursar Inteligencia Artificial, una materia cuatrimestral: había dos cátedras. Una a la noche, la más conveniente; para la otra tenía que pedir un permiso especial en mi trabajo y compensar en extraturno. Lo que se decía por radiopasillo era que uno de esos docentes, el de la noche precisamente, llamémosle "A" era una eminencia pero a las mujeres les exigía cosas nuevas cada vez que resolvían una dificultad hasta bien superado el cuatrimestre, buscando "cansarlas". A los varones, en muchos casos, les pedía favores sexuales. En todos los casos, el docente no aprobaba a los estudiantes al término del cuatrimestre. A veces los estudiantes seguían haciendo "ajustes" y cambios por nuevos requerimientos, aún después del año y medio. Yo no pensaba pasar por eso y me decidí por la otra cátedra. También era común escuchar que algunos docentes hacían eso para usar los trabajos de sus estudiantes como propios y hacerlos producir para ellos. Yo no tenía ese talento tampoco. Tal vez por eso firmé siempre en término :).

Años más tarde y ya recibida, decidí ver qué posgrado iba a cursar. Volví a Ingeniería (en dondeya hacía mucho que era docente) y vi dos que me interesaban, una Maestría en Dirección de Empresas cuyos requisitos de tener experiencia en gerencia por tres años me dejaba afuera y la carrera de posgrado de Ingeniería de Software, de modalidad remota. El docente era el mismo que en los casos anteriores y de hecho la carrera estaba diseñada para el ITBA donde también era docente (es muy común que los docentes sean los mismos en todas las casas de estudio: UBA, UTN, ITBA). Tuve una entrevista con el docente que tenía una personalidad impactante: sin duda esa carrera era lo mejor para mí. Fue esa la única vez que lo vi. Sin embargo, una conversación con mi director de Sistemas en Ford, un one to one, me hizo desistir de Ingeniería de Software y me aconsejaba un MBA ya que Ford estaba orientándose a profesionales generalistas y dejaría el trabajo de desarrollo en manos de consultoras. Así que partí a buscar un MBA.

Cuando me contaron la anécdota del plagiario yo conté mis dos anécdotas y el tema quedó en el aire. Varios días después cuando trabajábamos sobre el diseño de una materia, surgieron dudas. Se trataba de las diferencias entre dos materias de las cuales teníamos gran parte de los contenidos pero nos faltaba hilar un par de cuestiones y nos faltaba ese conocimiento experto detallado. Eran materias completamente nuevas, novedosas y para el director de la carrera, fundamentales para formar profesionales orientados a la robotización de plantas industriales.

Otra de las docentes del equipo era la encargada de buscar  información para hilar mejor esos contenidos que ya teníamos. Ella es habitualmente muy calma, jamás se la escucha levantar la voz, tiene una cadencia homogénea al expresarse y un ritmo pausado para armar las frases. Por eso me sorprendió cuando la escuché levantar la voz, indignada y eléctrica: "Yo de este tipo no voy a leer nada". Eran dos materias del famoso plagiario, pero con contenidos diferentes a las nuestras. En ambas materias de Ingeniería se incluían los mismos contenidos, exactamente: Inteligencia Artificial. O sea, esas dos, más la propia Inteligencia Artificial, con los mismos contenidos.

Recordé que yo había querido postularme para la comisión curricular de Ingeniería de UBA pero que había sido ignorada, pese a que el Departamento de Computación tenía interés en tener en la comisión curricular más informáticos -en lugar de tantos electrónicos, como hoy ocurre. Y pensé: "¿qué trabajo hicieron en la comisión curricular que no notaron la triplicación de contenidos?" Te puede pasar que ante un apuro, o ante presión, te ocurra, pero tarde o temprano alguien tiene que notarlo. Y cuando se nota, hay que corregirlo. Por una cuestión de honestidad intelectual. No porque no nos podamos equivocar o marear como realmente ocurre cuando estás trabajando con tantos datos simultáneamente.

Yo no lo podía creer. No por el docente sino por todos los demás. Y la docente de nuestro equipo agregó: "No, si por eso los chicos lo llamaban 2x1, tenía varias materias duplicadas, en Ingeniería era como un Dios, le daba lustre a la facultad. Ahora está en Lanús".

Cada vez que intentaba salir de mi asombro recibía una nueva estocada. Y en esos pocos segundos habían sido varias estocadas juntas.

"¿Y los estudiantes no lo denunciaron?"

"Sí, lo denunciaban pero en la facultad se decía que no era creíble y que no había pruebas".

"Y lo del 2x1 cómo era?".

"Vos te anotabas en Materia I y cuando la aprobabas te firmaba Materia I y Materia II, que era exactamente igual".

Yo entiendo que a veces uno se encuentra en circunstancias en donde uno no alcanza a evaluar las consecuencias o las implicancias de lo que decide. Y hace "cosas" (grises), un poco por inercia o porque no le parece relevante y en realidad, lo conduce hacia alguna meta. Y yo creo que todos en algún momento hemos incurrido en situaciones poco claras resultando beneficiados, sólo que no hemos tomado registro. Pero me pareció que esto era algo de otra dimensión.

Ese docente no brilla más en FIUBA. Pero brilla en la web pues aparece como eminencia en la materia en todas las consultas, en las JAIIO y en su CV siguen figurando sus materias y sus artículos como si nada hubiera pasado. Google mantiene su prestigio. De hecho la comunidad científica no lo ha dejado a un lado y sigue dándole espacio en el ambiente académico.

Y ayer volvió a surgir el tema. Con respecto a las categorías de los investigadores. La universidad quiere tener investigadores de categoría 1. Y eso no es tan fácil porque no hay tantos docentes con doctorado que estén interesados en una universidad nueva que no es muy conocida todavía. Ocurrirá, pero no tan pronto como desean... creo (nunca se sabe). "Fulana y yo somos categoría 2, Fulana necesita el doctorado para acceder a categoría 1". Y luego "sí, acá ya han robado producción, ya hay casos de plagio".

Yo no entiendo cómo funcionan las categorías, se ve que es algo transversal a los institutos y a las universidades. Ya me enteraré pues la vida me está llevando por ese rumbo y siempre recojo el guante que me arroja la vida. Con 48 años, prefiero no planear, es un poco tarde para mí pretender mucho más que participar en uno o dos proyectos de investigación en categoría 50000. Y no quisiera verme envuelta en ese mundo de brillos de vidrio culo de botella y de plagios por orgullos insolventes. Tampoco querría verme envuelta en una investigación que termine no siéndolo. Espero que la vorágine no me arrastre.

No podía salir de mi asombro cuando uno de los de la sala dijo: "pero el de Mengano no es el único caso de plagio en FIUBA, hubo también otro: Zutano". Zutano tenía mala fama entre los estudiantes, se decía que iba a clase "tomado", que le "fallaba la cabeza" y cuando yo cursé "Análisis de la Información" ya no iba a dar clases, otro docente lo reemplazaba. Y creo que jamás lo vi ni tengo su firma en mi libreta tampoco.

Ayer le decía a mi compañero: no hay diferencias entre una empresa y una universidad. Las cosas tienen distinto nombre pero es lo mismo. No es que no supiera de las tramas políticas dentro de la universidad. Pensaba que podía evitar verme demasiado envuelta. Sé que estoy en una universidad pública y por ende, política, y estoy muy cerca de funcionarios políticos, y también sé que de caer ellos, caeré también yo. Ya me pasó en FIUBA con la Coordinación de Tutorías y estaba preparada. Ahora sé que esto puede ocurrir, en el caso de que ellos mismos no me expulsen antes. Y estoy preparada también para eso. Aunque la orientación política de esos funcionarios que funcionan en bloque no es homogénea y en algún caso tampoco tan clara, se forman espontáneamente frentes, camarillas y por más que uno no quiera, para los demás, terminamos asociados a uno u otro bando.

La sorpresa fue enterarme de que no eran tan excepcionales los casos de cartón pintado en el mundo docente y de investigación. Yo pensé que existía eso del amor al conocimiento. ¿Pequé de ingenua? ¿Sigo siendo tan pero tan ingenua o me estoy enterando sólo de lo malo?

Amo el conocimiento, el aprender es un placer que no tiene fin. No puedo entender cómo eso puede quedar en un segundo plano en el mundo de la educación y la ciencia. Amo estimular en los estudiantes ese mismo amor y no "depender de" ni "endiosar a" sus docentes. Menos a mí. No dejamos nunca de aprender y descubrir en nuestro propio mundo de teorías cuando es eso lo que deseamos. Y eso es maravilloso.

Y mi compañero me decía: "pobre, pensabas que ibas a poder ser libre y feliz". Y le dije: "soy feliz, y también soy libre. Si no es para mí, me voy a ir sin pena." Cuando pude resolver mi desvinculación de Ford creo que logré internamente resolver el tema de las lealtades. Por algún motivo, si el precio de ser reconocida por mis supuestos méritos es ese, prefiero no brillar. Y creo que lograré irme pese a los enconos. Igualmente esa eventualísima luz diminuta, lábil y fugaz, no cuenta en nada en la larga Historia del Mundo y no va a contribuir a mejorar ni una pizca el bienestar de los miles de millones de vidas que se desperdician ciegamente tras el dinero.

En esas grandes estructuras, creo que lo mejor es permanecer anónimo. Brillar te ata. Te quita libertad. Quedás preso de un prestigio, es como un demonio con su tentación omnipresente. Preferiría no brillar pero eso no depende totalmente de mí, como veremos en el próximo post (más tarde).

Buenos días.


 DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD: Todas las afirmaciones de este blog son libres interpretaciones mías, sujetas a posibles, abruptos y arbitrarios cambios de opinión sin aviso previo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmm, confuso pero se entiende a dónde apuntás.
Coincido en lo esencial.

Anónimo dijo...

Qué sorpresa, en general este blog no es muy visitado.
Estuvo pensado desde el inicio como una forma de introspección y de memoria, por lo tanto la redacción no es tan cuidada. Y sí, muchos posts son poco claros. De hecho releyendo éste (este post tiene 4 años) noto que hay cosas que casi no recuerdo. Mi memoria ha recortado muchos de todos esos datos ya.
Te agradezco la visita y más aun tu comentario.

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