Dicen.
Ayer, Deconstruido escribió una reflexión interesante acerca de la vigilancia y Facebook.Vale la pena leerlo justo en este punto:
http://deconstruido.blogspot.com.ar/2014/02/carta-abierta-facebook-por-sus-10-anos.html
Leer su texto me disparó un montón de cuestiones de esas que aprendemos a callar para seguir adelante con el trabajo y otras obligaciones, pero que tarde o temprano tenemos que mirar de frente.
Justamente. Mirar.
El tema ES la mirada.
Primero empecé a escribir un texto para comentar su post, pero no aportaba nada nuevo más que nada trataba de buscar el origen de esta sensación de que la vigilancia ES una forma de la seguridad.
La vigilancia es una forma de la mirada.
Cuando somos chicos y aprendemos a cruzar la calle, nuestros padres nos
animan diciéndonos: "Yo te miro", "andá, " (permiso)
"que yo te miro". Y eso nos da la seguridad de que al primer paso en
falso que nos ponga en riesgo, un grito destemplado detendrá el tiempo,
congelará el auto y nos dará changüí para deshacer el paso imprudente. Y damos
uno a uno los pasos en la fantasía de que un accidente es evitable con la
mirada de mamá o papá, como si fuera tan poderosa que pudiera detener el mundo.
Crecemos sin cuestionarnos cómo opera esa mirada: esa mirada sólo sirve para
corregir un error que no ha sido fatal, en un próximo intento. Pero no nos
cuestionamos (y así aprendemos falazmente) si la mirada evita lo fatal. Y así
nos mantienen niños engañados durante toda la vida:
la mirada evita que hagamos algo incorrecto, las condiciones de la fatalidad.
(Flor de ingenuidad, así funciona en nosotros, los sumisos, los sometidos.)
La primera falacia es pensar que esa mirada obra un cambio durante el aprendizaje.
Al igual que los raspones que
se curan solos, cruzamos la calle cuando ya sabemos cruzarla, cuando sabemos
calcular la distancia y la velocidad, cuando sabemos donde mirar y cuando
sabemos evitar obstáculos y a qué velocidad podemos desplazarnos. Aprendemos
falazmente que el ser mirado evita el daño en vez de facilitar el ser auxiliado con
celeridad (si alguien mira a tiempo) y confiamos en eso confundiendo las cosas,
como si el que nos roba estuviera restringido por las mismas "ataduras
morales" que nosotros.
Nosotros no robamos si nos miran. Los otros, los más audaces, si pueden, simplemente aprenden a no ser detectados.
Saben que la
mirada no evita nada al instante, sólo sirve para después y el después se
neutraliza con aprendizaje, cuando se aprende a calcular los pasos, se aprende
a no ser identificados, se aprende a calcular la oportunidad o simplemente se
hace duchx en tener "suerte", por ejemplo, trabajando para los vigiladores.
Pero los que nos miran no son nuestros padres.
"¿Y quién controla a los que nos protegen?"
dice Deconstruido.
"ahora diría que el Estado es como vos facebook: nos mira... está ahí, presente y pienso ¿nos cuida? Solo sé que castiga [...]"
"tantas vueltas para explicarte que vos y las cámaras me dejan un sabor amargo... ¿para qué están si no evitan que pase lo que pasará? Solo se sofistica el ladrón y asesino; se vuelve un informático, ataca las redes, se alía con la policía, o evita simplemente las cámaras.... ¿para eso es una cámara de seguridad? ¿Para forzar la evolución de la "maldad"?"
Creo que no llegué a nada pero no quería dejar pasar estas relaciones que tal vez disparen alguna sensación o alguna idea en otros.Buenas noches.
DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD: Todas las afirmaciones de este blog son libres interpretaciones mías, sujetas a posibles, abruptos y arbitrarios cambios de opinión sin aviso previo. Twittear
informacion conocimiento aprendizaje manipulacion
No hay comentarios.:
Publicar un comentario