sábado, 10 de agosto de 2013

¿Cómo vas a votar?


¿Votar o  no  votar?

En primer lugar esta pregunta sólo debiérnase hacérsela sólo aquellos que van a votar. Porque hay muchos que no van a votar y no lo hacen por distintos motivos. Se habla poco de esto.

Hay una tendencia a deslegitimar la no concurrencia a los comicios. Hay un discurso preacordado, dado por sentado, que no se puede cuestionar acerca de esto: quien no va se desentiende, es un irresponsable, es un mal ciudadano, un egoísta, no le importa el destino del país, etc.

La verdad que no es siempre así, sería desvalorar una voz que se hace oir por su silencio y que en muchos casos es muy pero muy fundamentada. Hay irresponsables también, sí. Pero hay más gente irresponsable e indolente entre los que votan que entre los que no votan, porcentaje, que al final es más relevante porque incluso aplica a mayor cantidad de electores. Supongamos que el ausentismo es de un 30%, un porcentaje X sobre un 30% es sin duda irrelevante frente a un mismo porcentaje X sobre un 70%. A esto hay que agregarle que el porcentaje que opera sobre el 70% no es X sino Y que es sustancialmente mayor, a mi juicio.

¿Por qué?

Ahí empezamos a mirar el 70%. Los que votan, también tienen un abanico de posibilidades de expresión.

Y digo "expresión" porque no es más que una expresión de... ¿deseo? ¿preferencia? ¿elección del mal menor? ¿otras calidades de atributos a expresar? Atada a la expresión hay también un gran variedad de cosas a expresar.

Por eso, la lectura que se hace de los resultados de los comicios (para mí) siempre es simplista. Además, es falaz y misteriosa.

Las lecturas de los resultados

Yo dije que creo que la lectura suele ser simplista, falaz y misteriosa.

¿Por qué digo simplista? Porque hay una conveniencia de hablar de identificación con un proyecto y en la decisión no siempre interviene este elemento. Hay quien vota al mal menor, hay quien vota a una hegemonía porque considera que la gobernabilidad es un valor, otros votan a equilibrar las fuerzas, otros votan castigando (je), otros votan desorientados, creyendo que votan una cosa cuando en realidad votan otras, y muchas alternativas más. Y eso es imposible de saber, porque el voto no viene con una "justificación".

Digo que es falaz porque quienes realizan el análisis dan por sentado uno u otro motivo, exageran la importancia de unos motivos y minimizan otros o directamente ni los toman en cuenta. Con lo cual, de ese montón de papelitos, nosotros escuchamos hasta el cansancio la versión recortada intencionalmente y sesgada de un conjunto de operadores, la mayoría (sí, la mayoría), conciente de lo que hace.

Y digo misteriosa, porque detrás de las intenciones de ese recorte y de la forma de comunicar una conclusión respecto del resultado, hay una serie de motivos: convicciones en el mejor caso, manipulaciones y presiones, y también conveniencias.

¿Y no ir? Al menos el porcentaje de gente que no vota, siempre se ha "leído".

Ahora, los medios informáticos y el avance tecnológico posibilitan un mayor control de la concurrencia. Y una más efectiva penalización, con lo que mucha gente que no votaba, va a ir a votar. Los que no querían votar (concientemente) pero tienen que "hacer trámites" deben ir a votar porque una penalización es no poder hacer "trámites" por un año. ¿Qué trámites? No sé, tal vez su jubilación, tal vez un juicio al Estado por otro motivo, un reclamo de un subsidio.

Como se ve, no sólo no se respeta la elección del modo de expresión del ciudadano (ni siquiera del habitante), sino que se lo extorsiona para que avale el juego democrático representativo.

Dije juego democrático representativo. Bueno, hay acá otro tema. Como venimos de una dictadura, el argumento más efectivo sobre los adultos es el maniqueísta: democracia o dictadura. Y no es así porque hay otras alternativas que incluso tienen en cuenta más seriamente la voluntad del pueblo. Son varias, no es una, englobadas la mayoría en lo que se denomina "democracia directa", que se desacredita también con una serie de argumentos, también falaces y no tengo que explicar por qué.

¿Qué hay detrás de un voto?

Depende, detrás del mío, muy poco. Yo pongo o no un papelito y eso se cuenta con cierto margen de capricho, se interpreta vaya a saber cómo, se comunicará o no y con eso termina la farsa. Porque quedan ungidos ciertos personajes que luego, harán lo que ellos quieran. Negociarán, vaya a saber con qué miras y no se preocuparán por validar sus decisiones con quienes lo eligieron. Luego viene la habilidad de los comunicadores para maquillar esas decisiones con los colores del electorado que se supone que estuvo detrás de ese político.
Así poco importa lo que hagas, siempre se podrá manipular en favor de los objetivos de los ganadores.
 
Entonces en primer lugar, no hay que desvalorizar los motivos, que no coincidan con los tuyos no quiere decir que no tengan justificación. La decisión dependerá de las CREENCIAS detrás de estas cuestiones u otras.

Lo que importa luego, es el juego de los distintos poderes. No hablo del ejecutivo, el legislativo y el judicial. No, hablo del agro, de la industria, de las finanzas, de los organismos transnacionales, de los acuerdos internacionales, y después, recién después, de los poderes del Estado, y después mucho después, de las presiones internas.

El voto de los poderosos, lo que hace es elegir a quien vaya a facilitar más sus planes. Y se apoya en su poder económico para influenciar al resto del electorado que son quienes hace su "número". Somos NUMERARIOS, ni más ni menos. Y nosotros, escuchamos sus argumentos. Algunos argumentos desde la pasión, otros desde las ideologías, otros desde las explicaciones presuntamente racionales. Y no podemos no oirlas, porque todos los medios operan en uno u otro sentido. Porque son parte de ese estrato, son posesión de algún poderoso o de alguna organización.

Pero no se agota aquí.

¿Algo más?

Hay dos cuestiones más, el fraude y las maniobras fraudulentas... QUE NO ES LO MISMO.

Simplificando, la diferencia está en que el fraude es centralizado y las maniobras fraudulentas son descentralizadas. Se trata de recursos aislados que pueden o no obedecer a una estrategia centralizadora. También se hacen a cambio de "favores" específicos. El fraude, hoy en día, como los acuerdos de finales del S. XIX y principios del XX son más difíciles de hacer o bien de probar, pero las maniobras son muy comunes. Algunas las hacen las autoridades de mesa en donde el presidente tiene experiencia de años y uno o más integrantes son noveles. Ejemplo: la firma anticipada de sobres. Esto permite que "algunos sobres" se extravíen y luego aparezcan en la urna con algún voto. ¿La cantidad de votos? Si el presidente no muestra el DNI al resto, puede simplemente "dictar" otro DNI, como que votó, de lo que las autoridades de mesa tradicionales ya saben que nunca van a votar. Estas personas habitualmente cuentan con los últimos padrones y esta información se conoce. Hay otras maniobras, como marcar sobres y reemplazarlos luego garantizando N votos en la mesa a determinada boleta. Esto se puede hacer si hay sobres firmados extraviados. Desde luego que para que funcione las diferencias deben ser estadísticamente regulares. SE SABE que siempre hay diferencias. En este caso, la única forma de evitarlo es que el votante controle qué es lo que marcan registran las autoridades de mesa. Difícilmente un votante diga algo si hay 5 sobres firmados por anticipado, pero esta práctica es casi indispensable para el resto de las maniobras.

Después de todo esto...

¿Cuáles son las estrategias que podemos aplicar?

... inocentemente... o a la fuerza

Votar por la mayoría: esto se hace por un acto de fe, por supuesta convicción ideológica (si uno ve una ideología detrás de discursos y acciones), por elegir el mal menor (siempre a criterio personal), por imitación (otros más interiorizados del entorno votan así), por inclusión (no desean ser excluidos en su entorno por opinar de otra forma, total... es un solo voto), por conveniencia (se espera un premio).

Votar por una minoría con posibilidades: también puede ser por un acto de fe, o por convicción ideológica, por el mal menor, por imitación, por inclusión o por conveniencia, pero ADEMÁS se suma otro motivo: el pragmatismo, por ejemplo: balancear las fuerzas, restar de la mayoría.

Votar por una minoría sin posibilidades: claramente es restar de todas las fuerzas.

Votar en blanco: el que vota en blanco lo hace en una ingenua convicción de que alguien va a tomar en consideración los votos en blanco y va a leer "no me gusta ninguno" o "que se vayan todos". El problema del voto en blanco es que no interviene como denominador de la división que da por resultado el porcentaje y esto hace que TODOS los porcentajes resulten mayores, proporcionalmente. YO HICE LAS CUENTAS, ES ASÍ.

Voto nulo: el que anula su voto, también quiere expresar "el sistema es una ..." (completar con la expresión que le guste más). Tampoco se cuenta (igual que el blanco) y nadie habla de ellos.

Voto impugnado: ya casi no existe como tal. No es que no se impugnen voto, sólo que no figuran directamente en las estadísticas directamente. TAMBIÉN LO CONFIRMÉ en las estadísticas oficiales. Lo que se hace a veces es impugnar una mesa completa si se sospechan irregularidades.

Entonces, vos, ¿cómo vas a votar?

Buenos días.


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