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jueves, 2 de mayo de 2013

Las picardías de los poderosos (I).



Hace dos semanas se destapó el escándalo del lavado de dinero supuestamente por parte de personajes cercanos al gobierno y presuntamente por el mismo ex-presidente.

Muchos medios destacaron esto, sin duda con fines políticos.

A mí, sinceramente, eso me tiene sin cuidado. Ya sabíamos que los funcionarios, por lo menos los altos y los medios están, en mayor o menor medida, o bien en pleno ejercicio de esos y otros "negocios" o bien en conocimiento, facilitadores voluntarios esperando una oportunidad o involuntarios por distintos motivos: temor, como costo de algo mejor o mayor.

Si ahora hay tantos “indignados” es porque temporalmente el grupo Clarín está enfrentado con el Gobierno Nacional. Una mera circunstancia que puso a la luz algo que existe y muy sofisticadamente en todo el mundo. Sería ingenuo pensar que las empresas fantasmas del exterior y las legislaciones que las hacen posibles fueron creadas para y desde la época del primer gobierno K, ¿no? Sería más que ingenuo pensar que fueron creadas para los argentinos y que los otros países no los usan, ¿no?

El rol de los medios de comunicación en este caso, fue fundamental. Léase en este caso, grupo Clarín.

En el libro de Aire de Geus, un ex-alto-mando de Shell, quien se enroló en el paradigma orgánico de las organizaciones, nos cuenta orgulloso que algunas empresas sobreviven cientos de años, bajo distintos nombres y distintos rubros incluso. Él identifica a estas empresas sobrevivientes a las “cabezas” que las dirigen. Esto es muy importante, o sea, la empresa, la figura legal, la circunstancia temporal de lo que es negocio no es lo importante, sino sus cabezas, quienes son sus guías a lo largo de los siglos. Y cita uno de los ejemplos. Prometo que voy a transcribir algunos párrafos en http://ynadaquevernomas.blogspot.com.ar pero no ahora porque no tengo tiempo.

El caso más extremo que elige es el del grupo Stora. Sitúa sus orígenes en el año 1288 en Suecia, y era sólo una mina de cobre en la provincia de Dalecarlia. Nace con las características de una sociedad de capitales. A 1997 se dedia a la fabricación de papel, pulpa de papel y productos químicos. En la historia de Stora figura entre otros, un episodio en que se enfrentó con el rey. Esto fue 270 años después de comenzar a operar, asumiendo un papel político (esto, espero, podré empezar a desarrollarlo en otro post) oponiéndose al rey, buscando apoyo en los pobladores y organizándose militarmente (armándose y entrenándose).

Hoy es el grupo Clarín el que está jugando un rol político y por eso nos enteramos. En décadas pasadas eran los políticos quienes utilizaban como estrategia revelar los casos de corrupción de los circunstanciales funcionarios.

Hay que ser inocente para creer que quienes denuncian (tanto desde el grupo o a través del grupo) no tienen intereses propios también. Por eso hay que ir con pies de plomo, antes de defender ardorosamente a unos u otros.

Lo importante es extrapolar los hechos por un lado y revelar, dar a conocer los mecanismos ocultos. Porque es en la oscuridad en donde ganan impunidad.

El punto acá es: ¿cómo se asocian los gobiernos con las empresas para sus fines ocultos? ¿Son legales? ¿Por qué hay actividades legales que nos parecen tan inmorales?

Los mecanismos incluyen:

  • Creación de empresas en países en donde la protección del secreto bancario está por encima de todo. Esto recibe el nombre de “seguridad jurídica”. Aunque el concepto se “seguridad jurídica” no se agota en esta característica. En otros casos también se utilizan las “fundaciones”. Las fundaciones son los medios más difundidos para lavar dinero.
  • Uso de la inmunidad política para trasnportar valores (fuera del circuito de control de los organismos, léase “efectivo”, “oro” u otros bienes “muebles”).
  • Diseño de largas cadenas con eslabones de nombres desconocidos (por eso el ser farandulero o famoso es motivo de “descarte”) en donde se pierdan los responsables y propietarios. Nombres desconocidos que a nadie llaman a curiosidad.
  • Uso de representantes, testaferros y perejiles en distintos eslabones de la cadena, que ante un riesgo cierto de exposición se muestran como lo que realmente son: fusibles.
  • Vínculos con organizaciones de prestigio, como ONGs, Fundaciones, Asociaciones sin Fines de Lucro y otras agrupaciones civiles, en colaboraciones diversas como logística, campañas publicitarias, recaudaciones, donaciones, sponsorships, eventos, etc, para forzar la duda en la opinión pública. De este modo el denunciante pierde credibilidad, por asociación organizaciones o personas públicas de prestigio.
  • Varios negocios fuera de la ley que generan el dinero: narcotráfico, prostitución, tráfico de armas, tráfico de personas (completas o incompletas como tráfico de órganos), adulteraciones y falsificaciones (medicamentos, electrónica) y en cuanto a obra pública: coimas, comisiones, retornos (categorías de lo mismo), que en las empresas se legitima con listas de precios infladas a las que se les aplica una pila de descuentos y bonificaciones que para operar con el Estado no se aplican.
  • Mecanismos legales y contables, posibles sólo por tres intervenciones: los legisladores con su ignorancia de la materia que legislan, con participación activa en la ingeniería legal que las posibilita, por sobornos diversos (puestos, bonos, apoyo político a iniciativas) y extorsiones (amenazas, quita de financiamiento, hostigamiento legal e impositivo).

Bueno, por ahora nada más. Se aceptan más contribuciones.

Buenas tardes. 

DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD: Todas las afirmaciones de este blog son libres interpretaciones mías, sujetas a posibles, abruptos y arbitrarios cambios de opinión sin aviso previo.

viernes, 27 de agosto de 2010

La información, esa maldición tan deseada VI

La información, que hemos mencionado como mensaje (entre otras concepciones), en realidad es bastante más que eso. Es dinámica, lábil, muta de emisor a emisor y de emisor a receptor y entre receptores llegado el momento de la discusión, produciéndose nuevos mensajes.

El conocimiento al que refiere la información es dinámico y se ve afectado entre otras cosas por el tiempo, la forma y los distintos cortes que se hagan sobre ella (planos de análisis que lo atraviesan y ponen de manifiesto ciertos aspectos y dejan fuera otros). Estos recortes de conocimiento que constituyen el cuertpo de distintos mensajes tienen valores distintos, en sí mismos y desde el punto de vista de distintos receptores (interpretación y valoración).

La diferencia de interpretación entre receptores tiene relación con el conocimiento previo del receptor, sus creencias (no necesariamente racionales), sus preferencias, sus intereses y las influencias que operan sobre él en el momento de recibir o evocar el mensaje informativo.

Es el emisor quien le imprime el formato y elige el canal. También quien selecciona parte del contenido: el contenido intencional. Hay una parte del contenido, parte de las circunstancias, parte de las actitudes, parte de las decisiones (apresuramientos, postergaciones, prolijidad, detalles) que no son intencionales pero que también brindan información acerca del receptor y sus intenciones o intereses.

Es el emisor quien decide (siempre en parte) el momento de la emisión del mensaje y los recortes que hace sobre el conocimiento que transmite: qué incluye y qué excluye, y qué agrega como condimento, color u opinión. Y además, la disposición de las entregas y el canal elegido. La elección del canal también es información.

En casos de manipulación o de propaganda, la responsabilidad es mayormente del emisor que tiene mayor control (no todo pero sí mayor) sobre la información que se emite.

El receptor no siempre puede lograr que el receptor mejore las entregas: frecuencia, profundidad, formato, canal. Puede llegar a tener un control, guiado por su interés. Implementará estrategias que todos en mayor o menor medida conocemos. Buscará otras fuentes, introducirá errores y transmitirá el mensaje para ver las reacciones (sacar de mentira, verdad), recurrirá a expertos o buscará las críticas, para conocer otros recortes, otros ángulos y poder completar aquello que considera ausente.

Pero hay un caso muy difícil de manejar por parte del receptor y esto es cuando el emisor implementa una estrategia combinada de eufemismos y fragmentación en el tiempo y en el contenido, que sólo un historiador profundo (no me refiero al título sino a la función, aquel que recorre la historia y enlaza críticamente los eventos) puede revisar.

La fragmentación del contenido opera eliminando relaciones. El conocimiento, como mencioné en alguna otra oportunidad es una estructura dinámica, cuyas componentes están unidas por relaciones significativas. O sea, las relaciones no son un detalle, sino completamente medulares e intrínsecas. Le dan entidad al conocimiento, hacen que sea eso y no otra cosa distinta. Por lo tanto, hay que ser cuidadosos con los recortes, con el alcance del conocimiento. La fragmentación reduce la complejidad y hace que algo muy complejo pueda ser abordado con mayor seguridad y profundidad. Pero lo que no hay que omitir es la reconstrucción del todo, restableciendo las relaciones de esas partes y observando qué efecto producen. Frases como "vayamos por partes", "eso es otra cosa", "ese es otro tema", "eso no tiene nada que ver", está eliminando relaciones que aquel opera como receptor reclama. En una instancia de análisis es sano y óptimo recurrir al recorte, pero luego se impone una etapa de síntesis en donde dichas frases son lesivas del conocimiento: le amputan relaciones significativas.

La fragmentación en el tiempo, también opera eliminando relaciones. Hechos que tienen continuidad, en virtud de convenientes postergaciones pierden también relaciones perdiéndose intenciones, motivos, causas, consecuencias. Un hecho del pasado puede tener consecuencias hoy. Si las analizo aisladamente pierdo la relación de causa y consecuencia, produciendo una amputación del conocimiento, pierdo esa causalidad que es contitutiva de ese conocimiento.

Esto ocurre muy frecuentemente entre el poder político, el poder económico y es el periodismo quien refuerza o desarticula estas estrategias de fragmentación. En la puja entre poder político y poder económico, o en su connivencia, si se suma es un instrumentador clave de estas estrategias o por lo menos un cómplice de ellas.

Nosotros los que estamos sumergidos en nuestros problemas no podemos hacer ese trabajo de historiador y ante la ausencia de "historiadores", resultamos manipulados por estas estrategias.

Suena conspirativo, pero no lo es. Las estrategias de este tipo exisen, pero no son infalibles, pues nadie, por más eficiente y genial que sea, corporación o persona, puede tener el control total de la información que se transmite, ningún emisor lo tiene.

Siempre quedan huecos no cubiertos por donde socavar la estrategia.

Buenos días.



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